El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, violó "obligaciones éticas" de la organización pero no rompió las reglas sobre incrementos salariales o conflictos de interés al mantener una relación con una subalterna. A esa conclusión llegó una empresa privada encargada por el organismo regional para realizar una auditoría sobre el desempeño de su titular.
La OEA buscaba determinar si Almagro violó el código de ética de la institución al mantener una relación con una mujer que lo asesoraba en el organismo. En concreto, saber si ésta fue beneficiada con ascensos, promociones o aumentos salariales a partir del vínculo. En noviembre de 2022 el Consejo Permanente, órgano ejecutivo de la OEA, aprobó que una compañía externa investigara si Almagro violó el código a partir de esta relación sentimental.
¿Qué dice el informe encargado por la OEA?
La investigación, realizada por la compañía Miller & Chevalier con sede en Washington, concluyó que Almagro, abogado y diplomático uruguayo, "violó las reglas y regulaciones de la OEA en lo que concierne a las disposiciones sobre el sentido común y buen juicio". Al mantener la relación íntima, permitiendo al mismo tiempo que la funcionaria de la OEA continuara siendo parte de su equipo de asesores, Almagro también vulneró "el sentido común y el buen juicio" requerido siempre "para todos los miembros del personal y demás proveedores de servicios".
El informe precisó que, en cambio, Almagro "no violó las reglas y regulaciones de la OEA en lo que concierne a las obligaciones de supervisión, incrementos salariales, intimidación, viajes o conflictos de interés". Según los abogados de Miller & Chevalier, el diplomático "se recusó de participar en procesos administrativos que afectaran los intereses" de la trabajadora en cuestión y "no permitió que la relación íntima interfiriera en el desempeño de sus funciones y no la ocultó, permitiendo que la relación íntima se hiciera de público conocimiento desde sus inicios".
La mujer acompañó a Almagro en 42 de los 92 viajes oficiales que realizó durante los casi cuatro años que duró su relación, dando la impresión, tanto al interior como al exterior de la organización, de que se trataba de una colaboradora que gozaba de trato preferencial. "La investigación externa reveló que el secretario general estaba al tanto de esto y no tomó medidas para evitar que esta percepción siguiera creciendo", indicó el reporte.
La polémica en torno a esa relación se desató poco después de que la Asamblea de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) decidiera en septiembre pasado por mayoría destituir a su presidente, Mauricio Claver-Carone, por tener una relación amorosa con una subordinada, algo que este último negó.
El actual código de ética de la OEA data de 2012 y no se actualiza desde entonces. En estas circunstancias, la auditoría recomendó a la organización que revise las normas "de manera tal que en el futuro se evite este tipo de situaciones" y estimó que se beneficiaría "de una regulación más exhaustiva frente a las conductas relacionadas con relaciones íntimas".
La defensa de Almagro
En un documento adicional a la investigación, en el que Almagro dio su respuesta a los resultados, el secretario general mantuvo su postura de que en ningún momento incurrió en "faltas o deficiencias" en sus funciones. "Todo es evidencia objetiva de que mi acción e intencionalidad era conducirme de forma pública y privada teniendo altamente presente la respetabilidad del rol de secretario general y el prestigio de la OEA, así como de cada uno de los Estados miembros que hacen parte de ella", escribió en su réplica el canciller de Uruguay entre 2010 y 2015.
Almagro siempre reconoció haber mantenido una relación amorosa con la empleada y negó que existiera un favoritismo. "Ella fue mi partner (pareja) prácticamente por tres años, a nivel personal quizás los mejores de mi vida", dijo en noviembre durante una sesión del Consejo Permanente, en un momento en el que se encontraba contra las cuerdas, después de que países como México y Argentina pidieran su renuncia.
Reacciones dispares
Estados Unidos, el mayor contribuyente financiero de la OEA, calificó de "exhaustiva y justa" la investigación a Almagro. El embajador de EE.UU. ante la OEA, Francisco Mora, señaló que su país apoya las recomendaciones del informe, que sugiere la necesidad de que se revisen los reglamentos y las normas del organismo. "Esperamos trabajar de manera colaborativa para implementar las recomendaciones", apuntó el diplomático de origen cubano.
En cambio el director general de Organismos Regionales de México, Efraín Guadarrama, señaló que es evidente que "el papel que está jugando Almagro y su figura es sumamente perjudicial para la operatividad y el prestigio de la OEA". Para México el reporte encargado por la OEA alimenta un "malestar general dentro de la organización" hacia la figura del secretario general.
"Lo único sobre lo que no hay consenso es cuál va a ser la salida y creo que debemos tener una discusión importante al respecto", subrayó Guadarrama, quien agregó que su país ve la necesidad de "refundar" la OEA. Más enfático aún fue el expresidente de Ecuador Rafael Correa, quien tuiteó: "Esto va contra el 'sentido común y buen juicio', y contra el sentido estético y buen gusto… ¡de la mexicana! Otro malandrín al basurero de la historia. Todo es cuestión de tiempo".
Las otras sospechas sobre Almagro
A principios de abril, un grupo de congresistas estadounidenses dirigieron una carta al secretario de Estado, Antony Blinken, y al embajador estadounidense ante la OEA, Francisco Mora, sosteniendo que el "alcance" de la investigación por el vínculo con la funcionaria "es totalmente insuficiente". En la misiva los ocho legisladores del partido demócrata, entre quienes se encuentran Ihan Omar y Rashida Tlaib, argumentaron tener conocimiento de "otras acusaciones muy creíbles que implican actos ilícitos mucho más atroces y perjudiciales".
Algunas de las acusaciones apuntan a que en 2018, altos funcionarios de la Misión Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (Maccih), patrocinada por la OEA, "renunciaron a sus cargos y acusaron públicamente" a Almagro de abandonar la misión y "debilitar su labor". Miembros de la Maccih dijeron que Almagro tenía un "pacto de impunidad" con el expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández (ahora preso en Manhattan "a la espera de juicio por cargos de narcotráfico y armas", según la carta).
Los congresistas también recordaron que en octubre de 2019, el diplomático uruguayo y otros altos funcionarios de la OEA sugirieron en declaraciones "desacreditadas por estudios expertos" que "se había producido fraude electoral" en las elecciones de Bolivia y de esta manera se "exacerbó una grave crisis política". En esa línea, varios líderes y exlíderes progresistas de la región acusaron a Almagro de haber instigado el golpe de Estado contra el expresidente Evo Morales de noviembre de 2019.