Una de las principales características de las exposiciones económicas de Javier Milei es la confusión. Y su discurso sobre la dolarización no es la excepción. Habla sin completar el concepto que quiere expresar, arroja definiciones sin explicarlas, abusa de referencias a autores de la marginal Escuela Austríaca de economía de fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX (dos sus principales exponentes fueron Friedrich Hayek y Ludwing von Mises). Utiliza el insulto como método y pretende exhibir erudición aprovechando el desconocimiento o complicidad de amigables interlocutores.
La descripción de estas condiciones no es una particularidad de Milei en el universo de la política y de los medios de comunicación. El elemento distintivo, además de gritar y agraviar a quienes piensan diferente, se encuentra en que Milei es un chanta, no en el significado del poco apego al trabajo, sino en el que refiere de presumir una capacidad, un conocimiento, que en realidad no posee.
El plan de dolarización de la economía argentina es la muestra más contundente de su fragilidad conceptual, teórica y práctica.
Otra característica de los libertarios, imitando el carácter violento de Milei, es la agresión sin argumentos cuando solamente se discrepa de sus propuestas regresivas y represivas. La granja de trolls de sus seguidores de las redes sociales está lista para el ataque.
No deja de sorprender cómo es aceptada en los medios la falta de respeto de Milei. Vocifera y maltrata a conductores y columnistas con impunidad. Casi nadie le pone un freno a las agresiones, en especial dirigidas a mujeres. Las muletillas "casta", "robar", "moral", "estafa", "ladrones", "ignorantes", "chorros" y otros adjetivos negativos los mezcla en sus exposiciones o declaraciones públicas como el velo encubridor de la debilidad de sus proyectos, en especial el de la dolarización.
Cómo y cuándo apareció Milei en el debate económico y político
La personalidad con señales de desequilibrio y propuestas económicas frágiles de Milei serían apenas anécdotas, un episodio más de una extensa serie de personajes que han brincado de los medios o del espectáculo hacia la política desde la década del '90. Pero no lo es puesto que, si se cree en las encuestas de estas últimas semanas, ha estado creciendo en forma sostenida en la intención de voto para las próximas elecciones presidenciales.
El salto desde los medios de comunicación hacia la política fue veloz. Así nació la figura de Milei y fue creciendo porque su estilo acercaba rating a los programas, pero en especial porque ha tenido un padrino del poder económico que le abrió esas puertas. Fue Eduardo Eurnekián, con inicios en la empresa textil familiar, exdueño de Cablevisión y del grupo de medios América, líder del conglomerado Aeropuertos Argentina 2000, hoy es uno de los hombres más ricos del país con una fortuna estimada en 1500 millones de dólares, según el último ranking Forbes.
AA2000 es una empresa que nació en 1998, una de las últimas privatizaciones realizadas en el segundo gobierno de Carlos Menem. Administra y opera 35 terminales aéreas dentro del territorio nacional. De este modo es el mayor operador de aeropuertos privado del mundo y emplea a más de 2100 personas. Una de ellas fue Milei, que trabajó durante 15 años en esta corporación como economista jefe.
No deja de ser llamativo el discurso antiEstado de Milei cuando estuvo trabajando tantos años en una compañía monopólica (opera el 90 por ciento del tráfico aéreo local), posición dominante facilitada por normas regulatorias del Estado. Otros dos grandes negocios de Eurnekián (TV por cable y TV abierta) también han estado muy vinculados al tipo de intervención estatal. ¿Definiría Milei como "empresario prebendario", categoría que detesta y denuncia que combatirá, a quien fuera su jefe?
El comienzo de MIlei en el Grupo América
La irrupción de Milei en la televisión fue, precisamente, en el grupo América (televisión y radio) cuando Eurnekián mantenía una participación accionaria (15 por ciento) en este conglomerado mediático. Existe un informe que revela el momento de esta aparición rutilante en los medios. Fue realizado por Ejes de Comunicación sobre los economistas más consultados desde el 28 de diciembre de 2017 hasta el 7 de septiembre de 2018.
El objetivo principal que se planteaba el trabajo era ilustrar de qué manera se estructuró la participación de los economistas en el sistema mediático de radio y televisión durante ese período. ¿Quién lideró este ranking? Javier Milei, seguido por Fausto Spotorno, Damián Di Pace, Martín Redrado y Guillermo Nielsen. De estos cinco, el nuevo personaje en el espacio mediático fue Milei. Tuvo 235 entrevistas (sobresalen las 61 en América -cable + abierta- y las 64 en Crónica) que significaron 193.547 segundos de aire, una cantidad de participaciones y un tiempo total impresionante para un debutante en radio y televisión. Desde entonces Milei empezó su carrera política ascendente.
Hubo otro ranking elaborado por Ejes de Comunicación en 2021 pero Milei fue excluido porque ya se había lanzado a la política, una metodología rigurosa que impidió corroborar que probablemente haya liderado el ranking de apariciones mediáticas de economistas también en ese año.
El origen del plan para eliminar la moneda nacional
En momentos de crisis cambiarias agudas, como la actual, las soluciones mágicas son atractivos anzuelos para capturar la adhesión de grupos sociales atormentados por la persistente inestabilidad económica. Uno de esos señuelos es la dolarización.
No es novedad el plan de eliminación de la moneda nacional. Fue un debate público iniciado por el equipo económico de la ultraliberal CEMA en el gobierno de Menem, con el ministro Roque Fernández y el presidente del Banco Central Pedro Pou.
El periodista Martín Kanenguiser recordó en estos días en su cuenta de Twitter que escribió La maldita herencia. Una historia de la deuda y su impacto en la economía argentina 1976-2022, libro en el cual revela que la idea surgió de Pablo Guidotti en 1995 cuando era director del Banco Central y Roque Fernández era presidente de la autoridad monetaria.
Este fue el comienzo pero el debate público fue más adelante cuando la salida de la convertibilidad era inevitable y había dos bandos en disputa al interior del poder económico: los devaluadores y los dolarizadores.
Los primeros eran liderados por los grupos exportadores con Techint a la cabeza y los segundos, por las multinacionales con los operadores de las privatizadas como principales interesados. Se sabe cuál de las dos facciones triunfó en el 2001.
La década del '90 fue un momento de la caída del Muro de Berlín y de la hegemonía global sin discusión de Estados Unidos. El dólar no tenía competencia. Era la moneda preferida de aceptación universal. La dolarización era subirse a este tren dominante.
Casi treinta años después el panorama mundial es otro. Estados Unidos ya no es la potencia por encima de otras, sino que ese lugar hegemónico está bajo disputa con la potencia emergente, China. El dólar ha estado perdiendo espacio como moneda de intercambio en el comercio internacional, tendencia que se vislumbra se acelerará en los próximos años. La dolarización sería hoy subirse a un tren en declive.
La dolarización es inconstitucional
Los siguientes países dolarizaron sus economías: Ecuador, El Salvador, Panamá, Montenegro, Palaus, Kosovo, Islas Marshall, Micronesia, Timor Oriental, Bonaire (un municipio insular de los Países Bajos que se encuentra frente a la costa de Venezuela en el sur del Caribe), Islas Turcas y Caicos (un territorio británico de ultramar al sureste de las Bahamas), Islas Vírgenes Británicas, Isla de Saba (parte integral del Reino de los Países Bajos, ubicada al sureste de Puerto Rico y al norte de la isla de Aves en Venezuela).
Como se puede observar, son economías pequeñas o minúsculas, sin diversificación productiva y escasa complejidad de la estructura social. Características opuestas a la Argentina, que es de desarrollo intermedio, con industria y una vasta riqueza de recursos naturales, una importante organización sindical de trabajadores y una activa diversidad social. Además es una economía bimonetaria con elevado endeudamiento externo e interno y un sólido sistema bancario público y privado.
No existe un país con los rasgos estructurales de Argentina que elimine la moneda nacional –que implica además renunciar al señoraje– y el Banco Central como prestamista de última instancia. Lo que se sabe además es que la dolarización, en base a la experiencia de Ecuador, congela la foto de la desigualdad en el momento de aplicarse, tendencia que se va agudizando con el paso del tiempo.
Existen cuestiones técnicas que exhiben la debilidad de la propuesta de dolarización, pero hay una que no es económica: es un proyecto inconstitucional. El abogado Eduardo Barcesat explicó en Página/12 que en la Constitución de 1994, en el capítulo cuarto sobre atribuciones del Congreso, en el artículo 75, inciso 6 dice: "Establecer y reglamentar un banco federal con facultades de emitir moneda…" y el inciso 11: "Hacer sellar moneda, fijar y valor y el de las extranjeras…".
O sea, la Constitución establece la atribución de contar con una moneda nacional, una banca central y un único emisor de moneda nacional. La propuesta de Milei podría ser aprobada por una consulta popular e incluso por el Congreso pero estaría violando la Constitución Nacional.
En una entrevista del viernes pasado en el programa de Jorge Lanata, en Radio Mitre, provocó diciendo que si siendo Presidente no le aprobaran la dolarización aplicaría un ajuste fiscal todavía más brutal. Parece que es el primer paso de recule con su plan estrella luego del fiasco de la presentación que hizo en el Foro Llao Llao que reunió a empresarios del denominado círculo rojo.
El verso de la dolarización
Economistas de la ortodoxia y heterodoxia han fulminado el proyecto de dolarización. Varios son los argumentos pero uno es contundente: no hay dólares suficientes para hacer la conversión de los pesos en circulación más las colocaciones de los ahorristas en los bancos sin provocar un caos.
Los dólares que hoy están en el Banco Central no alcanzan para hacerlo sin una previa megadevaluación formidable con la consiguiente hiperinflación que provocaría una licuación de los pesos en circulación (salarios, jubilaciones e ingresos generales de la población) hasta niveles insignificantes.
El reporte de Fund.ar, de los economistas Emiliano Libman, Juan Martín Ianni y Guido Zack, explica que para transitar el sendero de la dolarización hay que resolver dos problemas fundamentales:
1. Canjear todos los pesos de la economía por dólares.
2. Alinear los flujos de ingresos y egresos del sector público.
El último panorama económico de David Cufré detalla el contenido del informe, que ofrece como saldo un escenario flexible de conversión a un tipo de cambio de 2280 pesos y otro estricto, de 7070 pesos.
En ambos casos, implica un fuerte ajuste y una pérdida brutal del poder adquisitivo. Otro estudio realizado por la agencia del mercado financiero 1816 calculó un valor de conversión todavía más elevado: con las actuales reservas netas sería 9944 pesos por dólar. O sea, una persona que tiene un salario de 100.000 pesos pasaría a cobrar unos 10 dólares.
La troika de economistas menciona que quienes defienden la dolarización presumen que sería una iniciativa suficiente para restaurar la confianza de los mercados internacionales y generaría de este modo “una lluvia de inversiones”. Es la misma promesa fallida que hizo Macri al inicio de su gobierno, con el resultado desastroso conocido.
En este sentido la experiencia de Ecuador, Panamá y El Salvador muestra que la situación es más compleja. La dolarización ha exacerbado la volatilidad económica. No elimina la posibilidad de incurrir en situaciones de déficit fiscal y endeudamiento insostenibles, por lo que tampoco implica una mejora en las condiciones de financiamiento del sector público y privado.
El informe concluye que para alcanzar una dolarización exitosa son necesarias algunas condiciones: reducir el déficit fiscal y comercial a niveles financiables, acumular reservas internacionales, alinear precios relativos (tipo de cambio y tarifas) y hacer política de ingresos para frenar la inercia inflacionaria. En realidad, estas condiciones no son diferentes a las requeridas para un programa de estabilización con moneda propia. Entonces, señalan con criterio que si se lograran estos objetivos macroeconómicos cuál sería el beneficio de renunciar a la moneda nacional cuando de este modo se podría fortalecer.
Argumentos técnicos que demuelen la propuesta de Milei
Un economista de la corriente heterodoxa y profesor de universidades argentinas y de Estados Unidos se horrorizó con los apuntes de Milei para la exposición en el Foro de Llao Llao con empresarios del denominado círculo rojo. Estas notas en un cuaderno con espiral fueron publicados por el diario La Nación en un artículo de Sofía Diamante.
Se trata de anotaciones técnicas pero aquí se consignan para dar cuenta de la fragilidad conceptual de Milei, que pone bajo sospecha la calidad de formación como economista. Él despreció a sus críticos con cuatro menciones, que en el suplemento Cash de este domingo Andrés Asiain refuta una por una. Pero es interesante mencionar una de las cuatro porque es una definición que desorienta a la mayoría ya que es muy específica, forma que tiene de enmudecer a un auditorio que desconoce la materia.
Milei descalifica a los críticos de la dolarización diciendo que no entienden "la condición de transversalidad". El profesor quedó impactado por la torpeza de la exposición, envió un mensaje al autor de este artículo y se publica aquí para dejar en evidencia que Milei dice cualquier cosa. El texto fue el siguiente (es una explicación para especialistas –se puede obviar sin afectar la comprensión del resto de la nota-):
"Primero: está mal definida la condición de transversalidad. Lo que tiene que converger a cero es el límite de M_t/(1+R_t)^t, con R siendo la tasa de interés nominal. No el límite de M_t/P_t.
Segundo: para que un nivel converja a infinito, no significa que su tasa de variación tenga que converger a infinito. En su hoja P_t es el nivel de precios en el periodo t. Con que crezca infinitesimalmente cada período (es decir, la tasa de inflación sea arbitrariamente cercana a 0), P_t va a infinito cuando el tiempo va a infinito, sin que haya híper, sino inflación casi de cero.
Encima escribe que P_t tiene que ser infinito para que se cumpla lo que incorrectamente llama condición de transversalidad, en lugar de su límite.
Un chanta. Desde la economía y desde la matemática (no sabe ni lo que es un límite)".
En esta misma línea explicativa en relación a los errores conceptuales de Milei (la condición de transversalidad) y desde otra corriente ideológica, el economista de la Universidad Di Tella Constantino Hevia escribió un hilo de tuits, también en base a los apuntes del Foro de Llao Llao. De las menciones publicadas se rescatan la motivación y la conclusión, puesto que los aspectos técnicos ya fueron detallados:
- "¿Por qué hago esto? Quiero llegar a un punto más general: si lo rascas un poquito, te das cuenta que Milei sabe mucho menos economía de lo que la gente, y él mismo, cree. Milei apabulla con gritos y términos técnicos que no termina de entender".
- "Entonces, al tratar de ignorante a todos y usar un discurso pseudocientífico confunde al público y crece su figura de técnico o economista matemático como él gusta llamarse. Lo cierto es que Milei es flojo técnicamente. El ejemplo de sus notas es bien claro".
- "En conclusión, la insuficiente preparación matemática de Milei y su enorme ego lo llevan a decir disparates que están mal desde el punto de vista técnico".
Es momento entonces de no quedar atrapado en discusiones técnicas con un economista que colegas de corrientes ideológicas diferentes dicen que no sabe de lo que habla. A esta altura, lanzada la campaña electoral 2023, es importante saber que Milei es un chanta y que crece en la política con el verso de la dolarización.