Los combates entre el Ejército de Sudán y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), un grupo paramilitar del país africano, se extendieron el domingo con un saldo de al menos 60 civiles muertos, entre ellos tres empleados de Naciones Unidas. Durante la jornada se registraron fuertes enfrentamientos con aviones, vehículos blindados y camiones con ametralladoras montadas en la capital de Jartum, la ciudad contigua de Omdurman. Aparte de los combates, desatados por una lucha por el poder entre los dos generales que protagonizaron el golpe de Estado de 2021, la jornada estuvo marcada por un tímido cese de hostilidades de tres horas y la apertura de un corredor humanitario que permitió evacuar a más de mil personas.
Siguen la violencia
Este domingo se registraron combates en Jartum y Omdurman en el cuartel general militar, el aeropuerto internacional y la sede de la televisión estatal. Un funcionario militar dijo que los combatientes de las FAR se enfrentaron con las tropas en el cuartel militar la madrugada del domingo y que se produjo un incendio en una instalación para tropas terrestres.
En la capital se vieron humaredas por encima de los cuarteles de los paramilitares y del aeropuerto internacional. Tanto el Ejército como las FAR afirman tener el control de lugares estratégicos en Jartum y en otras partes de esa zona del centro-este del país. Lo mismo sucede en la región occidental de Darfur, donde decenas de miles de personas viven en campamentos para personas desplazadas después de años de una guerra civil con acusaciones de genocidio.
Por los enfrentamientos ya hay al menos 60 civiles muertos y 600 heridos, de acuerdo a un sindicato de médicos del país. También hay decenas de fallecidos entre los combatientes. Las batallas empezaron el sábado por la mañana, cuando el líder de las FAR anunció la toma del aeropuerto internacional y del palacio presidencial de Jartum y llamó a la población y a los soldados a levantarse contra el Ejército.
Las Fuerzas Armadas, por su parte, desmintieron que las FAR hubieran tomado el aeropuerto internacional y aseguraron que unos paramilitares se "infiltraron e incendiaron aviones civiles, incluyendo uno de la aerolínea saudita Saudi Airlines", un incidente confirmado por Arabia Saudita.
Tregua por tres horas
El alivio de la jornada fue la apertura de corredores humanitarios en las zonas residenciales en Sudán, un pacto alcanzado entre las FAR y el Ejército a pedido de la ONU que se cumplió. Esta suerte de tregua permitió la evacuación 450 niños y niñas de un colegio del centro de Jartum, en el que habían permanecido encerrados durante más de 24 horas sin acceso a servicios básicos, ya que los bombardeos y ataques de artillería interrumpieron la electricidad, el agua potable y las telecomunicaciones durante horas.
Un trabajador de la Media Luna Roja sudanesa dijo en condición de anonimato que más de mil personas pudieron ser evacuadas de varias escuelas, oficinas e instituciones de la capital sudanesa. Según el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), los enfrentamientos se están produciendo en las proximidades de zonas densamente pobladas de Jartum y otras ciudades del país. Las hostilidades también afectan directamente a trabajadores humanitarios.
Entre ellos el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, que decidió suspender temporalmente sus operaciones en Sudán tras la muerte de tres de sus empleados en actos de violencia en Darfur septentrional. Además Naciones Unidas denunció que varias instalaciones humanitarias fueron saqueadas durante el caos desatado por los enfrentamientos, mientras que el secretario general de la organización, António Guterres, pidió que los responsables de las muertes de civiles y trabajadores del PMA en Sudán comparezcan ante la justicia de manera urgente.
Tensiones entre dos bandos
El conflicto lleva semanas gestándose, impidiendo un acuerdo político en uno de los países más pobres del mundo. Desde la revuelta popular que derrocó a Omar al Bashir en 2019, Sudán intenta celebrar sus primeras elecciones libres tras 30 años de dictadura.
Durante el golpe de Estado que puso fin a la transición democrática en octubre de 2021, el jefe del ejército, Abdel Fatah al Burhan, y el jefe de las FAR, el general Mohamed Hamdan Dagalo, unieron sus fuerzas para expulsar a los civiles del poder. Pero la rivalidad entre los dos generales derivó en conflicto el sábado. Ambas partes culpan a la otra de la violencia y afirman controlar lugares clave de la capital.
Las discrepancias entre ambos bandos se centran principalmente en el futuro de los paramilitares y su integración dentro de las Fuerzas Armadas. Aunque el Ejército no rechaza su integración, quiere imponer sus condiciones y limitar su incorporación en el tiempo. El general Dagalo, en cambio, exige una amplia inclusión y, sobre todo, un puesto para él en el Estado Mayor.
En la noche del sábado, ambas partes dijeron que no estaban dispuestas a negociar. El Ejército encabezado por al-Burhan pidió el desmantelamiento de las FAR, a las que calificó de "milicia rebelde". Por su parte el jefe de las FAR, el general Dagalo, dijo a la red de noticias saudita Al Arabyia que la posibilidad de negociar se encuentra descartada y pidió a al-Burhan que se rinda.
Repudio y llamado al diálogo
Mientras tanto, la presión diplomática para frenar el conflicto sigue en aumento. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, contó que consultó con los ministros de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos y "acordaron que era esencial que las partes pusieran fin de inmediato a las hostilidades sin condiciones previas". En tanto la Liga Árabe, a pedido de Egipto y de Arabia Saudita, celebrará una reunión de emergencia para discutir la situación en Sudán.
La alianza opositora civil Fuerzas de la Libertad y el Cambio (FLyC), la principal agrupación civil en Sudán, se pronunció tras permanecer en silencio durante toda la jornada del sábado, cuando estallaron los combates entre el Ejército y las FAR. Las FLyC son la agrupación civil más relevante del país, y antes de que se iniciaran los choques estaba negociando un acuerdo político con los paramilitares y uniformados que perpetraron el golpe de 2021. Así, llamaron al Ejército y a las FAR a "frenar los enfrentamientos militares de inmediato y volver a las mesas de negociación".