La debacle futbolística de Boca, las irregularidades de Racing y la crisis deportiva e institucional que envuelve a Independiente le han limpiado a River el terreno de adversarios en el campeonato de la Liga Profesional 2023. Queda San Lorenzo como el único grande que lo escolta a seis puntos y un nutrido bloque que componen Talleres y Belgrano de Córdoba, Defensa y Justicia y Rosario Central y que desde más atrás, balconea las evoluciones del equipo que conduce Martín Demichelis.
River va rumbo al título a paso redoblado. Después de un comienzo con algunas inconsistencias que le provocaron sus derrotas ante Belgrano y Arsenal, ha mejorado sus rendimientos, parece haber asmilado la idea de su técnico y ha ganado ocho de sus últimos nueve partidos todos con la valla invicta (sólo perdió por la Copa Libertadores ante The Strongest en la altura de La Paz). Que haya sacado seis puntos de ventaja en doce fechas refiere más a la mediocridad de sus perseguidores que a sus propias potencias individuales y colectivas. Pero aunque todavía no se haya alcanzado la línea media del torneo (van doce fechas sobre veintisiete) da toda la impresión de que sólo una vertical caída a pique en su juego y en sus resultados podrá evitar que River no se consagre campeón. Incluso mucho antes de la última fecha contemplada para el 5 de agosto.
Si no fuera que debe jugar en paralelo la Copa Libertadores, podría afirmarse que el campeonato está liquidado y que los veintisiete equipos restantes saldrán a la cancha sólo a sumar puntos para la tabla anual y la de los promedios. Pero ni siquiera ese desgaste parece detener a River. Demichelis hizo una rotación importante el domingo ante Newell's e igualmente, su equipo terminó ganando. Incluso, el formidable contraataque que derivó en el gol de Pablo Solari en la última jugada de la noche, lo gestaron y concretaron tres jugadores, Matías Suárez, Esequiel Barco y el propio Solari, que vinieron desde el banco a destrabar un trámite al que el empate le cuadraba a la perfección y en el que River no había ofrecido su mejor versión.
Habrá que ver si le resulta suficiente cuando empiecen los cruces coperos mano a mano contra los poderosos equipos brasileños. Pero la amplitud y calidad del plantel le brinda a Demichelis, opciones que tal vez no tenga ningún otro entrenador. Para el medio local, River parece sobrado y desde ese lugar es que se sustenta que dificilmente se le vaya a escapar este campeonato. Es cierto que aún faltan quince fechas y que puede atacarlo un bajón que le haga dejar en el camino algunos puntos impensados.
Pero River tiene resto para aguantar cualquier declive. Y ninguno de los que lo corren desde atrás ha demostrado la envergadura futbolística ni la riqueza de plantel como para asustarlo y darle alcance. Todo está servido entonces para una nueva y amplia consagración. Llegará más temprano que tarde. Depende de River, sólo de River y nada más que de River.