La participación de las mujeres en los puestos de poder en el deporte argentino sigue siendo baja. Tanto es así que solo 2 de cada 10 cargos en comisiones directivas deportivas de Argentina están ocupados por mujeres. Además, a mayor jerarquía del puesto les cuesta más llegar. De las 38 instituciones deportivas nacionales, solo una tiene una presidenta (3% del total); del total de 4201 clubes de barrio, solo 514 tienen una mujer como máxima autoridad (12.6%) y por último en el sector público, sólo 5 provincias tienen una mujer en el puesto de más alta autoridad (21%). Estos son algunos de los datos que se desprenden de la investigación Sexo y poder en el deporte, realizada por Fundación Mujeres en Igualdad (MEI) en el marco del proyecto Cerrando Brechas.
En este estudio se relevó la presencia de mujeres en los puestos de mayor jerarquía de las instituciones deportivas afiliadas al Comité Olímpico Argentino, clubes de barrio inscriptos en la Dirección de Clubes Argentinos de la Secretaría de Deportes del Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación, e instituciones y organismos del área deportiva del sector público provinciales y ministerio nacional. “Los datos demuestran que aunque las mujeres están avanzando en el deporte, visibilizando su trabajo y ganando medallas, aún no estamos en los puestos de decisión”, dice la investigación.
"Las Mujeres estamos subrepresentadas en los organismos de decisión en el deporte. El nivel de participación de las mujeres ha crecido llegando en los Juegos de la Juventud Bs As 2018 a niveles de paridad. Sin embargo, en los máximos cargos de Clubes y Federaciones Deportivas el reparto lejos de ser igualitario es representativo de una minoría muy minoritaria”, afirma Alejandra Castiñeira de Dios, integrante de Fundación MEI.
Para llevar adelante la investigación se abordaron tres áreas del deporte: a) instituciones deportivas de nivel nacional de deportes olímpicos afiliadas al Comité Olímpico Argentino (COA), b) clubes de barrio inscriptos en la Dirección de Clubes Argentinos de la Secretaría de Deportes del Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación y c) instituciones y organismos del área deportiva del sector público provinciales y ministerio nacional.
Y se organizaron los datos en tres niveles, según la jerarquía de los cargos.
En el nivel I (la máxima autoridad, como presidente/a) es casi nula la participación de mujeres en el máximo nivel. De las 38 instituciones deportivas nacionales, solo una tiene una presidenta (3% del total), del total de 4201 clubes de barrio, 514 tienen una mujer como máxima autoridad (12.6%) y por último en el sector público, solo 5 provincias tienen una mujer en el puesto de más alta autoridad (21%).
La participación de las mujeres como máxima autoridad en los clubes de barrio oscila entre el 19 y el 6 %. Y la Ciudad de Buenos Aires y San Luis son las que alcanzan mayor representación femenina, con un 19 y 18 % respectivamente.
En el nivel II (puestos que acompañan al de máxima autoridad, como vicepresidente/a, secretario/a general), la proporción de mujeres es de alrededor de 1 de cada 10 cargos. En las instituciones de deportivas nacionales, el 12% de los cargos de vicepresidencia son ocupados por mujeres. En el sector público provincial el 15% de los cargos provinciales son ocupados por mujeres.
En el nivel III (comisiones directivas o autoridades) de las instituciones deportivas crece la participación de las mujeres alcanzando el 24% de los cargos disponibles.
Además el estudio considera llamativa la ausencia total de mujeres entre las autoridades de cuatro instituciones deportivas: la Asociación de Fútbol Argentina, la Unión Argentina de Rugby, la Confederación Argentina de Básquetbol y la Confederación Argentina de Judo. Así como que nueve provincias no tienen ninguna mujer entre las autoridades del organismo específico de deporte (Ciudad de Buenos Aires, Chubut, Corrientes, Formosa, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Santa Cruz, y Tucumán).
Dentro del proyecto, MEI también llevó a cabo varias clínicas deportivas orientadas a la sensibilización y concientización en violencias de género en el deporte, que estuvieron a cargo de Castiñeira de Dios.
-¿Que hay que hacer para revertir esta situación de subrepresentación de las mujeres en los ámbitos de poder deportivos? -preguntó Página/12.
-Hay que salir de las expresiones de deseo y hay que ir por mecanismos que posibiliten efectos cascada. Por ejemplo, la Conmebol en el 2016 decidió que cualquier club que quisiera participar de la Libertadores tenía que presentar un equipo de fútbol femenino. Eso genera obviamente una mayor participación, un movimiento en el club que tiene que empezar a cranear y a decidir cuáles van a ser esas jugadoras, cómo se presentan, tal vez ir por una deuda pendiente que es el tema de las técnicas, buscar más técnicas que trabajen codo a codo en la conformación de esos equipos. Eso por un lado. Por otro lado, entender que las reformas estatutarias no son mágicas y no son tan fáciles de llevar adelante. Sin ir más lejos, el Comité Olímpico acaba de hacer una reforma en sus estatutos llevando a cuatro mujeres y esto no significó un efecto cascada en todas las federaciones de los deportes olímpicos. Entonces, no significa que porque una organización superior modifique sus estatutos, todo el resto de las organizaciones de base van a hacer lo mismo. Tampoco es una cuestión de cantidad. Hay clubes de fútbol que tienen un porcentaje interesante de mujeres, tienen 70 mil socios, un 20 por ciento de mujeres y no hay ninguna en la comisión directiva. Entonces, aparecen los verdaderos impedimentos, los techos de cristal, los pisos pegajosos, las paredes de cemento pero en un lugar donde es absolutamente masculinizante, donde además a las mujeres nos pusieron un chip que si te dedicabas a las reuniones de comisión directiva descuidabas tu casa, además no te pagaban un mango entonces estabas perdiendo el tiempo… En este último tiempo se ha trabajado sobre el liderazgo de las mujeres y hoy el posicionamiento de las mujeres es otro pero todavía no se ve el cambio.