La Justicia pasó de on a off y le dio una doble alegría al Presidente. La Sala II de la Cámara Federal porteña confirmó que no debe ser investigado por lavado de activos. Y lo hizo justo en medio de la campaña para las PASO del 13 de agosto. Así tanto Mauricio Macri como su familia esquivaron las explicaciones que según el fiscal Federico Delgado deberían dar por su participación en las sociedades Fleg y Kagemusha, dos firmas off shore.
Kagemusha fue inscripta en el paraíso fiscal de Panamá y está en la lista de PanamaPapers, el escándalo financiero global que hizo renunciar, entre otros, al primer ministro de Islandia, SigmundurGunglausson, y al de Pakistán, NawazSharif. Fleg fue inscripta en el paraíso fiscal de Bahamas.
En las dos sociedades figuran Franco Macri y Mauricio Macri.
En el segundo caso, el de Fleg, quedó establecido que la sociedad fue utilizada para crear empresas y hacer negocios en Brasil. Los datos fueron recogidos durante el último año por el diputado neuquino del Frente para la Victoria Darío Martínez, por el fiscal Delgado y por pesquisas periodísticas. Pero más allá del fiscal la Justicia no actuó a fondo: fue tan poco curiosa como la Cancillería argentina, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil y la Justicia brasileña.
Los camaristas Eduardo Farah y Martín Irurzun confirmaron la declaración de incompetencia del juez federal Sebastián Casanello. Delgado se había opuesto a la posición del juez pero el fiscal de Cámara Germán Moldes dictaminó contra Delgado.
Fue una profecía autocumplida. La Justicia terminó dando por cerrado un caso que nunca quiso abrir de verdad.