El hielo de la Antártida se derrite cada vez más rápido y podría afectar a varios glaciares. Las autoridades ambientales de Chile advirtieron el aumento de la actividad humana acelera el proceso de deshielo de una de las reservas de agua dulce más grandes del planeta.
"La concentración de gases de efecto invernadero ha ido en aumento por la actividad humana tras la Revolución Industrial, lo que aceleró el proceso de deshielo en la Antártica más allá de las tasas normales que ocurrían desde el final del último periodo glacial, hace 20.000 años", explicó el glaciólogo del Instituto Nacional Antártico Chileno (Inach), Ricardo Jaña.
En marzo el hielo marino registró su segundo nivel más bajo en la historia con un 28% menos de masa que el promedio, indicó el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S).
La Antártida tiene unos 14.000 kilómetros cuadrados de superficie terrestre, cubierta casi por completo por hielo que tiene en promedio un espesor de 1.900 metros. El hielo antártico representa más del 80 % de las reservas de agua dulce del planeta.
La parte occidental de la Antártida es la más vulnerable y algunas zonas registran un aumento de más de dos grados Celsius en las temperaturas medias en apenas 50 años, según datos de Departamento Meteorológico de Chile (Meteochile).
Con el aumento de las temperaturas, los especialistas climáticos advierten que podrían ocurrir diferentes fenómenos: mayor frecuencia de lluvias que erosionan el hielo y el océano absorbe más radiación solar y se calienta más rápido,
"El deshielo en la parte de la Antártida occidental sería lo suficientemente importante como para provocar un aumento significativo en el nivel del mar en todo el planeta", precisó Jaña.
Además, tendría un impacto en las corrientes de agua fría que regulan el clima global.
"Las corrientes antárticas son grandes cintas transportadoras de frío que fluyen hacia los trópicos y enfrían el resto del planeta", señaló Jaña. Si estas corrientes son cada vez más calientes y lentas “van a perder capacidad de enfriar y provocarán un calentamiento en todo el mundo".
La Organización Meteorológica Mundial (OMM), un organismo especializado de la ONU, informó que los últimos ocho años fueron los más calurosos que se registraron en la historia y que las concentraciones de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono alcanzaron nuevos récords.
"El hielo marino del Antártico cayó a su nivel más bajo y el derretimiento de algunos glaciares europeos literalmente superó los récords", advirtió la OMM en su informe anual.