La semana pasada el corredor italiano de 26 años Andrea Papi fue encontrado muerto por el ataque de una osa en la zona del norte transalpino de Trentino-Alto Adigio, en Italia. Tanto el fallecimiento como la presencia y las acciones a tomar contra el animal se han vuelto en las últimas horas motivo de debate entre el gobierno de Giorgia Meloni y grupos animalistas.
El cuerpo de Andrea Papi fue encontrado con heridas profundas en varias zonas, las cuales los forenses identificaron como producto de "un animal salvaje grande". Según la autopsia, el joven estaba vivo en el momento del ataque y llegó a defenderse con los bastones, que eran parte de su equipo de entrenamiento.
Gracias al análisis del ADN encontrado, pudieron identificar al espécimen responsable del ataque: una osa de 17 años bautizada como JJ4 que forma parte de un proyecto de reintroducción de osos de Eslovenia en la provincia de Trento entre 1996 y 2004.
Esta misma osa ya había protagonizado otro ataque en 2020 a dos montañeses, padre e hijo, que sobrevivieron enfrentándose al animal.
En este contexto, el debate que se produjo en la opinión pública y en el gobierno de Giorgia Meloni es qué hacer con el plantígrado, por lo que la fiscalía procedió a trabajar para encontrar al animal y sacrificarlo. No obstante, grupos de animalistas han logrado frenar esta iniciativa.
En este sentido, el 11 de mayo habrá una audiencia en la que los jueces determinarán el destino de la osa JJ4.
Posturas encontradas
El debate no cesa y hasta en los grupos ambientalistas hay varias posturas sobre el futuro de la osa y otros animales de la misma especie.
Por un lado, la Asociación Nacional de Protección de los Animales (Enpa) ha puesto el foco en el control del acceso a las zonas con mayor población de osos, ya que recuerdan que estos animales en particular son particularmente temerosos, siempre que no se invada su espacio.
En tanto, la ONG ecologista WWF apunta a que el sacrificio de esta osa es necesario para disminuir el riesgo de que se reproduzcan más incidentes, ya que recuerdan que ha sido este mismo ejemplar el que ha provocado ya tres ataques, el último con resultado fatal.
Asimismo, la madre de Andrea Papi envió una carta a los medios italianos con un mensaje contundente: “Sabíamos lo que había pasado hace ya tiempo, pero no se han impulsado intervenciones para garantizar la seguridad de la población”, señaló.
Sin embargo, la pareja del deportista, Alessa Gregori, expresó una opinión diametralmente opuesta en sus redes sociales: “Vivimos en el bosque. Sales por tu puerta y eres el bosque. Nadie busca nada, nadie es despistado. El oso hizo lo que su instinto le dijo y el animal ciertamente no tiene la culpa. Si no tienes un conocimiento de la causa, es mejor mantener la boca cerrada y dejar que los que entiendan lo hagan”, sentenció.