La histórica Quinta Rocca, con su mítica casona ubicada en Burzaco, en el sur del conurbano bonaerense, está en plena recuperación para ser la sede de la Universidad Nacional Guillermo Brown (UNAB). Tras décadas de abandono, trece hectáreas con aroma natural a eucaliptus, una pileta de 33 metros abandonada, y una laguna artificial seca, está recibiendo una inversión que rondará los 2500 millones de pesos. Dos módulos de 17 aulas, un centro de desarrollo tecnológico, una estación de tren y la restauración del palacio de más de 100 años que oficiará de Rectorado, son algunas de las obras que se están llevando a cabo.
Sobre la Avenida Espora al 4300 está ubicada la vieja entrada principal de la quinta. A más de cien metros se puede ver la vieja casa de Luisa Rocca y Manuel Rocca, una pareja genovesa de igual apellido, pero sin parentesco, construida a principios de siglo. Actualmente, la entrada es por una de las calles laterales. Se entra con casco, porque todo es obra. La primera edificación que se observa es el módulo de 17 aulas a punto de ser finalizado. Iniciado en agosto del 2021, tiene fecha de terminación el 29 de junio de este año. Entre tanzas que dirigen la colocación de los pisos, la edificación de dos plantas conllevó una inversión que supera los 230 millones de pesos.
Desde su primer piso se puedo apreciar, de un lado, la emblemática casona recubierta de media sombras en proceso de restauración. Del otro lado, el espacio donde se emplazará el segundo módulo de aulas. Estas serán con características más específicas y direccionadas a las carreras de la Universidad. Con tres salas de informática, un taller de mecatrónica de 130 m2, un laboratorio de 100m2, siete talleres de 100m2 cada uno, entre otras instalaciones, buscarán satisfacer la demanda puntualizada del estudiantado browniano. Ambos edificios contarán con parques arbolados, cafeterías y buffet, y ascensores. Un avance no menor en el caso del segundo módulo de aulas que aún espera inicio de obra es que contará con baños inclusivos, sin distinción de género. La inversión se estipula en 410 millones de pesos.
La UNAB fue creada por ley el 7 de octubre de 2015. Fue la última durante el gobierno de Cristina Kirchner, y la última que efectivamente se haya creado. Ya con el gobierno de Cambiemos, entre 2016 y 2019, la institución debió atravesar el proceso de normalización, donde se definió qué tipo de universidad será, con cuáles carreras abrirá, se conformaron los claustros, se constituyó al equipo administrativo y al equipo docente. Hubo tensiones alrededor del modelo que proponía el macrismo, cuentan autoridades de la UNAB. Desde el Ministerio de Educación liderado en un primer momento por Estaban Bullrich (2015-2017) y luego por Alejandro Finocchiaro (2017-2019), “pensaban en una universidad para pocos, para los que podían pagarla” afirmaron a Buenos Aires/12.
Las 13 carreras que hoy se dictan en la Universidad Nacional Guillermo Brown tienen un anclaje en la demanda del distrito. En estrecho vínculo con la realidad del Parque Industrial de Burzaco, ubicado a pocas cuadras de la futura sede, actualmente se dictan, por ejemplo, Licenciatura en Logística y Transporte; una novedad a nivel nacional como la Licenciatura en Ciencias de Datos, Licenciatura en Administración, Tecnicatura en Diseño y Desarrollo de Producto, o Tecnicatura en Automatización y Control. La oferta académica también se compone de carreras más tradicionales como Licenciatura en Administración y Licenciatura en Ciencias Políticas, así como se apostó a propuestas vinculadas al análisis estricto de la demanda local, como Tecnicatura en Acompañamiento Terapéutico o Tecnicatura en Prótesis Dental.
El debate por el modelo en el cual se desarrollaría la UNAB se saldó por el lado de la inclusión. Hoy cuenta con 4.000 alumnos y con una demanda en crecimiento, aseguran desde su administración. El “acceso” es un concepto que prima entre las palabras de la dirigencia de la universidad. Con esa perspectiva, uno de los principales artífices del arribo de la universidad a Almirante Brown y el desarrollo de su infraestructura es el actual intendente en uso de licencia y diputado provincial, Mariano Cascallares.
A partir de una gestión impulsada durante su etapa al frente del municipio, una nueva estación de trenes se construirá frente al predio del campus universitario. Entre las estaciones de Burzaco y de Longchamps, sobre las vías de la Línea Roca, se emplazará la estación Universidad Nacional Guillermo Brown. La inversión está a cargo del Ministerio de Transporte y posibilitará que los estudiantes solo caminen 400 metros dentro del predio hasta sus aulas. "Hace más de 100 años que no se construía una estación de tren en la región", celebran.
En el marco del fortalecimiento de la infraestructura y la proyección del vínculo con el Parque Industrial local, días atrás se firmó un convenio entre la UNAB, a cargo de su rector, Pablo Domenichini, y el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus. La cartera científica destinará más de 600 millones de pesos a la construcción de 1700 metros cuadrados para la Unidad de Servicios I+D+i (Investigación+Desarrollo+Innovación) de la casa de Estudios dentro de la quinta Rocca. “Es importante que la UNAB tenga esta preocupación por la investigación y la transferencia, y nosotros desde el MINCyT podamos avanzar en esta contribución. Tenemos que recuperar la idea de la Argentina de la movilidad social ascendente y esto no existe sin educación”, destacó Filmus en el acto de la firma y anuncio del comienzo de las futuras obras.
La restauración
La Quinta Rocca fue la casa de verano de una acaudalada familia cuyo lugar de residencia era la Capital Federal. Construyeron una réplica de aquel hogar, pero alejada de la urbanidad por cuestiones vinculadas a la salud de una de las hijas y a partir de las recomendaciones médicas al respecto. Originariamente, era una estancia de más de cien hectáreas que se fue subdividiendo. Tras la adquisición del municipio de las actuales 13 que serán destinadas al campus universitario y con algunas décadas de abandono de por medio, en enero de este año se iniciaron los trabajos “de intervención, restauración y refuncionalización” de la vivienda original para ser utilizada como sede del Rectorado de la UNAB.
La obra se puso en marcha gracias a la decisión del Ministerio de Obras Públicas de la Nación y 540 días es el plazo estipulado para su finalización –un año y medio aproximadamente- y más de 520 millones de pesos serán destinados a este trabajo que combina tareas de precisión, detalle, y arte. Un amplio comedor con sala de juegos contigua y paredes cubiertas de boiserie de roble, cocina y comedor diario, ascensor de la década del '40, vitraux en ventanas que preservan el antiguo sistema de roldanas para subir las persianas, componen la paleta arquitectónica que brinda características inhóspitas para la infraestructura del conurbano.
Las piezas de la casa están atravesando un proceso restauración al punto que en el recorrido hecho por este medio se pudo ver a un obrero con una hidrolavadora limpiar cada teja que se va quitando del techo para luego ser recolocada. No se perderá el estilo ni las condiciones centrales de la casa. Se incorporarán accesos para sillas de ruedas, una escalera exterior para emergencias, un nuevo ascensor para personas con movilidad reducida, y una terraza se convertirá en sala de reuniones. Pero el que fuera el hogar de los Rocca seguirá igual, afirman. Incluso, con el objetivo de visualizar el esplendor de los mejores momentos de la quinta, el sótano está recibiendo una adecuación profunda para volverse el museo donde se exhibirá parte del mobiliario, luminaria, y elementos antiguos que fueron encontrados durante la obra.
La refuncionalización de los jardines incluirá el desarrollo de un parque semipúblico en el frente del predio. Asimismo, la pileta de 33 metros de largo por 11 de ancho, se convertirá en un anfiteatro. El sector del patio andaluz lindero a la piscina, así como la zona del fogonero con su horno de barro, contarán con su restauración a los fines de tener un uso cotidiano.
Los terrenos de la casa contaban con su propio jardín sevillano, ubicado en una depresión del suelo lo que posibilitaba el arribo del agua de distintas partes de la estancia. La arquitecta a cargo de la obra en general, Mariana Fingolo, cuenta que toda la superficie del predio contaba con desniveles previstos para evitar las inundaciones. Incluso, previo al inicio de los trabajos en la quinta, el municipio llevó adelante una obra pluvial en las inmediaciones para acaudalar la desembocadura de parte del agua proveniente de Longchamps.
Como su nombre lo indica, el municipio de Almirante Brown está ligado históricamente al agua. Batallador del Pacífico, precursor de la gesta sanmartiniana en Chile y Perú, baluarte en la guerra contra el Imperio del Brasil, y, retiro de por medio, vuelto a la acción para mitigar el bloqueo inglés durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas. Guillermo Brown, junto a Espora, Bouchard, Drummond, Spiro, Seguí, y Rosales, apellidos que hoy dan nombre a las arterias del distrito, constituyó un ancla en el pensamiento nacional, en la definición del quienes somos y hacia donde hay que ir. Esa es la naturaleza de una universidad, y la que lleva su nombre tiene como frase insignia ‘La Universidad cerca tuyo’.