Cuatro policías bonaerenses fueron detenidos ayer y quedaron desafectados por haber asesinado de un balazo en la nuca a un adolescente de 14 años el sábado a la madrugada en la localidad de Ezpeleta, partido de Quilmes, según informaron fuentes judiciales. De acuerdo con la investigación, el joven estaba con un grupo de amigos e intentaron robar una moto del patio de una casa; cuando escapaban, los cuatro policías abrieron fuego. Uno de los disparos dio en la nuca del adolescente, que murió en el acto.
Maximiliano Aguirre, Cristian Alejos, Lucas Bullosa y Manuel Argañaraz son los cuatro miembros de la Policía Bonaerense que fueron detenidos e imputados por el delito de “homicidio agravado por su condición de policías”, acusados de haber terminado con la vida de Matías Banuera, de 14 años. Los cuatro efectivos formaban parte de la Unidad Táctica de Operaciones Inmediata (UTOI) de la Bonaerense y fueron removidos de sus cargos por Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad de la provincia. Fuentes judiciales relataron que el asesinato ocurrió durante la madrugada del sábado cerca del cruce entre las calles Vélez Sarsfield y 402 de la localidad de Ezpeleta. La primera versión que circuló sobre el crimen fue que Banuera había muerto en un enfrentamiento con otros jóvenes, desatado luego de una pelea por una chica con la que él y otro adolescente querían salir. Esta información fue comunicada por miembros de la Bonaerense, que aseguraron haber encontrado a Banuera muerto, tendido en la calle.
Pero la investigación a cargo de la fiscal Ximena Santoro, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 7 del departamento judicial de Quilmes, llegó a otras conclusiones. Según contaron fuentes de la fiscalía, Banuera caminaba por el barrio con un grupo de amigos cuando uno de ellos intentó robar una moto que estaba estacionada en el patio de la casa de un vecino. El dueño de casa, al enterarse del intento de robo, le avisó a un vecino suyo policía que esa noche festejaba un cumpleaños con otros compañeros, y que justo en ese momento estaban en la puerta de la casa porque la reunión había terminado. Los policías fueron detrás de los adolescentes, quienes al verlos armados escaparon en distintas direcciones. Aun así, los cuatro policías efectuaron varios disparos contra los jóvenes, uno de los cuales dio en la nuca de Banuera y le produjo la muerte. Otro vecino que escuchó la balacera llamó al 911, de modo que minutos más tarde llegaron a la escena otros policías, de la comisaría 3ra de Quilmes, y encontraron muerto al adolescente.
Entre las pruebas que llevaron a la fiscal Santoro a acusar a los policías, están las vainas de 9 milímetros encontradas en la escena, que coinciden con el calibre utilizado por los Bonaerenses. En la autopsia realizada al cuerpo del adolescente se extrajo el plomo, que será cotejado con las cuatro armas reglamentarias de los policías detenidos. Por otro lado, la funcionaria judicial tuvo en cuenta también los testimonios de los vecinos que rechazaron la versión según la cual alguno de los adolescentes había apuntado con un arma de fuego a los policías, y que por ese motivo los Bonaerenses dispararon. A partir de estos datos, Santoro dispuso una serie de allanamientos y la aprehensión de los cuatro integrantes del UTOI, tres de los cuales se negaron a declarar. Sólo Aguirre contó su versión de los hechos, que coincide con la descripción del intento de robo, aunque argumentó que los jóvenes intentaron agredirlos. Finalmente, la fiscal pidió que la aprehensión se convirtiera en detención sobre los cuatro policías, lo cual fue convalidado por el juez de garantías de turno.