Una leve mayoría de los consultores en campañas electorales afirman que para el Frente de Todos (FdT) sería mejor encontrar una fórmula de consenso y no lanzarse a unas elecciones primarias en las que se vería un alto nivel de conflicto. Otros consultores creen que una PASO competitiva sería un aire nuevo, permitiría sumar y, sobre todo, recuperar los votos de 2019 que se fueron perdiendo. En lo que hay unanimidad es en que Cristina Kirchner tiene el papel protagónico en las decisiones, sea o no candidata. Sobre su postulación hay opiniones más bien divididas.
Las incógnitas
“El FdT debía resolver tres incógnitas -analiza Roberto Bacman, del Centro de Estudios de Opinión Pública-. La primera se despejó el viernes. Alberto Fernández resignó la posibilidad de ser candidato presidencial. La segunda incógnita queda en el terreno de CFK. ¿Será ella candidata finalmente? Pase lo que pase, debe ser rápido. El tiempo es una variable importante, debe despejarse antes del 25 de mayo. La última incógnita descansa en la decisión de Sergio Massa, que es la tercera pata de la coalición gobernante. Al peronismo siempre le cayó mejor el consenso. La interna a cielo abierto que cruzó la gestión de Alberto dejó huellas y daños importantes. El temor a repetir la historia aún sobrevuela en el horizonte. Por último, no alcanza con la mejor fórmula, también hay que mejorar la economía."
Federico Aurelio, de Aresco, evalúa que “hoy el peronismo no puede desechar ninguno de los votos porque, de tanto que ha perdido, está casi 20 puntos abajo respecto de 2019 y por lo tanto en la senda de la recuperación tiene que buscar que las fórmulas sean lo más amplias posibles. El tema de la definición de las candidaturas es muy probable que tenga más volumen en el espacio si hay unas primarias de candidatos con buen nivel de conocimiento. ¿Debe competir el kirchnerismo con el albertismo? Lo que se necesita es que la fórmula de candidatos represente a todo el peronismo, al kirchnerismo, al albertismo y a todo lo que no es ni kirchnerismo ni albertismo, es decir, que represente a los gobernadores, que represente al interior, que represente al peronismo moderado, que represente a los peronistas que ya no están”.
Una oportunidad
Dos consultores creen que, en el marco de una situación difícil del oficialismo, se plantea una chance. Pero tienen una mirada distinta respecto de las PASO. Eduardo Fidanza, de Poliarquía, piensa que “a partir del renunciamiento presidencial se le abre una interesante oportunidad al FdT si logra acordar una fórmula única y evita las PASO. Si se hiciera eso, podría ocurrir que a título individual el candidato a presidente por el oficialismo ocupara el segundo lugar en las primarias, probablemente detrás de Javier Milei, pero por delante de JxC, que dividirá el voto”.
Por su parte, Analía del Franco, de Del Franco Consultores, también ve la oportunidad. “Es un momento bisagra que permite una bocanada de aire fresco. Eso debería dar lugar a que diferentes sectores o diferentes grupos o diferentes candidatos se presenten a las PASO. Parece que esto mostraría una actitud diferente por parte de este espacio y además da la posibilidad de captar electorados diferentes. Hoy el electorado del FdT es chico. La chance de hacerlo crecer es que sean distintas voces, no una única voz”.
Dos alternativas
También están los consultores que consideran que hay que buscar el consenso, pero que si no se consigue tampoco es malo ir a las PASO. Hugo Haime, de Haime y Asociados, afirma que “el albertismo, como fuerza, no existe. Hay dos alternativas: o se llega a un consenso de un candidato o compiten para que la fórmula ganadora tenga consenso. En cualquier caso debe tener el acuerdo de CFK y los gobernadores, más el massismo. Si no hay acuerdo, competirán, lo que no le hace mal a nadie”.
Alfredo Serrano Mansilla, de la CELAG, tampoco pone al método en el centro de lo que se viene. “Hay que seguir ordenando, seguir bajando el grado de incertidumbre, seguir dando certezas, en este caso electorales, al electorado que es más afín y al desilusionado. Es importante que la mesa en la cual se discute no se reúna tan de vez en cuando. Incluso, es clave fijar dos, tres, cuatro posiciones, banderas programáticas, que podrían ser revisar todo con el FMI, estatizar el litio, qué va a pasar con la electricidad, con el sector energético y yo creo que con los salarios”.
Santiago Giorgetta, de Proyección, también piensa que la clave está en lo programático, aunque se inclina por encontrar una fórmula de consenso. “El FdT debe marcar un rumbo de recuperación de los ingresos de los hogares argentinos. Ahora en materia electoral es imprescindible la unidad y para ello es más eficaz una fórmula amplia que sintetice a todas las partes y no una competencia entre el kirchnerismo y un candidato de Alberto. Esto último no sería bueno, primero, por los altos niveles de conflictividad, y segundo, porque la memoria genética de las competencias electorales internas en el peronismo no es de las mejores”.
También Marina Acosta, de Analogías, pone el acento en lo programático. “La clave es polarizar con los programas de derecha que tienen apoyo minoritario. El FdT tiene que lograr representar en esa primaria a la base adherente de la vicepresidenta, que es mayoritaria dentro del peronismo. Pero las dos cosas están presentes, homogeneidad y diversidad. Kicillof, Wado de Pedro, Scioli, Agustín Rossi, Grabois, expresan una amplia variedad. Es decisivo movilizar en esas primarias”.
La decisión de CFK
Hay consultores que piensan en una solución parecida a la adoptada en 2019, cuando Cristina Kirchner puso en marcha la fórmula Fernández-Fernández que derrotó al macrismo. “No hay condiciones políticas ni socioeconómicas para una PASO oficialista -dice Artemio López, titular de Equis-. El Gobierno y sus integrantes deben gobernar una coyuntura muy difícil. El oficialismo debe agotar los caminos para llegar a una fórmula de consenso no solo de cúpulas, sino la que mejor represente la asimetría de los liderazgos internos, donde el de Cristina Kirchner reúne al menos el 80 por ciento de la base de representación electoral del espacio”.
Facundo Nejamkis, de Opina Argentina, es igualmente categórico. “El peronismo hoy es el kirchnerismo y un conjunto de líderes territoriales (gobernadores e intendentes) que hasta ahora nunca se han articulado en una opción alternativa y competitiva. Es de esperar que la estrategia del espacio la termine definiendo CFK nuevamente como en 2015 y 2019. Las opciones son, o bien apostar por una figura que tenga capacidad de dialogar y convocar a otros sectores (Massa, Scioli, Manzur, Uñac) o bien apostar a consolidar el núcleo duro de votantes con una candidatura que responda más a la genética kirchnerista (Kicillof, Wado de Pedro, Capitanich). En la primera opción, de una candidatura moderada, estaría implícita la posibilidad del ballottage y seducir a votantes alejados del universo kirchnerista. En la segunda, con un candidato propio, está la presunción de bajas probabilidades de ganar y se trata de consolidar el núcleo duro”.
Las coincidencias
Hay un punto en el que todos los consultores-encuestadores están de acuerdo: el protagonismo lo tiene ahora Cristina. Ninguno de los especialistas piensa que hay dudas sobre quién ganaría unas PASO y, además, una mayoría afirma que tiene que estar en la boleta. No hay consultores que sostengan que tiene que ser candidata a presidenta, más bien la ubican como la gran electora, la que tiene que decidir, estar por encima, tal vez postulándose a senadora por la Provincia de Buenos Aires. Pero tampoco ninguno es categórico en que no se postule para la Presidencia.
El final es abierto, aunque hay coincidencias en que el tiempo corre y se necesitan definiciones. En algo que parece controvertir esa opinión de los encuestadores, hace cuatro años, con fechas electorales semejantes a las de este 2023, CFK recién resolvió el 19 de mayo el lanzamiento de la fórmula presidencial que resultó triunfadora.