A partir de las 22 de este viernes, habrá un nuevo paro de subtes. La Asociación Gremial de Trabajadores del Subterráneo y Premetro (Agtsyp) interrumpirá el servicio en las líneas A y H, hasta el horario del cierre. La medida se suma a las acciones en reclamo de dos francos semanales para reducir la exposición al asbesto que los trabajadores vienen llevando a cabo en las últimas semanas.
Además del corte del servicio, desde las 21 liberarán molinetes en las estaciones cabeceras de esas líneas: San Pedrito y Plaza de Mayo (línea A) y Facultad de Derecho y Hospitales (línea H).
Los representantes de los trabajadores precisaron que el motivo de esta protesta es continuar reclamando “la reducción de la jornada laboral para minimizar así nuestro grado de exposición a los factores insalubres presentes en nuestro ámbito de trabajo”. A su vez, insisten con “la denuncia por la presencia de material cancerígeno en la red” y exigen “la desabestización integral y el urgente cambio de las flotas contaminadas”.
“Exigimos al Gobierno de la Ciudad y al concesionario una solución inmediata a la crisis sanitaria provocada por el asbesto en el subte ya que está en riesgo la vida de trabajadores y usuarios. Esta realidad ya provocó la afectación a más de 80 trabajadores, la muerte de otros 3 y la contaminación de usuarios de la red”, agregaron en el comunicado.
Acerca de la postura de la empresa Metrovías-Emova, que sostiene que “no existe riesgo alguno para los trabajadores y usuarios por la presencia de asbesto en el subte”, afirmaron que “demuestran así su interés histórico por la seguridad de las personas que trabajamos y utilizamos el transporte subterráneo”.
En este sentido, invitaron a los usuarios del subte y a los vecinos de la red a sumarse a “la campaña de denuncia” y a exigir junto a los trabajadores “la desabestización de la red de subterráneos”.
Qué es el asbesto
El amianto o asbesto es la combinación de un grupo de minerales que no tiene olor. Sus fibras se esparcen por el aire y provocan cáncer a quienes están en contacto con este material, cuyo uso está prohibido por el Ministerio de Salud de la Nación desde 2003.
Pasajeros y trabajadores del subte se vieron directamente afectados por este material desde 2011, cuándo Mauricio Macri, por aquel entonces jefe de Gobierno porteño, compró 24 unidades usadas al metro de España, que contienen asbesto.
A precio de ese momento, cada unidad costó unos 550 mil dólares. Aunque esos vagones ya no circulan, delegados gremiales estiman que el 37% de la flota de los subtes de Buenos Aires todavía contiene asbesto y se siguen usando en las líneas C y B.
Desde AGTSyP manifiestan que existe un fallo de la justicia porteña que ordena a la empresa y al Gobierno de la Ciudad retirar el material cancerígeno del subte pero que por el momento no se llevó a cabo ningún cambio de flotas.