En una nueva edición del operativo clamor por la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner, el kirchnerismo porteño envió, junto a Máximo Kirchner, el primer mensaje post renunciamiento de Alberto Fernández. "La birome siempre la han tenido los militantes. El problema es que queremos escribir un nombre y el Poder Judicial quiere borrar ese nombre", sostuvo Kirchner en el acto de cierre del plenario militante "Luche y vuelve", a modo de respuesta al pedido del Presidente de "democratizar" el Frente de Todos (es decir, que haya primarias). Y es que si bien la denuncia por la proscripción de CFK estaba presente en las declaraciones y las banderas, cuando los cantos de "Cristina presidenta" amainaban lo que se escuchaba, en realidad, era otra canción: "La lapicera es de Cristina, solo ella puede ordenarnos ahora". El encuentro en Ferro funcionó, en este sentido, como la previa del acto del jueves 27 en La Plata, en donde CFK reaparecerá públicamente por primera vez desde el paso al costado de Alberto Fernández. Mientras tanto, el cristinismo espera.
Les militantes empezaron a ingresar a trompicones por la puerta del club desde las 10 de la mañana. Había sol y hacía apenas 24 horas el Presidente le había dado a la dirigencia kirchnerista lo que reclamaban hace meses: la oficialización de que no iría por la reelección en octubre. La mayoría de les dirigentes no ocultaba su entusiasmo. "Esto es la Ciudad de Buenos Aires, no Avellaneda, que haya venido tanta gente es algo inusual. Lo de Alberto moviliza a la militancia", aseguraba, encendida, una camporista porteña. Al lado suyo, dos dirigentes bonaerenses asentían. "Gracias a Dios", ironizó, risueño, uno de ellos. La mayoría de les referentes que pululaban por el club eran porteños: el acto había sido organizado por el PJ Capital y, si bien habían algún que otro funcionario bonaerense, la lógica que imperaba era la de un plenario regional. El anuncio de Alberto Fernández, sin embargo, había terminando dándole un cariz distinto a todo el encuentro.
"Lo de Alberto despeja incógnitas. Él definió y ahora lo que estamos esperando con más ansias es qué va decidir Cristina. Ella es la mejor opción para encabezar lo que se viene", afirmó el senador de La Cámpora y uno de los organizadores del encuentro, Mariano Recalde. A unos metros, debajo de las gradas de la cancha de fútbol, se debatía en una de las comisiones y la voz de una militante retumbaba en el cemento: "Yo quiero a Cristina presidenta porque es la única capaz de defender nuestra soberanía y la ampliación de derechos". La consigna "CFK 2023" estaba impresa en banderas, carteles y gorritos y la dirigencia, cada vez que se prendía una cámara, insistía en la importancia de romper con la "proscripción" de la vicepresidenta. Sin embargo, cuando no había micrófonos y conversaban entre sí, lo que predominaba era la ansiedad por lo que la ex presidenta anunciaría el jueves en La Plata.
"Acá estamos, esperando", ironizó un diputado kirchnerista, englobando todo el club con la mirada. Para gran parte de les dirigentes, la declinación del Presidente ya era cosa del pasado, un foco de conflicto desactivado, y solo queda aguardar una señal de la vicepresidenta. Quienes motorizan más fuertemente el operativo clamor sostienen que la ex presidenta es la única que arrastra los votos suficientes para tener una posibilidad en octubre: "Antes que ver el techo de Cristina hay que ver el piso que tienen algunos", deslizó una funcionaria bonaerense, refiriéndose así a quienes ya se están probando el traje de candidatos. El "plan B" en el caso de que CFK no sea candidata es, para parte del kirchnerismo, Eduardo "Wado" de Pedro. El ministro de Interior ya viene haciendo campaña en el país con el aval de CFK y se muestra como una expresión lógica de todo el ala kirchnerista. Aunque no todes concuerdan: "Wado está bien, pero no mueve el amperímetro", sostienen, en cambio, desde otro sector del Frente de Todos.
Sea CFK o Wado, Agustín Rossi o Daniel Scioli, en el cristinismo tienen una cosa en claro: las PASO no son una opción. Les dirigentes hablan en público de arribar a "un candidato de consenso", pero lo que quieren decir es: CFK tiene la lapicera, CFK define quién es el candidato. Y la respuesta fácil cuando se plantea que Alberto Fernández quiere lo contrario es: "En 2019 no le molestó el dedo de Cristina que lo hizo presidente". Otros, más compasivos con el mandatario, reflexionan: "En el peronismo una PASO es un error. Porque acá el que pierde no solo no acompaña, sino que se va con tu enemigo y busca destruirte", admite un histórico referente peronista.
¿Quién sería un candidato de consenso? Desde el anuncio del Presidente, la fórmula que más resuena en las filas kirchneristas es la de Sergio Massa-Wado de Pedro, pero más de uno pone objeciones. "¿Cómo vamos a poner a Massa con un 8 por ciento de inflación? Al minuto te organizan una corrida cambiaria", cuestionó un dirigente cristinista.
La palabra de Máximo Kirchner
El único orador del cierre del acto del PJ porteño fue el presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner. En el arranque, luego de celebrar la militancia que rompía "con tanto individualismo", Kirchner remarcó que el FdT debía tener "un programa claro y también el compromiso inquebrantable de cada una de las partes del frente para llevarlo adelante". "Para así no tener dolores de cabeza después", agregó, entre las risas de la militancia. En las gradas, detrás suyo, estaban Recalde, las diputadas Paula Penacca, Gisela Marziotta y Mara Brawer; los diputados Carlos Heller, Eduardo Valdes e Itai Hagman; el ministro de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus; las legisladoras porteñas Ofelia Fernández y Victoria Montenegro. Había, a su vez, un reducido grupo de invitades bonaerenses: la ministra de Gobierno, Cristina Álvarez Rodríguez, y sus pares Walter Correa (Trabajo) y Augusto Costa (Producción); la senadora Juliana Di Tullio; el intendente de Ensenada, Mario Secco. El gran ausente fue Andrés "Cuervo" Larroque.
"La propuesta de la derecha moderna es traer a los mismos verdugos que hace 20 años no tuvieron empacho en regar las calles de sangre, dolor y miseria", cuestionó el hijo de CFK, tras hacer un repaso por el rol que habían tenido presidenciables de Juntos por el Cambio durante el gobierno de Fernando de la Rúa. Poniéndose al hombro la competencia porteña, Kirchner aseguró que si el partido que gobernaba hace 16 años la ciudad lo hubiese hecho en el interior del país "se lo llamaría feudo". En un momento se metió también en la interna peronista local, cuando se refirió alusivamente a la foto de Leandro Santoro con tres dirigentes en el marco de su lanzamiento como candidato a jefe de Gobierno: "No hace falta acting, sentarse a dialogar, discutir, proponer un programa y juntar los votos". A unos metros estaba el humorista y comunicador, Pedro Rosemblat, cuyo nombre circula como posible competidor de Santoro en la interna porteña.
"Queríamos que a nuestro gobierno le fuera mejor. Pero nunca voy a dejar de reconocer que en la pandemia fue mejor que estuviera en la presidencia Alberto Fernández que Mauricio Macri. No especulo políticamente", concedió en otro tramo de su discurso. Había expectativa sobre si haría algún comentario sobre el renunciamiento, pero casi ni tocó el tema. "El que gana tiene que ser generoso en la victoria", deslizó un dirigente porteño. El único comentario estuvo referido al pedido del Presidente, en su video de renuncia, de que "para ser mejores debemos democratizar nuestro espacio y darle la lapicera a cada militante". "La birome siempre la han tenido los militantes. El problema es que queremos escribir un nombre y el Poder Judicial quiere borrar ese nombre", respondió el diputado nacional.
Ya sobre el cierre, cuando militantes ubicados en las gradas de la derecha, la izquierda y justo debajo del escenario se habían cansado de cantar "Cristina presidenta" cada dos minutos, Máximo Kirchner convocó al acto del jueves: "Les pido que este 27 de abril se acerquen al teatro de La Plata a acompañar a Cristina, que den el presente, que sean felices, que generen y trabajen. Denlo todo", arengó.