Desde Madrid
A veces el destino interviene para producir curiosas analogías. El 22 de abril de 1985, en la Sala de Audiencias del Palacio de Justicia, comenzó el juicio a nueve de los diez militares que tomaron por asalto el poder en la Argentina, responsables de la dictadura más sangrienta y criminal sufrida por el país. Otro 22 de abril, 38 años después y en Madrid, una ceremonia de premios sirve para que esa historia siga presente a pesar de tantas cortinas de humo y relativizaciones: tras conseguir el viernes dos estatuillas decididas por el público, Argentina, 1985 se llevó cinco Premios Platino, incluyendo el más importante, "Mejor película iberoamericana". No arrasó con sus 14 nominaciones, pero la cosecha no fue nada desdeñable: al premio central le sumó el del guión escrito por Mariano Llinás y el director Santiago Mitre; Ricardo Darín obtuvo la estatuilla a "Mejor interpretación", y se sumó "Dirección de Arte" (Micaela Saiegh) y "Premio al cine y educación en valores".
"Tenemos la suerte de poder hacer películas como esta, contar estas historias", comenzó el productor Axel Kuschevatzky en el gran final de la ceremonia. "La valentía de los testigos que declararon en estos juicios no tiene equivalente, estaban a centímetros de quienes los habían torturado. Todos los países sufrimos asimetrías de poder, y queremos que esta película sirva para seguir hablando de estas cosas, para mantener la memoria y defender la democracia."
Poco antes, al momento de recibir su estatuilla por la interpretación masculina, Ricardo Darín comenzó agradeciendo a su compañero de candidatura Peter Lanzani ("Sin él no la hubiera podido hacer") y al equipo encabezado por Santiago Mitre, "que me contó esta historia y nos atrevimos al proyecto, que fue la primera película hecha en pandemia en la Argentina". Y cerró su discurso aludiendo a uno de los conceptos vertidos por Benicio del Toro en la entrega del Premio de Honor: "Los actores y actrices tenemos que estar preparados para recibir muchos rechazos, y no perder nuestra identidad, personalidad; otorgarle humanidad a los personajes que nos tocan. Y en ese sentido quiero dedicar este premio a la increíble humanidad de un señor que se llamó Julio César Strassera. Nunca más. Nunca más".
Ese repetido "Nunca más" que apuntó al nudo de la importancia de Argentina, 1985 en estos tiempos había tenido otro eco con la entrega del rubro "Educación en valores", en la que Kuschevatzky señaló que "no podemos dejar que la violencia sea solución de nada: siempre tenemos que pelear por la memoria, la verdad, la justicia". Darín y Lanzani, encargados de recibir el galardón a "Mejor guión", agradecieron en nombre de los autores "al equipo de investigación para llevar adelante el guion, a todos los que colaboraron, incluyendo a algunos integrantes reales de la fiscalía, y a los organismos".
Las alegrías argentinas no se detuvieron allí. Coproducida con España, Competencia oficial se llevó el nuevo rubro "Mejor comedia", y Gastón Duprat (director junto a Mariano Cohn) destacó a "Oscar Martínez, Antonio Banderas y Penélope Cruz, porque esta es una película de actores, y hubiera sido imposible hacerla sin intérpretes de esa categoría". Alejandro Awada, galardonado por su formidable labor en Iosi, el espía arrepentido, hizo una breve intervención para agradecer a Prime Video por sostener el proyecto y al director Daniel Burman, y dedicar el premio a su hija. Y Guillermo Francella, distinguido por El Encargado, saludó a la dupla Cohn-Duprat "por un guión extraordinario para los artistas, con un personaje que en una sola línea pasa de ser angelado a algo siniestro, algo fabuloso para un intérprete."
En el reparto de premios, la segunda protagonista de la noche fue la película española As Bestas, que ganó en los rubros de Dirección (Rodrigo Sorogoyen), Interpretación de reparto (Luis Zahera), Montaje y Sonido. Pero ese podio fue compartido por la miniserie colombiana Noticia de un secuestro, dirigida por Andrés Wood y Rodrigo García sobre el libro de Gabriel García Márquez: la producción de Prime Video obtuvo las estatuillas a Mejor miniserie, Intérprete femenina (Cristina Umaña) y de reparto (Majida Issa). En sintonía con la importancia de ciertos temas destacada por los argentinos, tanto Issa como Wood aludieron a la convulsionada historia de su país: "Fue un proceso transformador, y de sanación colectiva, y tenemos la esperanza de que siga siendo un espejo para todos en Iberoamérica para la no repetición, en homenaje a todas las víctimas del conflicto en mi país", señaló la actriz. Poco antes, Manuela Martelli, directora de la chilena 1976 y ganadora del premio a la ópera prima de ficción, había señalado la importancia de "visibilizar un relato de nuestra historia de un año muy crudo desde el punto de vista de una mujer, que como tantas mujeres pasó inadvertida. A 50 años del golpe en Chile, que se mantenga viva la memoria, siempre".
Ese, entonces, terminó siendo un hilo conductor que dejó algo fuera de registro la conducción por momentos excesivamente frívola de Carolina Gaitán, Omar Chaparro y Paz Vega, y en la que hubo momentos musicales a cargo de Sebastián Yatra, Adrián Lastra, la cubana Lucrecia, Reynaldo Pacheco y el argentino Michel Brown, que le dio curso a una pasteurizada versión de "Lamento boliviano" de Los Enanitos Verdes que pretendió representar a la Argentina. Un momento algo inexplicable, aunque sería superado por el extraño lapsus de Benicio Del Toro, que en un momento de su discurso de aceptación perdió el hilo, pareció darse por vencido y finalmente retomó hasta cerrar diciendo que "como latinos tenemos una responsabilidad muy grande, a la hora de elegir un proyecto y de defender su integridad", provocando una merecida ovación en el Palacio Municipal madrileño.