El presidente Alberto Fernández anunció a través de un video de siete minutos que no competirá por la reelección y confirmó que las candidaturas del Frente de Todos se definirán a través de unas elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Además, le bajó el tono a las internas en el oficialismo, enumeró las dificultades que debió afrontar su gestión y reconoció que el gobierno no logró todo lo que se propuso.
"Está claro que no logramos todo lo que nos propusimos", reconoció el Presidente, que apuntó a la herencia recibida del gobierno macrista y señaló que el Frente de Todos recibió en 2019 "un país endeudado, en recesión, en default, con alta pobreza e inflación". "La responsabilidad y el compromiso me llevan hoy a estar convencido, sin espacio para ninguna duda que tengo que concentrar mi esfuerzo, mi compromiso y mi corazón en resolver los problemas de los argentinos", enfatizó.
Además, remarcó: "Creo que las PASO son el vehículo para que la sociedad seleccione los mejores hombres y mujeres de nuestro frente que mejor nos represente en las próximas elecciones generales".
"El próximo 10 de diciembre es el día exacto en que cumplamos 40 años de democracia. Ese día, entregaré la banda presidencia a quien haya sido elegido legítimamente en las urnas por el voto popular", puntualizó sobre el final del video, donde remarcó además que trabakará para el próximo presidente pertenezca al Frente de Todos.
Qué dijo Alberto Fernández
Estamos en las vísperas de cumplir 20 años de la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia de la Nación. Tuve el enorme privilegio de llegar con él a la Casa Rosada y ser, también, testigo de gesta. Hoy, hace casi cuatro años que iniciamos el camino que nos llevó al triunfo en las elecciones del 2019, dando final a un ciclo de desazón para el pueblo argentino.
Cuando me tocó asumir la conducción del país, estábamos, una vez más, en una situación límite. Todos y todas sabemos que no han sido estos años tiempos fáciles. Recibimos en 2019 un país endeudado, en recesión, en default, con alta pobreza e inflación. Y debimos enfrentar una pandemia mundial, una guerra y en este momento, las consecuencias de una brutal sequía.
En medio de tantos avatares, volvimos a crecer. Construimos viviendas como nunca se había hecho. Hicimos obra pública en todo el país. Algunas estratégicas, como el gasoducto Néstor Kirchner. Ampliamos derechos para las mujeres y disidencias. Fortalecimos la ciencia y la educación y también revitalizamos el aparto productivo. Defendimos nuestras posiciones en los foros internacionales. Somos protagonistas del destino latinoamericano y tendimos puentes en un mundo en crisis.
Está claro que no logramos todo lo que nos propusimos. Nos duelen las familias en condición de pobreza. Nos duelen los bajos ingresos. Nos duelen los proyectos y sueños que no pudieron concretarse. Pero, a pesar de tantas dificultades, tengo una certeza. No temé una sola medida en contra nuestro pueblo.
Hoy, un nuevo problema nos aqueja. La sequía más importante en más de un siglo nos pone en alerta roja. Nos obliga a rediseñar todos nuestros objetivos. Nos convoca a dedicarnos exclusivamente a este nuevo desafío. Han dejado de ingresar a la Argentina casi 20 mil millones de dólares. En tan difícil contexto, todavía vemos cómo los especuladores de siempre generan inquietud en los mercados jugando con el dólar ilegal. Lejos estoy de quejarme. A los que abrazamos la política como vocación y buscamos asumir responsabilidades para mejorar la sociedad en la que vivimos, no nos cabe el lamento.
Nos cabe la responsabilidad histórica de hacer con honestidad lo que nos toca. Esa responsabilidad y compromiso me lleva hoy, como Presidente de la Nación, a estar convencido, sin espacio para ninguna duda, que tengo que concentrar mi esfuerzo, mi compromiso y mi corazón en resolver los problemas de los argentinos y las argentinas. Como enfrentamos la deuda, como lo hicimos durante la pandemia, como sobrellevamos los efectos de la guerra, como nos repusimos cada vez que tuvimos dificultades, unidos, con claridad, en equipo, poniendo todo nuestro esfuerzo, encontrando soluciones novedosas donde otros no ofrecen salidas. Vamos a superar esta situación. Y vamos a seguir trabajando por el crecimiento y la distribución.
Desde que comencé a militar políticamente, en los años 70', nunca antepuse una ambición personal a la necesidad del conjunto. Como militante peronista siempre supe que primero estaba la Patria, después el movimiento y por el último, los hombres. Es por eso que voy a cumplir esta escala de prioridades.
El contexto económico me obliga a dedicar todos mis esfuerzos a atender los difíciles momentos que atraviesa la Argentina. Como dije recién, después de la Patria, viene el movimiento. Permítanme también hablarle a mis compañeros y compañeras. Creo fervientemente en el la democracia como sistema para lograr nuestros objetivos en una comunidad organizada. También debemos usar sus herramientas para la vida partidaria. Por eso, creo que las PASO son el vehículo para que la sociedad seleccione los mejores hombres y mujeres de nuestro frente que mejor nos represente en las próximas elecciones generales.
Como Presidente del Partido Justicia, voy a garantizar que todas y todos los que se sientan capacitados para encarar este desafío puedan hacerlo. Necesitamos generar un nuevo círculo virtuoso. En el que otros se empoderen para volver a conquistar los corazones de quienes siguen mirándonos como el espacio que garentice que no volverá la derecha a traernos su pesadilla y su oscuridad.
Sepan todos que voy a involucrarme directamente para que esto sea posible. En estos años, elegí soportar algunas críticas o enfrentar maniobras de desprestigio en contra del gobierno nacional y nunca respondí. Por mi responsabilidad como presidente, evité toda escalada en los conflictos.
Siempre actué de ese modo, para garantizar la unidad de nuestro espacio político. Llegamos hoy, pese a todas las dificultades, unidos antes de iniciar una nueva contienda electoral. Esa unidad se fortalecerá con la competencia, con la militancia, con la búsqueda de nuevos protagonistas. El peronismo del siglo 21 no puede ignorar las demandas de participación de nuestros militantes.
Siempre nuestra fortaleza estuvo en nuestra capacidad para interpretar e interpelar a la sociedad. En estos tiempos, tal vez más que en otros, necesitamos revitalizanos. Más allá de las críticas internas y del mayor o menos acompañamiento recibido, no tengo en el Frente de Todos un solo adversario. Al contrario, reconozco en ellos y ellas un destino común. Mis adversarios son aquellos a los que debemos enfrentar en las elecciones generales.
Dije que volvíamos para ser mejores. Para ser mejores, debemos democratizar nuestro espacio. Démosle la lapicera a cada militante. El peronismo tiene la fuerza, la militancia y los cuadros para lograr la victoria. Esa victoria depende de nosotros. En este año, cumplimos 40 años de democracia. Este logro nos llena de orgullo y hace aún más evidente nuestras deudas con una parte importante de nuestro pueblo.
Hago un llamamiento para que todos transitemos este tiempo electoral tan proclive a los excesos, con el mayor de los respetos por nuestros contendientes. Podemos efectuar desde los espacios públicos todos y todas un aporte genuino para mejorar el debate político que nos merecemos. Nadie debe dejarse engañar, no todo es lo mismo en la política. Aquellos que pregonan la libertad son los que más hacen para establecer un sistema socialmente injusto.
El próximo 10 de diciembre es el día exacto en que cumplamos 40 años de democracia. Ese día, entregaré la banda presidencia a quien haya sido elegido legítimamente en las urnas por el voto popular. Trabajaré fervientemente para que sea un compañero o una compañera de nuestro espacio político y represente a quienes seguimos y seguiremos luchando por una patria justa, con equidad y felicidad para todos y todas.