El partido, que se había suspendido cuando Riestra le ganaba a Comunicaciones 2 a 0, se jugó en la cancha de Defensores de Belgrano, a puertas cerradas, en dos tiempos, de dos y tres minutos. Comunicaciones necesitaba un gol para forzar penales. El resultado no se modificó y, por primera vez en su historia, el equipo del Bajo Flores estará en la segunda categoría del fútbol argentino.
El cotejo suspendido quedó en los anales de la vergüenza: faltaban cinco minutos cuando una invasión en el campo obligó a la suspensión del encuentro. A lo que se sumó la denuncia de que Riestra habría movido las líneas de cal de las áreas para hacerlas más grandes. Muchos opinaron que Riestra debió haber sido descalificado, pero la AFA aplicó la lógica de Julio Humberto Grondona: completar el partido.
Así se llegó a la decisión de jugar los cinco minutos restantes. Como en el partido de ida Comunicaciones había ganado 1 a 0, un gol hubiera empatado la serie. No pudo ser, en un partido sin público que, igualmente, tuvo un operativo que costó 40 mil pesos, a cargo de Riestra.
Con todo, el ascenso histórico de Riestra le trae complicaciones. En la sesión del Comité de Disciplina en la que se determinó completar el encuentro, se falló a favor de descontarle 20 puntos en el próximo campeonato, ascendiera o no. Ahora, consumado el ascenso, arrancará en la B Nacional con serios problemas para mantener la categoría. Debería hacer una campaña de más de 70 puntos, peleando el ascenso a Primera, para evitar el regreso a la B Metropolitana el año próximo. Leandro Freire, el jugador que lideró la invasión de campo, podría ser sancionado con dos años de suspensión.
Deportivo Riestra está gerenciado por el abogado Víctor Stinfale. Cuando lo tomó, el club estaba en la D, y tuvo un despegue casi sin antecedentes, hasta llegar a la B Nacional. Revulsivo en sus declaraciones (llegó a decir que hubiera sido “un honor” defender a Hitler), Stinfale tuvo a su cargo los asuntos del traficante de armas sitio Monzer Al-Kassar en la Argentina. El año pasado fue detenido y procesado por su rol en la organización de la fiesta electrónica Time Warp, donde murieron cinco jóvenes por la ingesta de drogas sintéticas.