"El personal policial no corría riesgo de vida como para accionar sus armas", declaró este jueves Gustavo Gauna, ex jefe de la División Homicidios de la Policía Federal que intervino en la investigación del crimen de Lucas González. En la cuarta audiencia del juicio, el comisario calificó al hecho como "aberrante" y complicó la estrategia de los agentes porteños Gabriel Isassi, Fabián López y Juan José Nieva, que en la primera jornada dijeron que actuaron en "legítima defensa". También declaró un testigo de la detención de los amigos de Lucas, que contó cómo los esposaron y aseguró haber visto a policías porteños abrir el baúl del auto en el que luego se halló un arma de juguete.
El comisario inspector Gauna, jefe de Homicidios de la Federal al momento del crimen, ingresó a la sala pasadas las 11 de la mañana. Contó que su división comenzó a intervenir en los hechos el 20 de noviembre de 2021, tres días después del crimen, encomendada a hacer arrestos, allanamientos y coordinar la secuencia fílmica de más de veinte cámaras secuestradas en Barracas. También, dijo, participó de la reconstrucción de los hechos de diciembre de ese año. "Fue un hecho aberrante y no hay dudas de que se documentó tal cual aconteció", afirmó el comisario en su declaración. Ante esto, el abogado de la querella, Gregorio Dalbón, pidió que precisara su calificación de "aberrante": "Lo que se determinó fue que las armas fueron utilizadas, impactaron sobre el vehículo y, a mi entender, el personal policial no corría riesgo de vida como para accionar sus armas", amplió el comisario.
Gauna se refería al momento en que el Nissan sin identificación de la brigada interceptó a la Surán de Lucas y sus amigos en Iriarte, entre Vélez Sarsfield y Luzuriaga. Allí los policías se bajaron y dispararon al vehículo que huyó por Luzuriaga. En sus declaraciones, Julián Salas, Joaquín Zuñiga y Niven Huanca, los tres amigos de Lucas, dijeron que creyeron que se trataba de un robo. Desde la defensa le preguntaron entonces al comisario cómo podía saber que los policías no estaban en riesgo: "Porque la situación en la que se desarrollan los acontecimientos es la no detención de un vehículo que supuestamente no acata una orden de detención", respondió Gauna, que reiteró en cuatro ocasiones que "no hubo enfrentamiento".
La declaración del entonces jefe de Homicidios impacta de lleno en la estrategia de los oficiales imputados por el homicidio agravado. En la primera audiencia los tres declararon haber actuado "en cumplimiento del deber" y en "legítima defensa". En la etapa de instrucción, en tanto, sostuvieron que dispararon para "repeler" el avance de la Surán sobre ellos. Antes de Gauna declaró el inspector Gustavo Maciel, también de Homicidios, quien ratificó que el auto de la brigada "no tenía sirena". A Maciel le consultaron si se puede hacer una persecución sin sirena y respondió que "de acuerdo a los protocolos de policía no".
Luego declaró Federico Sisa, comerciante de 43 años que vive a una cuadra de Alvarado y Perdriel, la esquina en que dos de los tres amigos de Lucas fueron detenidos y en la que los otros 11 imputados están acusados de elaborar el intento de encubrimiento. Sisa contó que ese día estaba en su casa cuando escuchó gritar "mataron a Lucas". Dijo que entonces bajó a la calle y encontró a los chicos "en shock": "Gritaban eso y no me contestaban. Dos fueron hacia la esquina y otro salió corriendo", relató en referencia a Niven, que escapó de la escena para luego presentarse por su cuenta en una comisaría.
El hombre grabó un video que se exhibió durante la audiencia. Allí se ve a Julián y a Joaquín esposados boca abajo contra el piso y a la Surán donde todavía estaba Lucas rodeada de policías. "Un policía me informó que eran delincuentes", aseguró sobre ese momento. Sisa contó que, al creer eso, él mismo le dijo a una agente que otro chico se había escapado. Sobre la impresión inicial que le dieron Joaquín, Julián y Niven antes de escuchar la versión policial, sostuvo que "parecían estudiantes porque estaban con las mochilas" y agregó que "nos han robado en varios casos y la gente que te roba se va, pero ellos estaban ahí, por eso me acerqué". Sisa también afirmó que vio policías abrir el baúl de la Surán. El dato es importante porque los 11 imputados por el encubrimiento están acusados de manipular el auto de los chicos, donde los peritos de la Federal hallaron luego un arma de juguete.
Uno de los últimos testigos de la jornada fue el agente Marcos Ovejero, que ese día fue chofer de Rodolfo Ozán, comisario de la vecinal 4A que en una llamada peritada pide "emprolijar esta cagada". Ovejero fue el primer testigo de parte de las defensas y señaló a su superior como quien gritó en Alvarado y Perdriel "nadie filma, nadie saca fotos", algo que la semana pasada había declarado la primera médica que atendió a Lucas, aunque sin identificar al autor del grito. Lo que ahora dijo el agente ya lo había declarado Ozán en la instrucción. Cuando le preguntaron si era normal que se dijeran estas cosas, Ovejeró siguió la versión de su superior y aseguró que sí "para resguardar el lugar del hecho" porque "hay veces que por el morbo se puede filtrar".