A las 10 de la mañana, en el Centro Vecinal de Villa 20 de Febrero (Necochea esquina Ibazeta) comenzarán hoy los ritos de despedida de Gladys del Valle Porcel de Puggioni, secuestrada el 28 de octubre de 1976, cuando estaba embarazada de seis meses, asesinada a principios de 1977 e identificada en 2009.
Como parte de la despedida habrá también un acto popular en la plaza Evita, a partir de las 17 horas, "donde se reivindicará la militancia de Gladys y sus compañeros que buscaban una Argentina con Justicia Social", afirmaron sus hijos, Tupac y Fidel Puggioni, organizadores, junto a organismos de derechos humanos, de las actividades de hoy y mañana, cuando se hará el sepelio en el cementerio de La Silleta.
De ese acto popular, político, participarán asociaciones de derechos humanos y militantes del sindicalismo, de asociaciones sociales y partidos políticos. Después del acto, el velatorio seguirá hasta la medianoche.
Y el domingo, a las 10, partirá una caravana llevando sus restos al cementerio de La Silleta, a 29 kilómetros de la ciudad de Salta, "donde Gladys encontrará el descanso final al lado de su madre, Hortensia Rodríguez, que hasta el último día de su vida buscó incansablemente a su hija y a su nieto o nieta apropiado por los genocidas".
Tupac y Fidel Puggioni hicieron una invitación abierta "a la sociedad salteña que se identifica con los ideales de Memoria, Verdad y Justicia a participar de esta jornada histórica que sin dudas marca a una generación de salteños y salteñas que sufrieron en carne propia el genocidio en nuestro país".
Gladys Porcel militaba en el Frente Revolucionario Peronista 17 de Octubre (FRP). Fue secuestrada la madrugada del 28 de octubre de 1976, de una quinta en Moreno, en la provincia de Buenos Aires, que compartía con el jujeño Juan Carlos "Negro" Arroyo y Marta Taboada, también secuestrades y desaparecides. El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) pudo identificar parte de sus huesos y los restituyó a sus familiares.
En 2009 el EEAF pudo identificar algunos restos de Gladys Porcel, Fidel los fue a buscar durante la pandemia y están desde entonces en su casa, esperando este momento de la despedida (la-larga-despedida-d).
Se sabe que Gladys fue asesinada en 1977, luego de que llegara a término su embarazo. Gladys fue enterrada en una fosa común en el municipio de San Martín en Buenos Aires. En 1989 un vecino denunció la existencia de esta fosa, pero solo sacaron los restos y los dejaron en un depósito, hasta que años después el EAAF comenzó el proceso de identificación que, entre otros, permitió ubicar restos de los cuerpos de Juan Arroyo, Marta Taboada y Gladys.
Con los actos de la jornada de hoy, y los del domingo, los hermanos Tupac y Fidel habrán cerrado una etapa. Pero la búsqueda sigue, porque todavía no han podido dar con su hermana o hermano. Según recordó Tupac, su madre decía que iba a ser una nena, y la iba a llamar Macacha, en honor a la hermana del general Güemes, la patriota Macacha Güemes.
Sobre el lugar elegido para el descanso de Gladys, junto a su madre, Hortensia Rodríguez, Tupac explicó esta semana por qué estarán en La Silleta.
Integrante de una familia de tradición peronista, Hortensia Rodríguez fue una destacada militante. Llegó a la diputación provincial en las elecciones de marzo de 1973, cuando Miguel Ragone fue elegido gobernador de Salta. Fue una de las leales al gobernador, que sufrió los ataques de la derecha peronista y antiperonista desde el mismo momento de su asunción, en mayo del 73. En los años de la dictadura, en los que también estuvo detenida, Hortensia se ocupaba de mantener y poner flores al busto de Eva Perón que está en la plaza cercana a su casa, donde hoy se hará el acto popular de despedida de Gladys. Ese busto fue un lugar de resistencia del peronismo.
La misma Hortensia eligió ser enterrada en el cementerio de La Silleta. Según contó Tupac esta semana, en otro acto, recordando a otros compañeros asesinados por la dictadura, quería estar en ese lugar cercano a la ruta porque "así, cuando ustedes pasan, me tiran un padrenuestro". Además de ese encargo, peronista a muerte como era, su abuela le hizo otro pedido: que levantara un mástil bien alto y pusiera en él una bandera con la imagen de Evita, así todos la podrán ver.