El movimiento “Poesía y Derecho”, que empezó en 2014 por iniciativa de Guido Croxatto y Julián Axat, es una cátedra abierta y una red extendida por todo el país que busca pensar otros modos de imaginar la ley y su relación con la palabra. Desde entonces han realizado homenajes a Juan Gelman, Jacobo Fijman, Néstor Perlongher, Idea Vilariño, Miguel Ángel Bustos, María Elena Walsh, Alejandra Pizarnik, Paul Celan, Jorge Luis Borges y Joaquín Giannuzzi, entre otros. El primer encuentro del año, el próximo 10 de mayo en la Facultad de Derecho de la UBA, estará dedicado al poeta y narrador Roberto Bolaño, a veinte años de su muerte. En el comienzo de su emblemática novela Los detectives salvajes se despliega un problema: “No sé muy bien en qué consiste el realismo visceral. Tengo diecisiete años, me llamo Juan García Madero, estoy en el primer semestre de la carrera de Derecho. Yo no quería estudiar Derecho sino Letras, pero mi tío insistió y al final acabé transigiendo. Soy huérfano. Seré abogado. Eso le dije a mi tío y a mi tía y luego me encerré en mi habitación y lloré toda la noche. O al menos una buena parte. Después, con aparente resignación, entré en la gloriosa Facultad de Derecho, pero al cabo de un mes me inscribí en el taller de poesía de Julio César Álamo, en la Facultad de Filosofía y Letras, y de esa manera conocí a los real visceralistas o viscerrealistas e incluso vicerrealistas como a veces gustan llamarse”.

Roberto Bolaño (imagen: EFE)

 

Contra el derecho anquilosado

Guido Croxatto, especialista en Derechos Humanos, Director Nacional de la Escuela del Cuerpo de Abogados del Estado (ECAE) de la Procuración del Tesoro de la Nación y abogado defensor del expresidente peruano Pedro Castillo, subraya que “hay pocas cosas más poéticas que un acto de justicia”. El movimiento “Poesía y Derecho” comenzó hace nueve años a partir de la decepción que experimentó con la carrera. “Había mucha disociación entre lo que decían y lo que hacían los profesores. Esa disociación es muy difícil de procesar para el estudiante; cuando sale de la facultad, no ve una correspondencia, sino más bien una incoherencia, y eso genera un distanciamiento cada vez mayor de los estudiantes, que no ven en el profesor un modelo a seguir. Los profesores van perdiendo capacidad de convocatoria y de entusiasmar”, repasa Croxatto el origen de ese malestar. Ricardo Rabinovich, director del departamento de Ciencias Sociales de la Facultad de Derecho, recogió el guante de esa insatisfacción y le propuso a él y a Julián Axat: “hagan algo distinto, si les parece que los profesores no somos capaces de cautivar a los estudiantes con un derecho anquilosado, aburrido, formal y artificial”.

“La poesía es una forma de resistencia que recupera un mensaje que el derecho ya no tiene; es un derecho que se va quedando sin mensaje, que se recuesta sobre el análisis económico, sobre la inteligencia artificial o sobre la lógica formal”, enumera Croxatto, que estudió también la carrera de Filosofía en la UBA. “La justicia es una palabra que va desapareciendo cada vez más del discurso jurídico y parece una veleidad de cuatro filósofos en un seminario, que se sientan a discutir sobre filosofía del derecho, y ya no una consigna de la práctica cotidiana del abogado. Frente a este vacío, porque no había nada que nos interesara, dijimos: ‘vamos a hacer poesía con el derecho’ para ver si desde la poesía recuperamos algún mensaje valioso para generar convicción en los estudiantes de que vale la pena luchar por algo desde el derecho”.

Aire nuevo

Poeta, abogado y militante por los Derechos Humanos que trabaja en el Ministerio Público Fiscal como titular de la Dirección de Acceso a la Justicia (ATAJO), Axat precisa que las corrientes alternativas para pensar la ciencia jurídica han estado obturadas hasta 1983 por las dictaduras que hicieron de la mirada de la ciencia jurídica “una ciencia muy positivista”, vinculada más al análisis y la glosa de las leyes y la jurisprudencia. El autor de libros de poemas como Musulmán o Biopoética, Rimbaud en la CGT, Cuando las gasolineras sean ruinas románticas y Perros del cosmos menciona la importancia que tuvieron profesores como Carlos Nino (asesor de Raúl Alfonsín), Carlos María Cárcova, Enrique Marí y Claudio Martyniuk “que trajeron un aire nuevo dentro de la facultad” con la corriente alternativa. “Se introdujo a (Michel) Foucault, a (Claude) Lévi-Strauss, a (Jacques) Lacan, a (Gilles) Deleuze para pensar el derecho de otro modo. Se introdujo la literatura como un elemento de análisis de la ley. Aparecen las cátedras de lo que se llama el Derecho Alternativo, pero siempre pensado más desde la narrativa, el ensayo literario, pero nunca desde la poesía”, aclara Axat.

“Nuestra decisión fue abrevar en esa corriente del Derecho Alternativo, pero introducir por primera vez la cuestión de la poesía -explica Axat-. En el libro Justicia poética, Martha Nussbaum aborda la cuestión del registro poético y analiza algunas sentencias de jueces norteamericanos que utilizaron el imaginario de la poesía, como el juez Blackstone, que toma las imágenes de Hojas de hierba, de Walt Witman. A partir del imaginario witmaniano sobre el cual se construye el ‘yo’ de la poesía norteamericana se puede pensar la jurisprudencia. Nussbaum abre todo un abanico de problemáticas epistemológicas que permiten pensar la jurisprudencia desde la literatura”.

“No somos mercenarios”

Axat y Croxatto se conocieron en julio de 2011 en la presentación del libro Hubiera querido, de Rosa María Pargas, desaparecida por la dictadura cívico militar en agosto de 1977, el mismo año en que secuestraron a los padres de Axat. Croxatto destaca una frase que dijo Axat durante la presentación del libro: “Nosotros como abogados somos poetas, no somos mercenarios”. La frase la reescribe Croxatto para diagnosticar el presente de la ciencia jurídica: “Yo creo que la Facultad de Derecho está llena de mercenarios, los tribunales están llenos de mercenarios, los estudios jurídicos están llenos de mercenarios, todas las burocracias están llenas de mercenarios. Ya no hablamos como abogados, hablamos como administradores de empresa, como contadores, como economistas porque el lenguaje jurídico, al alejarse de la poesía, se desdibujó tanto que ya no es un lenguaje propiamente del derecho. Hoy tenemos un derecho cada vez más alejado de los sectores populares”.

El abogado de Castillo afirma que “un derecho sin poesía está condenado a morir”. “El derecho se está muriendo; no es que falta justicia sino que los jueces hacen cualquier cosa. Los abogados no tienen una idea clara hacia donde conducir esta nave jurídica del derecho; por eso nos recostamos en la palabra poética en un sentido analítico”, argumenta Croxatto. “En antropología filosófica hasta hace muy poco había una división muy dura entre el cuerpo y el alma, el sujeto y el objeto, la razón y la emoción, lo abstracto y lo concreto, lo particular y lo universal. El feminismo trabajó muy bien esta contradicción porque la mujer y todos los cuerpos quedaban del lado de lo irracional y de las emociones. La antropología hizo un giro y terminó con esta oposición, con este dualismo cartesiano. El monismo trae consigo la reivindicación de los cuerpos -analiza el abogado-. Los cuerpos empiezan a hablar y a ser escuchados. Todas las diversidades empiezan a tener derechos porque esos cuerpos empiezan a ser reconocidos como sujetos de derecho por la antropología filosófica. El marco teórico del positivismo que estamos discutiendo niega la corporalidad. Julián y los hijos de los desaparecidos son el epifenómeno más grande de la corporalidad en el derecho porque es el cuerpo desaparecido en el sentido más brutal teórico y práctico que vivió la Argentina”.

Poner el cuerpo

Axat revela que el lenguaje claro es uno de los aspectos centrales del movimiento. “Necesitamos un lenguaje que pueda entender la gente de a pie, que hoy desconfía del sistema de justicia porque cree que es kafkiano, oscuro y representa un problema para el ciudadano. El lenguaje del derecho debe ser comunicable, transparente y no debe ser homogéneo, tiene que comprender también la complejidad lingüística de los más vulnerables. No es solo un lenguaje claro como si fuera un esperanto para todos, sino que se trata de un lenguaje claro en las diferencias y en las complejidades de los otros. Esto significa que la palabra del derecho debe estar vinculada a un acto franco, honesto y siempre en favor de los más débiles y no en favor de los poderosos. Hoy en día tenemos gente muy cómodamente sentada a sus escritorios y distanciada de los problemas de la gente. Se trata de acercar también el cuerpo de los funcionarios al hecho de juzgar. No pedimos que los jueces sean poetas, por supuesto que no; pero sí que el imaginario que traduce su lenguaje tenga que ver con el hecho de juzgar como si fuera un acto poético”, plantea Axat y reconoce que está “más obsesionado con la poesía que con el derecho”.

 

Hay una reivindicación de la corporalidad que pondera Croxatto. “El derecho ya no pone el cuerpo, más bien lo quita. Hay un autor canadiense que dice que los abogados ya no somos los que defendemos la justicia; son los activistas. El abogado se burocratizó tanto que se olvidó de la idea de justicia. Con la poesía queremos recuperar lo básico del derecho, que es la lucha por la justicia. Y para luchar hay que poner el cuerpo y tener un mensaje claro y a la vez complejo”. Cuando fue defensor de menores en La Plata, Axat presentaba recursos ante la Corte por los menores que defendía con citas de poetas. “Héctor Negri, que fue presidente de la Corte de la Provincia de Buenos Aires, publicó muchos libros de poesía. Yo utilizaba los libros de poesía de Negri como citas de mis recursos y él me hacía lugar a los recursos”, ejemplifica Axat y añade el caso del alegato de Julio César Strassera en el Juicio a las Juntas. “Strassera cita la Divina comedia, pero no es una cita textual. Él habla de la puerta del infierno a la que ingresarán los condenados. (Ernesto) Sabato también la había utilizado en el prólogo del Nunca más. Quizá en la historia del derecho argentino es la única referencia no literal sino implícita de la Divina comedia”.