El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, llegó este viernes a Portugal para dar inicio a una gira de cinco días en la que espera acercarse la Unión Europea luego de generar algunos roces diplomáticos por su postura sobre la guerra entre Rusia y Ucrania. Se trata del primer viaje de Lula a Europa desde que volvió al poder a principios de año, y luego de visitar otros cinco países, entre ellos Estados Unidos y China, con el objetivo de recuperar la presencia de Brasil en la escena internacional tras el aislacionismo de su predecesor, Jair Bolsonaro.
Agenda política y comercial
Lula, que luego de visitar Portugal viajará a España, promete volver a poner a su país en el centro de la geopolítica global. "El viaje forma parte de la reactivación de las relaciones diplomáticas de Brasil con sus principales socios, como ya fue el caso de la visita a China hace diez días, después de Estados Unidos, Argentina y Uruguay al inicio de este gobierno", subrayó la presidencia brasileña en un comunicado.
El extrabajador metalúrgico de 77 años aterrizó en Lisboa a media mañana del viernes, pero el programa de su visita de estado no empieza hasta el sábado, con reuniones con el presidente portugués Marcelo Rebelo de Sousa y el primer ministro socialista Antonio Costa.
Coincidiendo con la 13ª cumbre luso-brasileña, la primera en siete años, se firmarán una docena de acuerdos bilaterales, en particular en los campos de la energía, la ciencia, la educación y el turismo. Este último punto es clave, ya que la brasileña es la mayor comunidad extranjera en Portugal, con más de 200 mil personas.
El lunes, después de un encuentro con empresarios en Oporto, Lula participará en la entrega del Premio Camoes, la más alta distinción de la literatura de habla portuguesa, que se otorgará esta vez al famoso cantante y autor brasileño Chico Buarque.
Antes de volar a Madrid el martes, el mandatario pronunciará un discurso ante el Parlamento portugués durante una sesión previa a las conmemoraciones del 49º aniversario de la Revolución de los Claveles, que puso fin a 48 años de dictadura y 13 años de guerras coloniales en África. La presencia de Lula en la casa de la democracia lusa el próximo 25 de abril no está exenta de polémica.
Aunque la izquierda se mostró a favor, la derecha dejó fuertes críticas tanto por la presencia de Lula como por el hecho de que la invitación partiera del Ejecutivo, cuando la organización de la sesión solemne es responsabilidad del Parlamento. Debido ase malestar, Lula pronunciará un discurso en una sesión organizada el mismo 25 de abril pero fuera de las conmemoraciones oficiales.
Polémica sobre Ucrania
El reciente viaje de Lula a China, con una escala en Emiratos Árabes Unidos, estuvo marcado por sus comentarios sobre el conflicto en Ucrania, una cuestión espinosa que también será tratada durante su entrevista con el jefe de gobierno portugués. El sábado pasado Lula generó controversia durante su estancia en Beijing al pedir que Estados Unidos deje de "alentar la guerra" en Ucrania y que la Unión Europea "empiece a hablar de paz".
Sus declaraciones fueron muy criticadas por Washington, que lo acusó de "hacerse eco de la propaganda rusa y china sin tener en cuenta los hechos". Lula también reiteró que las responsabilidades por la guerra desencadenada por la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 son compartidas entre los dos países.
El lunes pasado Lula recibió en Brasilia al canciller ruso, Serguei Lavrov, quien agradeció a Brasil su contribución en la búsqueda de una solución al conflicto y "su excelente comprensión de la génesis de esta situación". Sin embargo el mandatario brasileño cambió el tono el martes, condenando la "violación de la integridad territorial de Ucrania" por parte de Rusia.
La Unión Europea dijo este viernes que quiere hablar directamente con responsables del gobierno de Brasil para dejar claro que sólo Ucrania puede decidir el momento apropiado para un alto el fuego con Rusia. "Hablaremos con nuestros amigos brasileños y les diremos que no es el momento para eso. El momento es cuando Ucrania diga que es el momento", indicó un alto funcionario de la comunidad europea.
El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, espera reunirse con el asesor especial para Asuntos Internacionales de la presidencia de Brasil, Celso Amorim, el próximo 25 de abril en Bogotá, adonde acudirá para participar en la reunión de cancilleres impulsada por el presidente colombiano, Gustavo Petro, para desbloquear las negociaciones entre el gobierno y la oposición de Venezuela.
Amorim, antiguo ministro de Exteriores en el primer mandato de Lula, visitó recientemente Moscú, donde se reunió con el presidente ruso, Vladimir Putin, y el canciller Serguei Lavrov. "No hay una solución mágica, pero habrá un momento en que de un lado o del otro surgirá una percepción de que el costo de la guerra, no solo político, sino también humano y económico, será mayor que el de las concesiones para la paz", dijo Amorim luego de su viaje a la capital rusa.
Próxima estación, España
La gira de Lula seguirá el próximo martes en Madrid, donde el presidente tiene previsto asistir a un seminario que congregará a empresarios brasileños y españoles. También se reunirá con el rey Felipe VI y el miércoles será recibido por el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, en el Palacio de La Moncloa.
Tanto en Lisboa como en Madrid Lula buscará defender el avance de la negociación para un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, que necesita ser ratificado por los parlamentos de todos los países, un proceso que se detuvo en 2019. "Para Brasil, tanto Portugal como España son las puertas naturales a Europa", aseguró Lula, quien no participó este año de la Cumbre Iberoamericana realizada el mes pasado en República Dominicana, a la que envió a su canciller Mauro Vieira, y dio prioridad a otros foros, como el regreso de Brasil a la Celac y la Unasur.