Comienza el juicio al excomisario de la Dirección General de Inteligencia de la Policía Federal Argentina Roberto Álvarez, acusado por el secuestro y tormentos a Edith Aixa Bona en 1980. El juicio será llevado adelante por el TOF 4 de San Martín a partir de hoy miércoles, se realizará una vez a la semana, todos los miércoles durante seis audiencias. Álvarez es el único acusado en un debate que es desprendimiento de Contraofensiva I. Es juzgado por primera vez y su caso es recordado como el que demostró la potencialidad que podía producir la difusión de los juicios a través de las pantallas. Testigo durante el juicio Contraofensiva I en 2020 fue identificado cuando una de sus víctimas lo reconoció durante la audiencia oral trasmitida por el medio comunitario La Retaguardia en el contexto de la pandemia.

“En ese momento Aixa ve el rostro de Álvarez y lo reconoce como la persona que la trasladó en un auto desde Campo de Mayo donde se encontraba secuestrada hacia la departamental de la Policía Federal a cargo del propio Álvarez, donde permaneció otra cantidad de días cautiva en condiciones inhumanas", relató a la agencia Télam el abogado Pablo Llonto al anunciar la cercanía del juicio.

La propia Aixa Bona también habló de su captor en una entrevista. “Yo pensé que era un ‘traslado’”, dijo ella sobre lo que le había ocurrido en 1980. “Lo vi cuando me saca la capucha. Quería hablar. Me preguntaba qué pensaba. No tengo ninguna duda, en esa situación uno no se olvida de la cara, pero además está igual, un poco más canoso, y le reconocí la voz”.

En 1979, Aixa Bona y su pareja, Gervasio Martín Gaudix, militaban en Montoneros y habían regresado del exilio durante la Contraofensiva con el objeto de realizar acciones de resistencia a la dictadura. Aixa Bona fue secuestrada en agosto de 1980 en la Ciudad de Buenos Aires pocas horas después que su pareja. La llevaron a Campo de Mayo y luego a la Delegación San Martín de la PFA, donde Álvarez estaba a cargo de la jefatura. Ella permaneció una semana en San Martín encadenada a un catre y no le dieron de comer hasta que la legalizaron con un traslado a la cárcel de Devoto. Su pareja sigue desaparecida.

Para la fiscalía el dato más significativo es su adscripción a la inteligencia de la Federal. Pertenció a la Superintendentecia de Seguridad Federal. "O sea, era un tipo de Inteligencia dentro de la policía y comisario", explicó la fiscal Gabriela Sosti meses atrás. Eso es importante para esta causa porque el expediente intenta reconstruir desde su primer juicio el circuito de intercambio de datos en la llamada “comunidad informativa”, integrada por todos los miembros que pertenecían a la inteligencia de las distintas fuerzas. En ese contexto, uno de los intereses de esta causa es "demostrar una vez más la función que tenían las distintas policías en el aparato represivo de poder y fuerzas que estaban bajo el mando operacional del Ejército". Un objetivo de máxima sobre el que ahora comenzarán a avanzar.