A Gustavo “Cuchi” Leguizamón le gustaba más silbar con los pájaros, escuchar a los sapos y observar a los zorros que ocupar su tiempo discutiendo con los dueños de las discográficas y los empresarios de la música. En vida, el compositor y pianista salteño editó solo dos discos, pero dejó una obra musical inmensa que se expandió a través del trabajo de los intérpretes, con el Dúo Salteño a la cabeza. “Leguizamón fue uno de los esfuerzos intelectuales y artísticos más interesantes de este país por conjugar las viejas culturas –aquellos espectros de la tierra– y las vanguardias musicales”, lo definió una vez Liliana Herrero, una de las intérpretes más estudiosas de su obra. El legado del músico salteño, uno de los nombres más importantes del folklore argentino, contará a partir del viernes 21 con un espacio destinado a su preservación y difusión: la Fundación Legado Cultural Cuchi Leguizamón.
El lanzamiento de la Fundación se realizará a las 19 en el Salón Blanco del Centro Cultural América (Mitre 23, Salta) y el evento será transmitido a todo el mundo a través de la cuenta de Facebook de la organización. El plan de trabajo de la Fundación propone, entre otras cosas, la edición y publicación de libros y discos, la creación de un sitio web, la producción de material audiovisual y la presentación de convenios con la Secretaria de Cultura de Salta, la Universidad Nacional de Salta, la Biblioteca y el Archivo provincial. Además, el viernes se realizará la presentación y convocatoria a participar del proyecto Archivo Cuchi Leguizamón. “El archivo se nutre del material que tiene la familia, pero también tenemos que entusiasmar a la gente para que donen copias u originales de los materiales que crean convenientes, para que toda la documentación sobre el Cuchi esté pública, ordenada y sea de acceso libre”, puntualiza Juan Martín Leguizamón, hijo del Cuchi y presidente de la Fundación.
“La idea de la fundación tiene que ver con tener un instrumento para desarrollar algunos proyectos importantes como, por ejemplo, la edición y publicación de discos con material inédito”, resalta Leguizamón. “Un material que ha sido grabado de manera impecable, con un buen piano y un buen momento del Cuchi. Creemos que de ahí salen dos discos muy buenos y queríamos hacerlos circular”. Se trata de las grabaciones de conciertos que el compositor salteño brindó en el Teatro San Martín de Buenos Aires en 1986. “Hay algunas piezas inéditas. Por ejemplo, es difícil escucharlo tocar ciertos temas como la zamba ‘Balderrama’. No hay grabaciones donde el Cuchi la ejecute y aquí si está”, precisa Leguizamón sobre el escaso material discográfico grabado por él. “Cuchi no ha sido un promotor tan directo de su obra porque entró a un sello discográfico una sola vez en su vida. Me parece que eso es una cosa bastante extraña, porque se hizo muy conocido pero no hay tanto material ejecutado por él”, sostiene.
“Después hay un par de cosas más, como el disco que salió en Página/12 (Gustavo Cuchi Leguizamón en vivo en Europa, 2004), que es un material que se grabó en Europa cuando fue a tocar allá en 1991. Otro material en vivo que pudo conformar un disco fue un concierto que dio en Rosario, que grabó Manolo Juárez y editó Melopea en 1983. Y no hay más”, se lamenta. “Después tenemos un proyecto editorial, en principio, con un libro de poesía del Cuchi, que es una faceta que se conoce menos aunque él tiene muchas letras de sus músicas y además una gran cantidad de poemas inéditos”, precisa. “Todo eso de manera personal no se puede hacer, por eso necesitábamos tener un espacio institucional que pudiese canalizar toda esa energía en función de desarrollar todos estos proyectos. Creemos que el Cuchi genera interés y abre puertas”.
De todos modos, los objetivos de la Fundación son mucho más amplios que la recopilación y edición de material. “Nosotros pretendemos trabajar no solo con la obra del Cuchi, sino también con muchas otras expresiones en lo social y lo artístico. Tenemos intención de trabajar con expresiones culturales que tal vez no tienen espacio en los circuitos comerciales. Nos interesa vincularnos con trabajos de impacto más social. En Salta, por ejemplo, hay una escuela de fútbol llamada Cuchi Leguizamón y queremos también apoyar iniciativas de esa índole”, destaca. “Desde la fundación queremos trabajar por la cultura popular, por el arte y la creación en todos sus ámbitos, por el fortalecimiento de circuitos independientes, alternativos, prácticas colectivas y más representativas, tomando la experiencia del Cuchi que un día dijo: ‘A mí no me puede decir el director de un sello discográfico o un empresario qué tengo que producir como artista. Porque mi arte no es un negocio aunque me dé de comer. Mi arte intenta producir una transformación social’", concluye.