Pese a que en las últimas semanas la temperatura promedio bajó considerablemente y las olas de calor quedaron atrás, los casos notificados de dengue siguieron en alza. En la Semana Epidemiológica 12/2023, que fue hasta el 26 de marzo, el total de infecciones registradas era de 16.143. A la siguiente, de 28.235, es decir, 12.092 casos más. En el último reporte, hasta el 9 de abril, el dato es de 41.257, lo que significa una suba de 13.022 notificaciones.
Lo llamativo de estos datos es que a lo largo de estas semanas, en las que hubo casi 25.000 nuevos casos en todo el país, el clima promedio fue descendiendo notablemente. La última semana de marzo tuvo días de hasta 31 grados de máxima en la Ciudad de Buenos Aires, mientras que para la del 9 de abril ya las máximas no superaban los 27 y el promedio estaba cerca de los 20.
Estos datos, si se analizan desde el simple sentido común, se contradicen con una premisa implícita: que el dengue, al ser una enfermedad causada por un virus que se transmite a través de la picadura de un mosquito, principalmente el aedes aegypti, es una enfermedad vinculada al calor, que desaparece con la llegada del frío. Para entender este fenómeno, y proyectar qué puede pasar las próximas semanas, hace falta cruzar algunos datos más.
Dengue: ya comenzó el descenso
El biólogo, investigador del Conicet y especialista en ecoepidemiología Juan Manuel Gurevitz explicó a Página|12 los puntos principales que podrían explicar este fenómeno y señaló que, en verdad, el descenso la temperatura se está reflejando en la cantidad de casos, ya que las infecciones semanales dejaron de crecer, tocando su pico.
“El mayor número de casos no lo tenés cuando las condiciones son óptimas, sino cuando dejan de ser óptimas. Porque si fueran óptimas la semana siguiente tendrías más casos todavía”, dijo el especialista. En la actualidad, si se miran los datos se observa cómo la multiplicación de casos comenzó a acercarse a 1 y para las próximas semanas se espera que ya sea negativa.
Cómo afecta el frío al virus del dengue
Por otro lado, explicó por qué el frío disminuye la circulación del virus. “Todo el desarrollo del mosquito depende de la temperatura. Tanto la parte acuática del huevo y la larva como la parte aérea del mosquito adulto. La temperatura depende de cuánto tarde en estar maduro un huevo, cuánto tarda la larva en pasar las etapas, cuanto tarde la pupa en dar el adulto”, comentó Gurevitz.
Además, el frío altera las características del mosquito adulto y cada cuántos días se alimenta. “Los adultos se alimentan con cierta frecuencia. Aumenta cuanto más calor hace. Entonces, cuanto más se alimenten, más chances hay de que adquieran el virus”, dijo en una segunda instancia.
En tercer lugar, el biólogo añadió: “A la vez, afecta la mortalidad. No solo se desarrolla más lento y aumenta la probabilidad de que se muera. Sino que también afecta y controla por completo el desarrollo del virus adentro del mosquito. Cuando más fresco haya, más tarda en completar eso”.
En concreto, el período extrínseco de incubación, es decir, cuánto tarda el mosquito aedes aegypti en desarrollar el virus para luego transmitirlo varía según la temperatura. Así, si fuera constante, a 30 °C tarda entre 5 y 7 días; a 25 °C, entre 11 y 15 días; y a 20 °C tarda unos 20 días.
“Ahí el período extrínseco de incubación empieza a competir con la longevidad del adulto. Si el mosquito tarda menos en morirse que el virus, es imposible de transmitir. Cuando las temperaturas son óptimas en el terreno, puede vivir 15 días. Todo eso es lo que está involucrado en relación a la temperatura”, puntualizó en último lugar.
Otros factores a tener en cuenta
Gurevitz, que trabajó a fondo sobre la relación entre la temperatura y el dengue cuando estudió el brote de dengue del 2016 en la Ciudad de Buenos Aires, señaló otros factores que se deben tener en cuenta y aseguró que en este momento se está viviendo una situación similar a aquella, y que todo indicaría una potencial disminución progresiva de casos.
“Aún cuando empezó a hacer frío, tenés mosquitos infectivos, que vienen de cuando hacía calor. A eso hay que sumarle que las personas tardan aproximadamente cinco días en desarrollar síntomas. Más el delay que tiene la detección. Lo que vemos de casos no es confiable. Está incompleta. Estamos hablando de la gente que se contagió hace un mes”, agregó.
De todos modos, el especialista fue tajante al advertir: “No es una buena estrategia depender de la temperatura para que deje de haber casos de dengue, porque la temperatura no la controlamos. Pero sí controlamos los recipientes que juntan agua, que no son solo los “cacharros”, sino que pueden ser tanques de agua, recipientes, depósitos, edificios públicos, basurales, baldíos, vía pública, pozos de agua, etc”.
Cuatro recomendaciones para prevenir el dengue
- Eliminar recipientes que acumulen agua, o vaciarlos y cepillarlos para evitar su reproducción
- Utilizar repelentes
- Optar por el uso de ropa clara y de manga larga
- Colocar tules o redes en cunas y cochecitos