Desde diciembre pasado el Museo Nacional de Arte Oriental (MNAO) tiene sede propia, en el segundo piso del Centro Cultural Borges, donde la exhibición principal cuenta con un nuevo guión y nueva museografía bajo el título “Oriente todo”. Pero además de su colección de piezas históricas, cuenta con un espacio para que artistas de hoy dialoguen, desde sus propias poéticas, con las piezas que forman parte de las colecciones del MNAO.

En estos días y hasta junio, Aili Chen (Taipei, 1971; vive y trabaja en Buenos Aires) y Johanna Wilhelm (Buenos Aires, 1978), presentan “Calcar destellos de un Oriente”, con obras propias en papel realizadas en relación con las colecciones del MNAO. El proyecto curatorial es de Viviana Usubiaga, Directora Nacional de Gestión Patrimonial.

Así como el papel se constituye en documento cuando guarda, registra o da cuenta de la memoria escrita, también conserva otra memoria, de tipo físico, porque, como escribe Usubiaga, “guarda en sus fibras el recuerdo de los pliegues y otras huellas del tiempo. Es a la vez delicado y resistente. Soporte de muchas historias, de muchos mundos. Puede abrazar objetos para protegerlos, como nos muestra Ailin Chen al moldear la fragilidad en movimiento. Puede brotarse de relieves y soportar huecos, como nos sugiere Johanna Wilhelm al recortar detalles de la colección”.

En la visita guiada que las artistas y la curadora ofrecieron durante el último fin de semana, Johanna Wilhelm -que presenta papeles calados y serigrafiados de gran formato y también otras piezas fragmentarias de papel gofrado y serigrafiado- explicó que “los procesos de trabajo son vivos, son reflexiones trasladadas a las obras. Conversaciones sobre las respectivas miradas acerca de Oriente. Los encuentros y diferencias. Lo más interesante fue el proceso, lo que no se ve: el trabajo con Viviana Usubiaga, con el Museo, con Aili. Además del proceso técnico hay mucho pensamiento detrás de lo que nos llevó a construir las piezas".

Aili Chen -que presenta envoltorios con los formas de las piezas que contuvieron, una gran lámpara de papel de seda y un video- cuenta que “el registro en video muestra la performance Memoria física, en relación con la mudanza del Museo, porque cuando Viviana Usubiaga nos convocó, el Museo de Arte Oriental estaba en proceso de mudanza. Yo quería trabajar en relación con la colección del Museo, pero a las piezas las veía detrás de las vitrinas y, sobre todo, en la sede anterior, dentro de cajas. Yo quería tocarlas, pero no se podía. Había algo ahí, en ese querer y no poder acceder a las piezas, explorar ese universo. Cuando vi los papeles descartados que habían protegido las piezas; esos papeles que estuvieron en contacto con las piezas tanto tiempo debían contener una energía más allá del papel. Entonces le pedí permiso a la directora del Museo, Rocío Boffo, para envolver las piezas, con papel de calcar y el contacto con esos objetos me permitió percibir la delicadeza, la artesanía, la energía de cada objeto. Esa es la “Memoria física”, el registro de cómo envolví las piezas”.

Las artistas presentan sus obras individualmente, pero también hicieron obra en conjunto. Allí se cruzan los distintos imaginarios alrededor de la idea de Oriente de cada una de ellas.

“Como soy de origen oriental -dice Aili Chen- cuando el Museo me convocó sentí que no tenía mucho para contar porque de algún modo yo me quería diferenciar de mi origen; de modo que hacer algo en relación con ese museo y esas colecciones me resultaba a priori obvio y, desde cierto prejuicio infantil, no me resultaba atractivo y no sabía qué podría aportar: hasta que tomé contacto con las piezas”.

“En mi caso -cuenta Johanna Wilhelm- que vengo de una familia judía, me preguntaba cuál es la atracción que siento por lo oriental, que siempre aparece en las cosas que voy haciendo, sin tener un conocimiento profundo. Lo mío es más bien una percepción de lo que creo que es 'Oriente', sin haber viajado. Es un imaginario lo que está presente. Siento por ejemplo que lo que tiene que ver con Oriente me saca del ritmo acelerado, me baja a tierra".

* En el MNAO, en el 2do piso del Centro Cultural Borges -Viamonte y San Martín- hasta junio.