Los glaciares del mundo se derritieron a una velocidad vertiginosa el año pasado, un fenómeno que parece imposible de detener, alertó la ONU. En tanto, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) señaló que los últimos ocho años fueron los más calurosos jamás registrados, mientras que las concentraciones de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono alcanzaron nuevos récords.
"El hielo marino del Antártico cayó a su nivel más bajo y el derretimiento de algunos glaciares europeos literalmente superó los récords", advirtió la OMM, un organismo especializado de Naciones Unidas, en su informe anual sobre el clima.
El nivel del mar también alcanzó máximos, con un aumento medio de 4,62 milímetros al año entre 2013 y 2022, el doble que entre 1993 y 2002. Para completar el dramático panorama, las sequías, inundaciones y olas de calor afectan a grandes zonas del mundo y los costos asociados a ellas van en aumento, señala el informe.
Asimismo se registraron temperaturas récord en los océanos, donde va a parar alrededor del 90 por ciento del calor atrapado en la Tierra por los gases de efecto invernadero.
En el Acuerdo de París de 2015, los países acordaron limitar el calentamiento global a "muy por debajo" de los 2 ºC, preferiblemente a 1,5 ºC, en comparación con los niveles de 1850-1900. Según el informe de la OMM, la temperatura media mundial en 2022 se situó 1,15 ºC por encima de la media de 1850-1900.
Asimismo, en los últimos ocho años las temperaturas medias mundiales alcanzaron récords, a pesar del enfriamiento causado por el fenómeno meteorológico de La Niña tres años seguidos.
Las concentraciones de gases de efecto invernadero alcanzaron nuevos máximos mundiales en 2021 y siguieron aumentando en 2022.
Los glaciares que los investigadores tienen como referencia perdieron en promedio más de 1,3 metros de espesor entre octubre de 2021 y octubre de 2022, una pérdida mucho mayor que la media de los últimos diez años. Desde 1970, los glaciares perdieron cerca de 30 metros de espesor.
En Europa, los Alpes batieron récords de derretimiento de los glaciares debido a una combinación de poca nieve invernal, una intrusión de polvo sahariano en marzo de 2022 y olas de calor entre mayo y principios de septiembre. "Para los glaciares, la partida ya está perdida", dijo Petteri Taalas, secretario general de la OMM. "La concentración de C02 ya es muy alta y es probable que el aumento del nivel del mar continúe durante miles de años", explicó.
En los Alpes suizos, "el verano pasado perdimos el 6,2 por ciento de la masa glaciar, la cantidad más alta desde que hay registros". "Esto es grave", dijo y explicó que la desaparición de los glaciares limitaría el suministro de agua dulce para los seres humanos y para la agricultura, y también perjudicaría las conexiones de transporte si los ríos se vuelven menos navegables. Esto va a suponer "un gran riesgo para el futuro", afirmó Taalas.
No se puede detener el derretimiento "a menos que creemos una manera de eliminar el CO2 de la atmósfera", agregó. "Esta tendencia negativa podría continuar hasta los años 2060, independientemente de nuestro éxito en materia de mitigación del cambio climático", añadió.
A pesar de las malas noticias, Taalas afirmó que hay motivos de optimismo. Aseguró que los medios para luchar contra el cambio climático son cada vez más asequibles, ya que la energía verde es más barata que los combustibles fósiles, y que el mundo está desarrollando mejores métodos de mitigación.
El planeta ya no se encamina hacia un calentamiento de entre 3 y 5 ºC, como se pronosticó en 2014, sino hacia un calentamiento de entre 2,5 y 3 ºC, afirmó. "En el mejor de los casos, aún podríamos alcanzar un calentamiento de 1,5 ºC, que sería lo mejor para el bienestar de la humanidad, la biosfera y la economía mundial", dijo el secretario general de la OMM.
Taalas afirmó que 32 países redujeron sus emisiones y sus economías siguen creciendo. "Ya no existe un vínculo automático entre el crecimiento económico y el aumento de las emisiones", afirmó. En contraste con los líderes mundiales de hace 10 años, ahora "prácticamente todos hablan del cambio climático como un problema grave y los países han empezado a actuar", añadió.