Un adolescente de 15 años fue detenido ayer en la ciudad de Santa Fe, en el marco de la investigación por el crimen del policía Pablo Cejas, perpetrado el pasado 17 de julio en el barrio Yapeyú. Nikito fue apresado cerca de las 14 en un complejo habitacional del barrio Acería de la capital provincial tras intentar escaparse, según fuentes policiales.

El menor ‑que por su edad es inimputable‑ al no tener documentos personales fue llevado hasta una dependencia policial del noroeste santafesino y la novedad fue comunicada inmediatamente a la Unidad Especial de Homicidios del Ministerio Público de la Acusación.

El adolescente ya había sido aprehendido en la mañana del sábado 22 de julio cuando cayó preso junto con un amigo en barrio Los Troncos. En aquella oportunidad, el amigo del chico se ayudaba para caminar con una muleta ya que presentaba un impacto de bala en su pierna izquierda. La noche del crimen de Cejas se estima que algunos de los ejecutores pudo resultar herido, y de allí que quedó montada la sospecha de su participación o autoría en el asesinato.

Los pibes fueron puestos a consideración de la Unidad Especial de Homicidios del Ministerio Público de la Acusación que, a las pocas horas, dejó libre al mayor de ellos. Y para el caso del chico de 15 años, por su condición de inimputable, se abocaron al caso los funcionarios de la subsecretaría del Menor, la Adolescencia y la Familia, que lo reintegraron a su seno familiar.

Para el menor valen los principios jurídicos que fueron expuestos hace solo una quincena atrás con respecto a su edad de 15 años. La ley estima que en el caso de ser autor o partícipe de un delito no puede comprender la criminalidad del acto y, con relación a este nuevo hecho, otra vez quedó a disposición de la misma subsecretaría, que probablemente repita el temperamento usado anteriormente de reintegrarlo al seno familiar.

Ayer también, al mediodía, un grupo de familiares y amigos de Pablo Cejas, se hizo presente frente al Juzgado Federal en un reclamo de justicia. Luego de ser recibida por el juez federal Nº 2, Francisco Miño, la viuda Nancy Scarfone explicó: "Nos reunimos con los jueces, pero ellos no nos pueden ayudar en lo que venimos a buscar. Puntualmente quiero el esclarecimiento del asesinato de Pablo, se habló también sobre denuncias que tenía sobre narcotráfico y me dijeron que ya se trabajó en esas denuncias".