La línea D de subtes comenzó a funcionar este miércoles dos horas más tarde que lo habitual. La conducción de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (Agtsyp) realizó un paro entre las 5.30 y las 7.30 hs, en rechazo a las medidas tomada por la empresa Emova que "violan" el sistema de ascensos y promociones del personal.

De esta manera, el servicio de la línea D, que une las estaciones Catedral y Congreso de Tucumán, recién inició la jornada pasadas  las 7.30 hs, por lo que gran cantidad de usuarios tuvieron que buscar otro medio de transporte para viajar, en  el arranque del  horario pico.

Paro de subte: qué reclaman los trabajadores

Según lo detallado desde Metrodelegados, los trabajadores "están reclamando la reducción de la jornada laboral por cuestiones de salud" y la empresa "no está dando respuestas".

"(La empresa) no está asistiendo a audiencias y reuniones para resolver distintos problemas laborales", sentenció el gremio en un comunicado.

"En este contexto, en vez de atender el reclamo de las y los trabajadores, decide generar situaciones de conflicto como este llamado a concurso de un grupo de trabajadores realizado por fuera de los procedimientos habituales y en perjuicio del resto del plantel", cerró el sindicato.

Durante las últimas semanas, el gremio ya había interrumpido el servicio del subte en diversos horarios y líneas por día en reclamo por una reducción de la jornada laboral con el propósito de minimizar "el grado de exposición" de los trabajadores a los materiales que contienen asbesto.

En este contexto, la organización sindical le exigió "al Gobierno de la Ciudad y Emova una solución inmediata a la crisis sanitaria provocada por el asbesto en el subte, ya que está en riesgo la vida de trabajadores y usuarios".

Qué es el asbesto

El amianto o asbesto es la combinación de un grupo de minerales que no tiene olor. Sus fibras se esparcen por el aire y provocan cáncer a quienes están en contacto con este material, cuyo uso está prohibido por el Ministerio de Salud de la Nación desde 2003.

Pasajeros y trabajadores del subte se vieron directamente afectados por este material desde 2011, cuándo Mauricio Macri, por aquel entonces jefe de Gobierno porteño, compró 24 unidades usadas al metro de España, que contienen asbesto.

A precio de ese momento, cada unidad costó unos 550 mil dólares. Aunque esos vagones ya no circulan, delegados gremiales estiman que el 37% de la flota de los subtes de Buenos Aires todavía contiene asbesto y se siguen usando en las líneas C y B.

Desde AGTSyP manifiestan que existe un fallo de la justicia porteña que ordena a la empresa y al Gobierno de la Ciudad retirar el material cancerígeno del subte pero que por el momento no se llevó a cabo ningún cambio de flotas.

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