“Me gusta difundir la simpleza, no complicar la cosa, y divertirme, soy un laburante de la gastronomía”, solía decir Guillermo Calabrese al definirse. El popular cocinero televisivo, quien falleció en la madrugada de este 21 abril, en la ciudad de Buenos Aires, había logrado instalar en las pantallas de TV esa impronta de “simpleza y creatividad”. Así se hizo querer y cultivó un estilo descontracturado y cercano. “Cala” le hablaba al televidente, con generosidad. Desde sus comienzos en Cocineros Argentinos --en la TV Pública--, donde acompañó a Carlos “Gato” Dumas, su maestro; al actual magazine Qué mañana! --por El Nueve--, donde no solo cocinaba sino también animaba y conducía, de lunes a viernes de 10 a 12AM.
Su inesperada muerte, a los 61 años, por una “muerte súbita”, según confirmó el director del Hospital Fernández --allí el conductor de El Nueve llegó sin signos vitales--, conmocionó al mundo de la televisión, dentro y fuera de los sets, sobre todo en El Nueve --donde trabajó hasta el día anterior--, y en la TV Pública donde condujo el ciclo de cocina que cambió la forma de hacer gastronomía por TV: ni gourmet ni clásica, adaptada a los tiempos modernos y al paladar argentino.
La triste noticia impactó también en los espectadores, su público. Y desde temprano en las redes sociales, donde Cala era una presencia cotidiana, se expresaron condolencias y pesares. Entre las emblemáticas, el twitter de La Garganta Poderosa que lo describe como “un chef increíble y un tipo con corazón”, junto a los recuerdos de sus compañeros en El Nueve y de la TV Pública. "Cala, como se lo llamaba --destaca el comunicado del Grupo Octubre, al que pertenece Canal 9--, conducía este exitoso magazine de cocina y entretenimiento desde febrero de 2022, y con su talento culinario y simpatía imprimió un sello particular a la práctica gastronómica en la televisión" (ver aparte).
Su espontaneidad, su taza de café, su risa, se evocan hoy entre anécdotas y secretos culinarios transmitidos por TV. Y por supuesto su festejo al aire en la TV Pública, en 2018 --pleno gobierno macrista--, ante la rítmica consigna política --antimacrista-- que se escuchó al volver al piso tras la presentación de una banda de música que osó cerrar, con música, el cántico que tarareaba más de medio país: “Mauricio Macri LPQTP". Ese festejo, aunque luego tuvo una disculpa de Cala, le costó su espacio en el canal oficial.
El "cocinero compañero"
Allí, en el canal estatal, Cala moldeó su impronta desde que comenzó a cocinar frente a cámaras, junto al “pionero”, como llamaba Calabrese al Gato Dumas, en 2010. Allí creció y consolidó un estilo: popular por lo accesible, no solo de su recetario televisivo, sino también por la empatía que lograba con los televidentes. La marca de Guillermo Calabrese en las pantallas de TV queda sellada a esa amabilidad que evocan sus compañeros: “Se venía a los asados con nosotros”, recuerda un camarógrafo de la TV Pública. “Escuchaba con atención cada propuesta”, añade una productora de El Nueve.
“Voy a la tele a divertirme, me gusta comunicar y transmitir, y que pase un buen rato el espectador” se presentaba ante la prensa, en su rentrée de 2022. El Nueve fue su pantalla para ese regreso, esperado por muchos, luego del infortunado episodio por el que dejó la pantalla oficial, en 2018. La anécdota irradió su aura en pocos segundos de aire, los que alcanzaron para que sonara en los acordes de un acordeón la consigna política más popular del momento y Cala se convirtiera en “el cocinero compañero”, adalid de los rebeldes y desprotegidos argentinos que habían comenzado a padecer el neoliberalismo macrista.
Luego del episodio, Calabrese dejó el ciclo, al que volvió en 2020, solo para “terminar su contrato”. Así lo dejó en claro, a explicar en redes sociales “No tuve ningún problema con la TV Pública --se encargó de señalar--, estaba contratado por una productora y el contrato terminó, los ciclos terminan” fundamentó. El programa lleva ya 15 temporadas al aire en el mismo canal. Estilizó su nombre en 2022 por “Cocineras y cocineros argentinos”. Y conserva los tópicos de una gastronomía argenta, fácil de hacer y accesible, la marca de Guillermo Calabrese, a quien hoy rinden honores las nuevas generaciones de chefs de TV, quienes se formaron con él.
Escuela de cocineros argentinos
Guillermo Calabrese se formó con Dumas, dentro y fuera de los estudios de TV. “Era muy respetuoso de la profesión, orgulloso de ser cocinero y estaba muy preparado. Tenía talento y trabajaba”, sostenía sobre su maestro, que fue también su socio. Con Dumas, Calabrese fundó en 1998 el Gato Dumas Colegio de Gastronomía, del que era, hasta ayer, director académico.
Nacido el 5 de octubre de 1961, en una familia de raíz italiana, Calabrese hizo de ese rasgo personal una tradición, que transmitía su gastronomía. Pero cuidaba a su público: sus comidas eran fácilmente adaptables para quienes quisieran replicarlas “en casa”. Eso rescata Nancy, que lo seguía “desde Cocineros”. Y lamentó cuando dejó de verlo por “el cantito contra Macri”, recuerda. “Lo disfruté tanto cuando lo escuché, yo no lo podía creer, era lo que muchos pensábamos de ese momento, y por eso Cala dejó la TV”, analiza, con la certeza de quien lee la trama que no siempre se dice, pero se ve.
En la trama de la vida, Cala fue estudiante del colegio La Salle, en Buenos Aires. Luego estudió medicina. Hasta que un año antes de recibirse decidió seguir su impulso vital, y le escribió a Dumas que quería ser “su discípulo”. Cuenta la leyenda que “se inició como empleado de limpieza en la cocina de uno de sus restaurantes”, y que a los tres años ya era jefe de cocina. Creó restoranes y condujo exitosos programas de TV culinaria. En las pantallas y en las casas de las familias argentinas donde la TV es todavía una activa compañía, a partir de ahora "vamos a extrañar al maestro Calabrese", lamentan tanto los espectadores como sus discípulos.