Enfurecido, no lo llamó directamente pero lo hizo buscar por todo su círculo interno. De Jorge Macri a Fernando de Andreis, el domingo pasado entraron todo tipo de llamadas al celular de Horacio Rodríguez Larreta, que fingió demencia jurando que estaba sin señal. El jefe de gobierno porteño había viajado a España. Pasó Semana Santa con su hija encapsulado en un viaje con tono de retiro. Dejó el retiro para reunirse con la presidenta autonómica de Madrid pero la huida tuvo como objetivo, según sus íntimos, una verdadera desconexión para obligarse a sí mismo a no someterse una vez más a las "presiones psicológicas” del expresidente. Había llegado la hora de la estocada final del hijo político. Se había ido dejando grabado en Buenos Aires un video o, como dicen sus íntimos, “una bomba en cuenta regresiva”. La bomba iba a explotar el lunes. Si atendía una sola llamada, corría riesgo de ir para atrás.
“Acá no hubo focus”, dicen en torno de Larreta sobre el video. “Los focus sí piden gestos de fortaleza, pero acá lo que estaba de fondo, lo verdaderamente importante, no eran los focus, era el propio Horacio: tenía que ser capaz de romper ese vínculo tóxico y sometido con Mauricio”. Días antes de viajar a España, el martes 4, Larreta había grabados unos videos en el Jardín Botánico de Palermo con distintas alternativas electorales. Uno fue el que terminó usando: desacoplar las elecciones porteñas de las nacionales en una votación concurrente, mismo día en urnas distintas. Anticipó la decisión a Macri, pero no habló del video. Lo mismo hizo con varios medios que el domingo llevaron a tapa la decisión y embravecieron al expresidente. Macri pidió pista temprano en radio Rivadavia, machacó en tuiter, pero al otro día la bomba detonó como estaba previsto. “Qué desilusión”, tiró arriba de un tuit de Maria Eugenia Vidal. Se había iniciado la embestida. “Si no se entiende el tipo de vínculo entre ellos, no se entiende la irracionalidad de la respuesta de Macri”, posdatean al lado del precandidato.
Manos detrás de tuits
La primera gran crisis política del PRO sacudió la agenda política. El partido que hasta ahora tenía un dueño cambia la estructura accionaria. Los gerentes se volvieron accionistas y el expresidente pasó definitivamente al lugar de jarrón chino. Lo vieron toda la semana a teléfono batiente. Él mismo se puso atrás del operativo acecho y derribo. Llamó a Gabriela Michetti para que salga a pegarle a Larreta. Su exvice, retirada de la política y con cuitas con ambos, terminó publicando un tuit tarde, recién el jueves, detrás del cual el comando de Larreta vio la mano de Macri.
También estuvo su mano detrás del tuit de Vidal. Ella luego buscó componer las cosas. Se dijo que no lo escribió la exgobernadora sino Darío Nieto, pero en el larretismo no le creen. “Nadie es ingenuo toooodo el tiempo”, se despachan. “Ella jugó a que todo saltaba en el aire y se rompía, que Horacio se iba y ella emergía como candidata, pero perdió”. “Horacio siguió firme. Recibió una respuesta de respaldo de política muy, muy importante: los que teníamos al lado siguen al lado y los que esperaban un gesto para acercarse ahora dicen ok, te vamos a bancar”, aseguran. Entre ellos, la UCR y el peronismo no kirchnerista.
Macri serruchó todo suelo posible. Él mismo llamó a dirigentes de segundo y tercer nivel, punteros radicales porteños, pidiendo apoyo para Bullrich y para su primo, dice ahora un viejo radical. “Vengan, tienen lugar para ustedes si gana mi primo y si gana Patricia”, invitó. Sin sus antiguos operadores jugando de fondo, no tiene más remedio que agarrar el teléfono y hablar. El problema para Macri es más grave. “Se ha quedado sin liderazgo de verdad –insiste el radical--. No está pudiendo alinear a su propia tropa. Y estamos hablando del PRO. Es como si Cristina no pudiera ordenar el kirchnerismo. Manda ella. Acá Macri no manda más en el macrismo. Tiene tres candidatos en la provincia: Ritondo, Grindetti y Joaquín de la Torre, los tres son macristas y no puede unificarlos en uno. Está desesperado, le demoran hasta el armado electoral”.
El primo Jorge
Larreta se reunió con Jorge Macri esta semana en el Teatro Colón, con foto incluida. Macri primo después viajó a Nueva York, pero quedó una respuesta pendiente.
– Yo dije que vamos con un solo candidato, pero no dije cuál. ¿Vos qué tenés para aportarme a mí? ¿Para qué me servís? –dicen que dijo el jefe de Gobierno porteño. Larreta le pide que se defina. Y más: le pide directamente que lo apoye. "Lo peor que puede pasarle a Jorge sería salir a competir con un candidato como Lousteau, que todo el tiempo lo señale como el primo de Macri", agregan en el círculo larretista.
El consultor catalán
No fue uno sino dos. Alguien del equipo de Larreta se reunió con el consultor estrella del albertismo, Antoni Gutierrez-Rubí. Una sola reunión y sólo para intercambiar pareceres, aclaran en torno al precandidato. El catalán es un analista político que viene trabajando sobre los efectos de la pandemia y sus duelos en lo que llama la fatiga de la democracia. Es un obsesivo que trabajó el año pasado para el balotage de Gustavo Petro, donde se instaló tres meses en un hotel, a 50 metros de la casa del candidato. En la Rosada dicen que fue Alberto el que se lo mandó a Petro.
Pero Larreta no trabajará con él, sino con el catalán Yago de Marta. Hubo dos reuniones. Una por Zoom y otra cara a cara, durante dos horas en Uspallata. El jefe porteño volverá a verlo en un próximo viaje del catalán a Buenos Aires. “No tiene la estatura de Durán Barba”, aclaran en torno a Larreta para no ofender al histórico asesor del macrismo que, afirman, seguirá trabajando en la campaña. Yago de Marta entra para ampliar.
De Marta es figura en ascenso en el mundo de la comunicación política, sus cumbres, maratones y simposios de marketing reñido con la ingeniería electoral. Coach político, especialista en oratoria, asesoró a cinco presidentes, incluido el controvertido Nayib Bukele. Habla en tuiter con aforismos. Dice cosas como: “No expliquen mucho, expliquen lo mínimo que puedan, trae muchos problemas explicar”. O: "Lo importante de tu discurso no es el final, sino que haya muchos paisajes diferentes". Ese tipo de cosas trabajó con Daniel Scioli en 2015.
“Es un tipo encantador y a los políticos los caga a pedos”, recuerda un asesor de aquella campaña. Con Scioli trabajó oratoria y no opinaba sobre contenido. “Trató de ayudarlo con la entonación en los discursos y le sofisticaba el método. Trabaja mucho desde lo histriónico, lo dramatúrgico. Y Scioli, al intentar entonar de diferentes maneras y con el ritmo de campaña que llevaba, con tantos discursos por día, levantaba demasiado la voz y estuvo toda la campaña afónico. Así que el resultado fue que sí, cambió la entonación, porque quedó afónico”.
Con Larreta trabaja la gestualidad, la afirmación, la posición de las manos, la "autoridad": el lenguaje del cuerpo que piden los focus. Se dijo que estuvo detrás del video del lunes. En los primeros 24 segundos habla tres veces de decisión: “El voto es la mejor manera de defender nuestro futuro, es el momento que decidimos” (0.11). “A mí como jefe de Gobierno me toca la responsabilidad de decidir (0.19) cómo y cuándo se vota en la Ciudad. Y hoy quiero contarles que tomé la decisión (0.24) de que los porteños votemos el mismo día”. Larreta decidió pero según sus voceros, Yago de Marta no estuvo detrás de ese video.
Mientras tanto, un experto local pide: “Que alguien algún día haga una nota sobre los políticos colonizados por asesores gallegos que le sacan el laburo a los honestos consultores argentinos. A mi juicio, tiene una sola explicación: tilinguería”.
El reparto de los peces
¿Rinde un candidato menos confrontativo cuando lo que está enfrente son las PASO? Según el larretismo, sí. “No vamos a pescar votos a la pecera del voto duro”, dicen. Por otro lado, están mirando dónde están yendo los votos tras la salida de Macri, cómo se compone el “voto Milei” y lo que llaman “segunda opción de voto”. Según sus datos, Macri dejó 30-40 de votos a Bullrich, 30 a Milei y 30 a Larreta. El voto Milei no es duro puro: es un voto raro. Hoy recibe votos de la caída del FdT. Aún así la taba está en el aire. “Nosotros creemos que hoy estamos en un escenario de triple empate: hay tres fuerzas con las mismas posibilidades de un balotage. Cualquiera puede entrar y cualquiera puede ganar”.