Los resultados del estudio sobre la inmunidad adquirida por las vacunas contra el Covid-19 realizado por el Centro Único de Donación, Ablación e Implante de Órganos (Cudaio) junto a otras organizaciones, profesionales e investigadores de Santa Fe fue publicado el 17 abril en la prestigiosa revista Frontiers in Inmunology. El estudio, realizado en un grupo de 1021 personas que recibieron dos dosis de Sputnik y otras que completaron su esquema con Moderna, pudo demostrar varias cuestiones. "Una fue que esperar a la segunda dosis en el tiempo generó mayor título de anticuerpos que haberlo dado en los 21-28 días como decían los fabricantes en un principio. O sea, cuanto más se demoró la segunda dosis, mejores niveles de anticuerpos se generaron en el grupo que hizo Sputnik/Sputnik”, señaló el director del Cudaio, Armando Perichón. "También se pudo demostrar que la vacunación heteróloga; una vectorial (Sputnik) y la otra por ARN mensajero (Moderna) generaba muy buenos anticuerpos, y que la generación de anticuerpos fue independiente de la edad, en los adultos mayores no encontramos diferencias con personas más jóvenes", agregó.

in.org/articles/10.3389/fimmu.2023.1141794/full">El trabajo publicado en la revista Frontiers in Inmulogy, bajo el título "La respuesta de anticuerpos a largo plazo después de la vacunación de refuerzo de SARS-CoV-2 en individuos sanos. La influencia positiva de los intervalos prolongados entre dosis y el programa heterólogo", fue realizado por el Cudaio, perteneciente al Ministerio de Salud, fue coordinado por Gretel Naidich, y contó con la participación de profesionales de primera línea de investigación en la provincia: Oscar Bottasso, Natalia Santucci, Stella Maris Pezzotto y Eduardo Ceccarelli, del Instituto de Inmunología Clínica y Experimental de Rosario (Idicer-Conicet UNR) y al Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR-Conicet).

"Cuando comenzó la campaña en enero de 2021,  pensamos qué podíamos aportar, por todas las versiones que había sobre la vacunación en general como con la Sputnik. Nos pareció que teníamos las herramientas tecnológicas, tanto en el laboratorio de inmunogenética del Cudaio como en la parte de sangre que tenemos todo robotizado para medir anticuerpos. Y teníamos voluntarios, porque todo fue en la cola de la vacunación. Mientras esperábamos que nos vacunaran veíamos a toda la gente que había para tener un perfil interesante a partir de las herramientas que teníamos", recordó Perichón en diálogo con Rosario/12.

El ensayo preliminar se envío al Comité de Bioética de la provincia para su aprobación. Fueron casi dos años de trabajo, el primero de campo, para extraer la sangre a los voluntarios. Originalmente fueron unas 1.500 personas las que se ofrecieron para el estudio. "El problema más grave que teníamos era poder enganchar a la gente en un seguimiento de un año, sacándoles sangre periodícamente, no fue fácil. Terminamos teniendo cuatro grupos de participantes. Uno que hizo Sputnik/Sputnik en 21/28 días, un segundo que hizo Sputnki/Moderna porque no llegaba la segunda dosis, otro que hizo Sputnik/ Sputnik diferida porque llegó cuando pudo, y un último grupo que hizo tanto Sputnik/Sputnik como Sputnik/Moderna pero que eran adultos mayores", dijo el director del Cudaio.

Respecto a los resultados del estudio, Perichón señaló: "Lo que ya se sabía pero fue reafirmado fue que las vacunas, todas, eran altamente eficientes. Los niveles de anticuerpos protectivos que se conseguían medir con nuestros aparatos para poder determinar la protección eran óptimos para todas. Allí había una primera conclusión: la Sputnik era tan eficiente como cualquier otra. Lo segundo fue haber diferido la segunda dosis, ya que nosotros teníamos hasta un máximo de 107 días. Y ese diferimiento generó una buena cantidad de anticuerpos, incluso más altos que los que lo hicieron a los 21/28 días".

"La vacunación heteróloga, de haber combinado dos plataformas diferentes; una vectorial, que es la Sputnik, y una de ARN mensajero como es la Moderna, también generaba muy buenos anticuerpos, independientemente que se mezclaran. La última conclusión fue que cuando comparábamos la generación de anticuerpos en los adultos mayores con los que habían hecho los mismos esquemas de vacunación pero que eran jóvenes, no encontramos diferencias en la respuesta de anticuerpos. Esto también es muy importante porque en general de la misma manera en que envejece tu corazón también envejece tu sistema inmune, por lo tanto es muy común con vacunas con otras plataformas, las convencionales, la inmunidad adquirida baje en el adulto mayor. Sin embargo, en estas plataformas más modernas se veía que se mantenía una muy buena inmunidad adquirida", indicó Perichón.

El director del Cudaio valoró que el estudio se haya realizado en Santa Fe: "Todos los trabajos previos que se realizaron en vacunación en Argentina eran de corto de alcance para ver si la vacuna funcionaba. Es el único trabajo que se conoce de largo alcance para hacer una evaluación y con una cantidad de participantes numerosa, que llamó la atención a todos los investigadores con los que debatimos".

Finalmente, Perichón consideró que si bien hay que seguir investigándolas, estas plataformas tienen varias ventajas. "La primera es que se pueden fabricar rápidamente, a diferencia de las clásicas que debían pasar años para saber si funcionaban o no, y la fabricación y los controles son muy diferentes. Estas son vacunas cuyas plataformas están armadas y les podés poner el antígeno que se te ocurra. Lo segundo es que permitieron una generación de anticuerpos muy buena, aún en adultos mayores. Se abren una serie de interrogantes, habrá que dilucidar si esos anticuerpos en adultos mayores eran protectivos, nosotros no tenemos equipamiento para eso".