El museo Jane Austen’s House -ubicado en la casa de Chawton, en Hampshire, donde la adorada escritora pasó sus últimos ocho años de vida- recientemente declaró que el 2023 es “el año de Cassandra”, en honor al 250 aniversario del nacimiento de la hermana, amiga y confidente de la autora. “Bonita, práctica y muy sensata, a menudo se la describe como la más solemne de las chicas Austen, aunque Jane pensaba que era realmente graciosa. De joven sufrió una tragedia cuando su prometido, Tom Fowle, murió en el mar. Nunca se casó, y dedicó su vida a su familia”, ofrecen desde las filas de la casa-museo, recordando que en Chawton fue Cassandra quien se hizo cargo de la administración del hogar, lo que le dio a Jane tiempo para escribir. “Sin el aliento, amor y ayuda de su hermana, difícilmente hubiese podido revisar Sensatez y sentimientos, Orgullo y prejuicio, menos que menos terminar La abadía de Northanger, Mansfield Park, Emma, Persuasión, en la pequeña mesa del comedor, junto a la ventana”, señalan.

La mesa del  comedor donde Jane Austen escribió sus novelas

Cuestión que, como parte de la seguidilla de homenajes prevista para el 2023, el histórico sitio inauguró recientemente My Dear Cassandra…, una exposición que explora la excelente relación de las hermanas, y que incluye un tesoro pocas veces visto, recientemente adquirido por la institución: una epístola del 27 de octubre de 1798 que Jane escribió y mandó a Cassandra mientras ésta última visitaba a Edward Austen Knight, hermano de ambas, en su hogar de Kent. La carta -aclaran desde la Jane Austen’s House- es una ventana a la personalidad brillante de la artista que, en clave doméstica, muestra su faceta animada, divertida, rebosante de humor mordaz y altas dosis de ingenio, contando chismes del vecindario y noticias domésticas.

La exposición recupera una carta inédita de la autora a su hermana Cassandra

Vale mencionar que se conservan alrededor de 160 misivas de puño y letra de la autora, y la mentada pieza es una de las primeras de las que se tiene registro. Consta de cuatro páginas, donde Jane discurre burlonamente sobre cuán deliciosa estuvo la cena (“El pollo hervido quedó perfectamente tierno; por tanto, no me veré obligada a despedir a Nanny”); sobre sus planes de “comenzar operaciones en mi sombrero, del que tú bien sabes dependen mis principales esperanzas de felicidad”; también acerca de una muerte en el barrio y el haber comprado tinta japonesa, entre otros asuntos cotidianos que harán las delicias del fiel séquito de fans de la inoxidable dama, siempre pendientes de cualquier novedad en torno a la tan querida escritora.