Fue Diego Maradona el que acuñó la frase en 2005, para referirse a un miembro de su entorno más cercano: “Más falso que dólar celeste”. Cuando Maradona se murió, el 25 de noviembre de 2020, Javier Milei ya era presidente de honor del Partido Libertario. Pero todavía no había llegado a la Cámara de Diputados, donde ganó una banca en 2021. Tampoco era precandidato a ocupar la Casa Rosada como hoy. Si Diego viviera, la estrella de la ultraderecha argentina podría merecer su frase cada vez que busca ilusionar a los votantes, y a sus bolsillos, con el supuesto milagro que significaría una dolarización total.
La dolarización tiene un plano técnico de discusión. Si está bien, si está mal, si es posible y cómo impactaría sobre la economía real.
En Página/12 el periodista Federico Kucher publicó un documento del grupo de estudios "1816". Son diez páginas de un trabajo fechado el 14 de abril. Ese documento resume la discusión sobre los pros y contras de la dolarización. Cita que quienes piden dolarizar argumentan a favor asegurando que reduce la inflación, reduce las tasas de interés y limita la capacidad de tener déficit fiscal. Los que están en contra apuntan como desventajas que se resigna la política cambiaria y monetaria.
Más allá de esos argumentos, "1816" analiza técnicamente el plan dolarizador de Milei y saca cuatro conclusiones:
*La primera, que "parece muy improbable que la Argentina pueda dolarizar con el nivel de Contado con Liqui actual y con el nivel actual de reservas, porque eso requeriría un nivel de confianza del mundo en el nuevo pla que es casi imposible que se dé en 2024, considerando el desenlace del gobiernod e Macri".
*Segunda conclusión: si no hay un préstamo extraordinario, "no será posible llevar a cabo una dolarización 'ordenada'.
*Tercera conclusión, "si el mercado percibe que Milei tiene alguna chance de gobernar o de influir en las decisiones de una futura administración de Juntos por el Cambio (¿con Patricia Bullrich?) lo más probable es que veamos una corrida contra el peso.
*Conclusión número cuatro, "un eventual gobierno de Milei tendría el desafío de administrar el Estado y llevar a cabo su plan de dolarizar casi sin legisladores
Pero en elecciones no solo juega la realidad y el análisis futuro sino la percepción. Evaluada, por supuesto, sin pretensiones de fijar escenarios definitivos e inamovibles.
La táctica
¿Cuál es, hoy, la forma que encontró Milei de llegar a la gente con su idea de dolarizar? Muy simple: explicarla lo menos posible a nivel masivo. Avanzar en el estereotipo. Jugar con supuestos.
Este diario pudo reconstruir cómo es la operación que Milei busca concretar en Conurbano. Consultas con dirigentes peronistas del Gran Buenos Aires que miran la realidad más allá de la interna (este diario puede dar fe de que esa rareza existe) permitieron descubrir el esquema.
Todo empieza por la repetición. Hagan la prueba, lectoras y lectores. Repitan “dolarización” cien veces y verán que les queda en la cabeza la palabra “dólar”.
Entonces, como queda flotando la palabra “dólar”, lo siguiente es el contraste con el peso. Como resulta que el nivel de empleo en la Argentina es alto pero la inflación también, y como resulta que la inflación desordena la vida y la economía porque genera inseguridad y angustia, Milei aprovecha esta situación desgraciada para que sea natural asociar peso a miseria y dólar a mejora.
“La gente no nos pregunta sobre la relación entre las reservas existentes y a cuánto quedaría el billete de los Estados Unidos en una economía dolarizada”, dijo uno de los dirigentes consultados. “Simplemente nos dice que está esperanzada en que, si la economía pasa al dólar, ganará más, porque el dólar vale más que el peso.” Otro de los consultados sugirió “no subestimar ese tipo de razonamiento, porque surge de las fake news de Milei y se alimenta de la realidad inflacionaria”. Una funcionaria de la Tercera Sección electoral, que abarca entre otros distritos a La Matanza y Lomas de Zamora, dijo directamente que “ya hay que empezar a pensar qué decimos cuando empecemos a timbrear casa por casa y cómo discutimos bajando a tierra la ilusión dolarizadora que está instalando Milei”.
Al preguntar cuál sería esa bajada a tierra se obtienen, por ejemplo, estas respuestas:
*”Hay que explicar que si un dólar llega a valer entre dos mil pesos y siete mil habrá sueldos miserables”.
*”Hay que decir que con esos sueldos miserables en dólares, si el asado es hoy una posibilidad remota va a pasar a ser imposible”.
¿Y el voto peronista?
Afirma el consultor Roberto Bacman que “hasta el momento no se puede detectar que Milei esté perforando el clásico voto peronista del conurbano bonaerense”. Y añade: “Pero también es cierto que existe un segmento de tales votantes que son permeables a su prédica. Son aquellos que en las elecciones legislativas de medio término del año 2021 no fueron a votar, como una clara señal de alarma”.
“Milei es producto de la crisis que en la actualidad existe entre la gente y la política y los políticos”, explica Bacman. “Estos son tiempos difíciles. La situación económica se agrava día a día, la inflación no cede, los sueldos e ingresos no alcanzan. Ningún político logra redondear una imagen con saldo neto positivo. Todos (incluido el propio Milei) tienen mayor imagen negativa que positiva.”
Según Bacman en ese contexto “Milei se presenta como un outsider de la política, un claro producto de la crisis, con propuestas disruptivas y con cierto tufillo de representar al pensamiento político incorrecto”. Y, también, según Bacman, “este posicionamiento, al menos hasta el momento, le está dando resultados”.
La consultora Shila Vilker, de Trespuntozero, opina que efectivamente Milei empezó por atraer público con el agumento de que representa la antipolítica. Dice que por ahora “Milei es una especie de tábula rasa”. Lo explica de este modo: “A Milei los electores lo invisten de distintos atributos o intenciones o direcciones según sus propios deseos. Cuando un candidato cala, puede haber muchas formas en que ese candidato es percibido. Por eso hay muchos Milei”.
¿Dónde cala Milei según Vilker? “Cala primero en segmentos juveniles, porque por un lado son los más permeables al ajuste y por otro lado no tienen experiencia anterior sobre lo que es un ajuste ni terminan de comprenderlo. Eso es parte del divorcio entre votantes y dirigentes políticos.”
Más en el interior
Milei empezó mostrándose como un outsider. Sigue vendiendo esa imagen aunque es diputado nacional y busca una candidatura a Presidente. Menos outsider del sistema político, imposible. ¿Es todavía la antipolítica lo que lo ayuda a ganar adhesiones, o ya son sus ideas de extrema derecha?
Otro consultor experimentado, Hugo Haime, dice que lo principal de Milei sigue siendo su prédica “anticasta”, como si no perteneciera a la clase política. “Y la casta según Milei, ya lo sabemos, es la culpable de todos los males”, recuerda Haime. “Así empezó trabajando sobre los jóvenes y los sectores bajos medios. Ahora su mensaje penetró en franjas más postergadas y en mayores de 30 años.” ¿Interior o Conurbano? Haime dice que hoy “la intención de voto es más fuerte en el interior que en el Gran Buenos Aires, pero en algunas zonas del Conurbano llega al 20 por ciento”.
Bacman midió que los resultados de los primeros días de abril le dan “una intención de voto que roza el 23 por ciento, y ese segmento lo interpreta como una posibilidad de solucionar los males que aquejan a nuestro país”. El sociólogo interpreta que la percepción es la de “una suerte de manosanta económico que posee una cura milagrosa para erradicar nuestros males”.
Para Bacman las fortalezas y debilidades de Milei como candidato, si se habla de él con abstracción de sus eventuales competidores, quedaron en claro en los últimos meses.
“Cuando asusta, baja”, sostiene Bacman. “Ésa es su debilidad. Deja de atraer. El año pasado evolucionaba en franco crecimiento hasta que empezó a puntualizar definiciones como la justificación del tráfico de órganos humanos como si fuera una lógica transacción comercial y bregó por la libre portación de armas para defenderse de la inseguridad. Tampoco subió cuando propuso incendiar el Banco Central.”
En cambio la imagen de Milei volvió a mejorar, según Bacman, “cuando insistió con su discurso de la dolarización como solución final a los problemas económicos que aquejan a nuestro país”. Y explica así el marco actual: “Preocupaciones económicas en este momento sobran, porque la inflación no cede y la puja distributiva también se hace presente. Cuando en las encuestas se pregunta a la gente acerca de su percepción sobre sus sueldos e ingresos, siete de cada diez argentinos refieren dificultades ciertas de llegar a fin de mes”. Las cifras dan un 30 por ciento que adhiere a la frase “directamente no llego a fin de mes” y otro 40 por ciento que afirma “llegar con lo justo”.
La inflación
Vilker estima que quienes creen que la dolarización los favorecerá parten de un componente aspiracional: lo que les gustaría que sucediera, es decir, una mejora social. “El dólar es visto como algo que despierta confianza y no se evapora.”
Trespuntozero salió a medir, entre otras cosas, cuánto prendió la dolarización. Lo hizo entre el 12 y el 17 de abril a nivel nacional, con una muestra de 1350 casos y un nivel de confianza en los datos de un 95 por ciento.
El marco es la percepción de cuál es el principal problema nacional. El 56,7 por ciento respondió que es la inflación, contra un 21,8 por ciento que aludió a la corrupción, un 6,4 por ciento a la pobreza y un 6 por ciento a la inseguridad. La inflación como problema número uno se reparte de manera pareja según el voto de 2019. Es el problema número uno para el 58,4 por ciento de los que votaron al Frente de Todos y para el 56,3 por ciento de quienes lo hicieron por Mauricio Macri.
Aumentó el peso del discurso conservador. Cuando la consultora preguntó por la principal causa de la inflación, el 31,7 por ciento mencionó “el gasto público” y más abajo (23,3 por ciento) “la ineficiencia del Estado para controlar la suba de precios”. La causa “emisión monetaria” obtuvo el 21,1 por ciento de las respuestas, un porcentaje superior al 15 por ciento que adhirió a la formulación “la especulación de los empresarios”.
Peso vs. verdes
Al preguntar sobre el grado de confianza hacia el peso, poco o nada de confianza le ganab a mucha y bastante confianza por un 85,5 por ciento contra un escuálido 13,2 por ciento.
Al inquirir sobre el nivel de confianza en el dólar, el 67,7 por ciento dijo sentir mucha y bastante. La suma de poca y nada de confianza es menor y figura lejos: un 27,2 por ciento. En este punto sí es marcada la segmentación según el voto del 2019. El 52,1 por ciento de los votantes del Frente de Todos confía en el dólar contra un mucho más elevado 87,1 por ciento de los votantes de Juntos por el Cambio en las últimas presidenciales.
Hay un cuadro que la consultora llamó “Ahorrabilidad”. Preguntado en qué moneda ahorraría si pudiera hacerlo, un 77,3 por ciento dijo que en dólares, un 15,9 por ciento en pesos y un 6,8 por ciento que no sabía.
Estas respuestas se combinan con las opiniones sobre la dolarización. Aunque en este caso las cifras son más parejas. Un 46,5 por ciento dijo estar muy o bastante de acuerdo con esa medida eventual. Un 42 por ciento respondió que estaba bastante en desacuerdo o muy en desacuerdo. Los que están más de acuerdo son los que votaron por Macri (62,2 por ciento) frente a los que votaron por Fernández-Fernández (31,8 por ciento).
En cuanto a las razones, la consultora presentó dos. Una fue que “la Argentina estaría mejor si adoptamos el dólar como moneda”. Adhirió un 46,2 por ciento. Otra rezaba que “la Argentina perdería soberanía si adoptamos como moneda el dólar”. Estuvo de acuerdo un 35,2 por ciento. Dijo no saber un 18,6 por ciento.