A.V tiene 35 años y dos hijos de 4 y 7 años. Desde el año 2015 radicó denuncias contra M.AG.P por haber ejercido violencia de todo tipo contra ella e incluso abuso sexual, sin embargo, explica que la Justicia de Catamarca no actuó y ya son 20 las denuncias radicadas. En una de las últimas, ella terminó internada dos semanas por los golpes.

Angustiada A.V habló con Catamarca/12 y recordó su historia de violencias desde que conoció al padre de sus hijos en 2014. “Empecé viviendo violencia psicológica durante los primeros meses de mi relación. Pero él siempre pedía perdón y seguíamos”. En 2016 tuvieron a su primer hijo, y a la violencia psicológica se le sumaron las amenazas de muerte hacia ella por parte de amigas de él, que pertenecían a la barra brava de Boca”.

En marzo de 2017, A.V fue víctima de abuso sexual de otra persona. Esa vulnerabilidad comenzó a afectar su estado de estado de salud, y temió lo peor: "Yo era muy creyente y practicante de la religión católica, por eso le pedí a él que nos casemos, porque yo quería ese sacramento”, cuenta.

“La primera semana de casados, él me tiró por las escaleras de la casa de mi padre. Después del nacimiento de mi hijo, la violencia se agravó. Él no trabajaba, hasta que le consiguieron un trabajo; yo lo mantenía con tres actividades que debía hacer para que estemos bien. Era el padre de mi hijo y siempre lo perdonaba, él me decía que su padre le hacía lo mismo a su mamá y que por eso él lo repetía”, cuenta.

A.V comenzó a denunciarlo por violencia, pero nada sucedía. Luego de sucedido el abuso, comenzó a asistir a una psicóloga y con esas sesiones pudo comprender el círculo de violencia en el que se encontraba. No obstante “él no quería separarse, me decía que si eso pasaba él se llevaría a nuestro hijo porque yo estaba loca” .

En medio de su vulnerabilidad, su pareja  M.AG.P, abusó de ella y fue en ese momento que quedó embarazada de segunda hija. “Quiero que quede claro que más allá de las circunstancias, y que desde entonces yo nunca más le permití que me tocara, yo amo con toda mi alma a mi hija”, dijo quebrándose y rompiendo en llanto.

Los golpes no paraban, “me pegó piñas, me revoleó de los pelos y caí a una pileta. Recuerdo como si fuera hoy que un 8 de marzo me hice una ecografía para saber el sexo y me dijeron que era una nena y fui tan feliz, deseaba una nena. Pero él se enojó, me pegó cuando llegamos a casa y me dijo, que iba a ser puta como yo”.

Su embarazo fue de riesgo y pudo concluirlo luego de 10 internaciones y seguimientos médicos, incluso “una patada en la panza”, cuenta con dolor.

A.V, pudo separarse finalmente en 2019, luego de que una golpiza la dejara con las costillas quebradas y dos semanas de internación en el hospital. “El abuso recién pude denunciarlo el año pasado” cuenta.

Hoy, pide a la Justicia que resuelva “porque tiene más de 20 denuncias por violencia y siguió ejerciéndola a través de mis hijos, con quienes me amenazó que me los iba a quitar y así lo hizo”, contó.

Según explicó, él además de las denuncias por violencia y abuso sexual, también acumuló una condena por intento de robo y tendría otras causas por delitos contra la propiedad. “Mientras la justicia no hace nada y se demora, él se encargó de quitarme a mis hijos y hace 6 meses que no puedo verlos, y esa es la peor de las violencias”, concluye.