"Las primeras tres latas de archivo me las llevé a Buenos Aires, donde todavía vivía, porque me había recién comprado un scanner con el que podía escanear fotos físicas, y negativos. Las agarré al azar, y resultaron ser un partido de fútbol del 37, de Junín, desnudos artísticos del 40, una visita a Junín de Alfonsín el 30 de octubre del 82, y a mí tomando la comunión, de chico. Eso fue lo primero que encontré", El que recuenta el tesoro es Christian Rémoli, guionista y realizador responsable del Proyecto Haylli, que recupera las fotografías perdidas de Alberto Haylli (1911-1994), fotógrafo y cineasta que retrató incansablemente la ciudad de Junín desde 1932 hasta 1989. Sus más de 10.000 negativos todavía están esperando el interés del Estado. Mientras tanto, el Proyecto Haylli vela por la preservación de ese archivo y su divulgación. 

Ahora están presentando un nuevo libro, "Alberto Haylli. Corazón urbano”, que cuenta con más de cien fotografías inéditas que atraviesan el nacimiento y desarrollo de la avenida San Martín, la arteria principal de la ciudad, desde que sus terrenos eran ocupados por el ferrocarril Central Argentino que unía Junín con Pergamino y Rosario hasta transformarse en una calle central para el patrimonio histórico de la ciudad. La historia de un proyecto autogestivo de preservación bonaerense. 

Archivador por necesidad

Mientras realizaba un documental del ascenso del Club Atlético Sarmiento en los 80, el evento deportivo más importante de la ciudad de Junín, en 2005, Rémoli se dirigió al Archivo Municipal a ver qué material había. A través de la familia Duarte, descendientes de Evita ("que nació acá, no en Los Toldos como todo el mundo dice"), consiguió un VHS que decía Junín 1950. Además de contener registro de la inauguración de la cancha de Sarmiento, había un montón de imágenes de la ciudad de esa época, todo en 15 minutos. Cuando terminaba decía "Producción y dirección cinematográfica: Alberto Haylli". 

"Todos los que tienen más de 50 en Junín conocen a Alberto Haylli. Haylli para mí cuando era chico era un personaje de pueblo, coloquial, grande, muy mayor. Andaba en un Ford Falcon blanco, corte de pelo marcial, siempre medio cara de orto. Estaba en todos lados, era como un tipo omnipresente. Vos ibas a un desfile, estaba el gordo Haylli sacando fotos o filmando", afirma Christian, que nació en Junín en 1973. Preguntando quién podía tener más material, Christian llega hasta la hija de Alberto, Arminia Haylli. "Yo me imaginaba unas 500 fotos de Junín, inéditas, o no sé, 15 minutos más de filmico, la gran cantidad de agujeros que tiene el archivo nacional y el archivo también de Junín", confiesa Christian. Pero cuando llegó a la casa de Herminia el panorama era otro. "Me llevó a un estudio de abogados y escribanos en el centro de Junín. Entramos al estudio, llegamos a la terraza y me abre como un altillo y ahí estaba todo repleto, pero repleto de cosas. Me acuerdo que le dije ¿pero qué de todo esto que está acá es lo de tu papá? y me decía, todo, no, pero como todo, si todo esto es lo de mi papá", afirma. 

Lo que después se supo que eran 95.000 negativos y 120 latas de 16 mm oscurecían ese altillo, además de llenarse de polvo a medida que Christian intentaba hablar con la mujer. Nada de eso tenía clasificación de ningún tipo, ni tampoco objetivo de ir a ningún lado. La única opción era tirarlo. 

"Empecé a tocar puertas por todos lados. La Municipalidad de Junín, Secretaría de cultura de la provincia, Secretaría de cultura de la nación. Todos me preguntaban ¿qué hay? Y yo no sabía bien qué había. Hasta que una diputada provincial de Junín, Rocío Giacone, se interesó por el proyecto", afirma. Con una pata en la política, consiguieron los primeros fondos para digitalizar en 2017, con el afán de que si no lo hacían ellos, ¿quiénes?


Recomponer una ciudad

Al comenzar a escanear las latas, comenzaron a surgir las referencias. Christian pudo reconocerse a sí mismo, pero a medida que el pequeño equipo de digitalización conformado por Francina Tortorella, Lucio Marchetti y Canela Isipuru escaneaba fotos les mandaban las imágenes a las personas mayores de Junín, buscando la historia detrás de cada una de las fotofrafías. 

"Todos los días era mirá esta foto de Troilo en Junín, mirá esta foto de Perón en Junín, mirá esta foto de Eva, mirá esta foto de tal, apareció mi abuela, peleas de boxeo, deportes, fotos de calles, edificios que ya no existen. Era fotoperiodismo puro", afirma Christian. 

Con la seguridad de que esa documentación tenía que tener un sentido de ser preservado, el pequeño equipo armó un proyecto de visibilización. Su primera acción fue realizar un mural donde aparecieron los documentos, para "devolver al Gordo a las calles, donde siempre le gustó estar". Después llegó el primer libro, Alberto Haylli. Una memoria revelada, y la serie de cuatro capítulos para Canal Encuentro, de nombre homónimo. 

"Todos los pasos que dimos los dimos para cumplir el sueño del Gordo", afirma con cariño Christian. "Lo primero que nos dijo Herminia fue que su papá se había muerto con el sueño de hacer un documental con todo esto. Y eso nos quedó dando vueltas. Él murió seco, sin un peso, sin reconocimiento".

"Cuando ves la obra entendés porqué estaba tan desesperado por dar a conocer eso, porque no hay nadie que tenga el siglo veinte tan contado, de los 30 hasta el 89, con la variedad, la calidad y la cantidad que lo tiene contado él", afirma. Las fotos de Haylli contienen un panorama muy amplio de la historia argentina. El "Gordo" trabajó como fotógrafo de la policía de Junín y del diario La Verdad, y tenía un negocio de fotografía social. Además, filmaba constantemente. 

"Era muy bueno técnicamente. A mí un fotógrafo especializado me ha dicho, vos me mostrás fotos de Coppola, de la década del 30, y me decís que son de Haylli, yo te creo. Y si me mostrás fotos de gente de Haylli y de Coppola, te digo que son mejores las de Haylli. Increíblemente, porque un tipo que era autodidacta y todo, estaba a la altura de la técnica de cualquiera. Es un misterio este Gordo, te digo, para nosotros siguen siendo un misterio un montón de cosas", afirma. 

Preservar, sin ayuda

Hoy en día, a Proyecto Haylli le escriben en las redes gente que pierde familiares y al levantar la casa, encuentra fotos con el sello del fotógrafo, para saber si quieren conservarlas y formar parte del archivo. Pero lo cierto es que a pesar de las ganas de los juninenses, lo que se hace se hace de manera privada. 

"Todo lo que hicimos hasta ahora se hizo sin el apoyo del estado municipal ni el estado provincial. Imaginate que hay 10.000 fotos inéditas del peronismo. Hay fotos del peronismo antes que sea peronismo, en el 44, Perón visitando Junin. Tuvimos diálogo con el municipio, con la universidad. Nunca, nunca podemos laburar de manera conjunta", afirma y denuncia. 

Los únicos organismos que participaron del proyecto fueron Mecenazgo, el proyecto de financiación de arte, y el Museo Evita, que colaboró con la digitalización del material fílmico. "Todo el resto se hizo con la voluntad de los vecinos. Pintamos el mural a pulmón, y los libros se hicieron con la esponsorización de algunas empresas de acá. Cada paso cuesta mucho porque una de las cosas que nosotros decidimos es no bajar el piso de la calidad. Como las fotos, el material y la manera de laburo que tuvo el tipo fueron muy buenas, decidimos no recortar en eso", afirma. 

Una de las últimas propuestas que le llevaron al intendente fue la necesidad de un lugar físico donde conservar el archivo. "Presentamos un proyecto de galería con vidriera a la calle, que era una idea que tenía Haylli. La gente paraba a mirarse o a mirar a otra gente, que estaban producidas con retratos de adentro o en la calle, entonces la gente quería tener ese mismo retrato para que la mire otra gente en su mejor versión. Un mecanismo bastante similar al de las redes, mostrarse en la mejor versión, digamos, pero en los 40. Quisimos repetir era ese concepto, que haya un negocio de vidriera permanente, donde nosotros podamos ir rotando fotos y hacer ahí un lugar de conservación. Al principio nos dijeron que sí, pero se fue perdiendo", afirma Christian. 

A la gente que le escribe a Proyecto Haylli para preguntarle dónde pueden verse las fotos de Alberto Haylli en Junín, hay que responderle con pesar que en ningún lado están exhibidas. Inclusive desde el punto de vista turístico, es un desaprovechamiento cultural enorme. 

Las tres o cuatro personas que conforman el proyecto les hablan del mural y de sus libros. El primero se agotó a los quince días. El segundo, que presentaron en estos días, puede adquirirse por un precio muy amigo en la ciudad de Junín, a propósito, por política de quiénes dirigen el proyecto. Es posible obtenerlo contactándose con la editorial De las tres lagunas o con el proyecto mismo en redes. Apúrense a conseguirlo si les interesa: puede que sea lo último que quede de una parte de nuestra cultura nacional.