“Ese libro de texto tiene una mirada masoquista sobre la historia japonesa”. La expresión le pertenece a un ex lobista durante el gobierno del primer ministro Shinzō Abe, asesinado el pasado 8 de julio durante un discurso en la ciudad de Nara. El tema conflictivo es la participación de Japón en la Segunda Guerra Mundial y, en particular, el abuso sistemático de las “mujeres de consuelo” –eufemismo para la esclavitud sexual hecha y derecha– trasladadas desde tierras coreanas y chinas para apaciguar las urgencias de los soldados nipones en los distintos frentes de batalla. Education and Nationalism, uno de los tres largometrajes que acaban de sumarse a la Competencia Internacional del Bafici, es un ejemplo cabal de documental convencional, que recurre a la voz en off y a las entrevistas a cámara para desplegar su tema de interés. Que es interesante por demás y que, más allá de reflejar una geografía y una cultura puntuales, resulta absolutamente universal: el revisionismo histórico y la manera en la cual la historia es enseñada a los alumnos de escuela primaria y secundaria.
La realizadora Hisayo Saika reutiliza algunos fragmentos de un viejo film de propaganda estadounidense de los años 40 en el cual se intenta demostrar, de manera hiperbólica y rocambolesca, cómo el gobierno japonés de aquellos años instilaba en las pequeñas mentes la entrega absoluta al emperador y a los designios imperialistas. La gran ironía, parece afirmar Saika a ochenta años de distancia y salvando las enormes diferencias de grado, es cómo ciertas fuerzas contemporáneas intentan y en algunos casos logran recuperar los vectores nacionalistas de antaño.
El primer ejemplo que ofrece Education and Nationalism es el sutil cambio en un manual ilustrado de primaria, en el cual una panadería es reemplazada en la siguiente edición por un local de productos tradicionales. La lógica detrás de la mutación es el extranjerismo del pan en la sociedad nipona tradicional, es decir, previa al período Meiji. A partir de allí, la película describe con lujo de detalles un mundo desconocido para la mayoría de los espectadores: la competencia entre editoriales por los mercados educativos, la presión gubernamental para alterar expresiones incómodas y la desaparición de ciertos tópicos en los libros de historia, como los suicidios en masa durante los últimos meses de la contienda. Lo dicho: un documental convencional para una temática fascinante, además de “una alarma urgente ante la amenaza de los ismos para las democracias del mundo”, como escribe el programador Agustín Masaedo en el catálogo del festival.
Mucho más amable y ligera en todo sentido, Zanox - Risks and Side Effects, la propuesta húngara de la sección competitiva, es un nuevo derivado del concepto central de Hechizo del tiempo, la obra maestra de Harold Ramis, en la cual el personaje encarnado por Bill Murray despertaba siempre en el mismo día y horario. Concepto que a esta altura ya podría ir considerándose como un género cinematográfico en sí mismo. A diferencia de otras películas recientes que toman esa idea para construir superproducciones de acción y fantasía, la propuesta del realizador Benő Baranyi es de pequeña escala. Un adolescente tímido cuyos ataques de pánico son tratados con una droga experimental descubre que la mezcla de las pastillitas con una palinka (la tradicional bebida alcohólica de Hungría) bien casera es capaz de trasladarlo al comienzo del día que acaba de terminar, iniciando un bucle temporal que incluye la visita al laboratorio proveedor de la sustancia, un primer beso con la chica que le gusta e incluso el acecho de un asesino serial.
Avanzar más en los detalles de la trama implicaría arruinar gran parte de la gracia de Zanox, a la cual la Competencia Internacional quizás le quede un poco grande, un clásico del Bafici desde tiempos inmemoriales y bajo todas las direcciones artísticas: incluir un título ajeno a los usos y costumbres narrativos y formales de la sección como forma de sutil provocación. La película ofrece sin embargo placeres genéricos derivados del concepto esencial, incluida alguna vuelta de tuerca realmente inesperada. Regla incomprobable, a menos que se utilice como vara la subjetividad: como ocurre con las de submarinos, las películas de loops temporales nunca pueden ser del todo malas.
El tercer largometraje presentado durante estos días en la selección internacional es la segunda obra llegada desde tierras españolas, en este caso con fuerte acento gijonés. En la ciudad asturiana de Gijón fue rodada gran parte de Notas sobre un verano, aunque al comienzo es Madrid el trasfondo de la separación temporal de Marta, la protagonista, y su pareja Leo. Llegan las vacaciones de verano y la joven regresa al terruño por unas semanas. De vuelta a la casa de su madre, a la vuelta al perro, a la sidra escanciada, y a reencontrarse con viejas amistades. También con ese novio del pasado que parece encenderla de pies a cabeza con sólo verlo de lejos. Los aires del film de Diego Llorente son absolutamente "rohmerianos", comenzando por la clásica figura triangular presente en muchas de las películas del director de La rodilla de Clara: el personaje A está con B pero la presencia de C hace tambalear sus emociones.
Presentada en sociedad hace un par de meses en la principal sección del Festival de Rotterdam, la apuesta de Llorente tiene una apariencia sencilla, naturalista, pero está construida pacientemente y sin recurrir a golpes de efecto dramáticos. La turbulencia de Marta ocurre debajo de la piel y se transmite visualmente a partir de gestos y palabras, nunca gritos ni desbordes. Una película pequeña pero rendidora, con una notable actuación central de la casi debutante en el cine Katia Borlado, que logra transmitir bastante con muy poco.
- Education and Nationalism se exhibe el jueves 27 a las 13.25 y el viernes 28 a las 11.45 en el Centro Cultural San Martín.
- Zanox - Risks and Side Effects se exhibe el miércoles 26 a las 18.20 en Multiplex Lavalle y el viernes 28 a las 23.15 en el cine Lorca.
- Notas sobre un verano se exhibe el miércoles 26 a las 19.05 y el jueves 27 a las 17 en el cine Cosmos y el sábado 29 a las 15.30 en Multiplex Lavalle.