El próximo 22 de abril el Partido Socialista tendrá su Congreso Ordinario que no será uno, sino que del cónclave saldrá el aval oficial a la política de alianzas del partido. Muchos lo comparan con aquel tumultuoso congreso radical de Gualeguaychú en el que se autorizaron las alianzas con el PRO que aún perduran. Las cartas parecen estar echadas pero la corriente interna del socialismo BASES aún confía e insta a los congresales a no votar en favor de una alianza que incluya al macrismo.

En un documento señalan que “nuestra organización siempre ha promovido la constitución de frentes o alianzas electorales, tal como expresara Guillermo Estévez Boero en el Congreso Nacional de 1995, cuando se resolvía conformar el FREPASO para desalojar del poder al neoliberalismo encarnado en el gobierno de Carlos Menem: “La madurez de nuestros sectores políticos determinó avanzar hacia la concreción de alianzas, que jerarquizando coincidencias por sobre disidencias, generen un nuevo horizonte político donde existan mejores condiciones de concretar políticas más próximas a nuestros ideales de justicia, en solidaridad y libertad.” En igual sentido, cuando “constituíamos el Frente Amplio Progresista, decía entonces Hermes Binner: “La coalición de partidos está en nuestra historia y en nuestra concepción política. Desde siempre nos orientamos con impronta frentista a la construcción de mayorías nacionales. Pero siempre tuvimos en claro también que en la política de alianzas no vale todo... Toda vez que los socialistas decidamos caminar junto a otras fuerzas de la izquierda democrática (…) vamos a estar en la dirección correcta. Cualquier otro camino es un pasaporte al fracaso electoral y, sobre todo, una traición a nuestros principios.”

Por ello “expresamos nuestro enérgico rechazo ante la posibilidad de que el Partido Socialista se incorpore a una alianza de derecha conservadora que históricamente respondió a las minorías en la provincia y en el país”. Y sostienen que Juntos por el Cambio “ha promovido claramente el neoliberalismo, tanto en la negación del rol del Estado para que ejerza el contralor de la economía a través de la regulación democrática, como en su pretensión de llevarnos al capital salvaje sin regulación por parte de la sociedad. Para esta fuerza política la transnacionalización de la economía, sus consecuentes políticas de ajuste y la mayor concentración de las decisiones económicas en grupos e intereses oligopolizados y transnacionalizados y el predominio del capital financiero son el único camino a seguir”.

Y aseguran que “durante su gestión, menoscabaron los derechos de las y los trabajadores, endeudaron al pueblo argentino por los próximos cien años, y además de los retrocesos sociales y económicos, exacerbaron discursos de odio y el negacionismo, expresado por su máximo referente, Mauricio Macri, quien durante la semana en la que se conmemoraban 47 años del último golpe de estado, habló sobre el ‘curro de los Derechos Humanos’, injuriando la lucha histórica por la Verdad, la Memoria y la Justicia que nuestro Partido siempre ha reivindicado.

“Nos enseñaba Mariátegui: ‘no puede haber socialismo que crezca fuera del campo nacional”. Nos preguntamos entonces qué sentido tiene caminar junto a quienes consideran que la Salud es un servicio y no un derecho, que la Educación Pública es solo un refugio para quienes no pueden acceder a una educación privada de elite, que a la Cultura la conciben como el privilegio de algunos pocos iluminados y no como la expresión de la capacidad creadora y realizadora de nuestro pueblo’.

“Uno de los pocos argumentos que hemos escuchado a favor de incorporar el PS a Juntos por el Cambio es la necesidad de cambiar el signo político del actual gobierno de la Provincia, sin realizar ninguna consideración sobre las políticas posiblemente aún más retrógradas que vendrán a implementar quienes lo reemplacen. El incentivo que se esgrime para tal incorporación es el de acceder a algunas bancas en la Legislatura Provincial o algunos espacios de gestión acotados en el Departamento Ejecutivo, desde los cuales difícilmente se pueda llevar a cabo alguna política transformadora. De tomarse esta definición, tendrán como resultado cierto la responsabilidad de contribuir a la posibilidad de que regrese al gobierno nacional del modelo neoliberal imperante de 2015 a 2019, con las consecuencias nefastas que tuvo para el pueblo argentino”.

Y sostienen que “no queremos tampoco que el PS sea una fuerza testimonial. Por eso hemos impulsado la conformación de un Frente amplio por la Soberanía, de izquierda democrática, siendo conscientes de que la sumatoria con distintos sectores afines a nuestras ideas y prácticas políticas es el único camino posible para llevar al ámbito legislativo y ejecutivo las políticas promovidas por el socialismo, posibilitando el avance de nuestra provincia y nuestro país hacia una realidad más próxima a la que deseamos”.