En medio del debate por la inseguridad en la Provincia de Buenos Aires, que el ala dura de Juntos por el Cambio utiliza como uno de sus caballitos de batalla para cuestionar a la gestión de Axel Kicillof, la semana pasada la Procuración bonaerense, a cargo del macrista Julio Conte Grand, dio a conocer los datos correspondientes al año 2022. Pese a que el grupo encolumnado detrás de Patricia Bullrich, y la propia ex ministra de Seguridad de la Nación, aseguran que la situación ha llegado a una “situación límite”, los datos oficiales dan cuenta de una baja en la provincia de Buenos Aires entre 2021 y 2022, La reducción fue de un 10 por ciento. Pasó de 797 asesinatos a 716.

Días atrás, Bullrich había salido al cruce del actual titular de la cartera de Seguridad nacional, Aníbal Fernández, al asegurar que durante la gestión Cambiemos, se había alcanzado “el índice de homicidios más bajo desde que se mide”. “Las calles ya están regadas de sangre y muerte, por si usted no se enteró. Háganse cargo”, había sentenciado la presidenciable amarilla.

En esa línea discursiva también trabajan los principales aspirantes a la gobernación que, desde el PRO, buscan torcerle el brazo a Diego Santilli, el candidato de Horacio Rodríguez Larreta. El quizás mayor expectativa genere, por su presencia en los medios nacionales y su llegada a las más altas cúpulas del PRO a nivel nacional, es Cristian Ritondo. 

El diputado nacional fue el ministro de Seguridad durante la gestión de María Eugenia Vidal y, desde esa posición, construye una campaña que lo pone a discutir sobre el tema como un experto en la materia. Acusa al gobernador, Axel Kicillof, y a Sergio Berni de “abandonar a la provincia” y señala que el sistema implementado durante su gestión “fue víctima de la falta de decisión política y el desinterés de un gobierno que sabe ponerse en el lugar de los delincuentes para liberarlos, pero no en el de los vecinos y laburantes”. Otro ex funcionario de Vidal que quiere ser gobernador y promete “poner orden” en la Provincia es el senador Joaquín De la Torre. “Las calles ya están regadas de sangre de los laburantes, que matan todos los días para robarlos”, escribió la semana pasada en Twitter.

Los ejemplos se reúnen y terminan siempre en una identidad compartida con el perfil que Bullrich quiere imprimirle a su carrera presidencial. Pero esa línea también fue ganando terreno en la campaña de Santilli, un poco por estrategia propia y otro tanto para evitar la diáspora de votantes hacia el rincón más duro del cambiemismo. Martín Tetaz caminó por un charco de sangre que simuló en la puerta del ministerio de Seguridad de la Provincia hace menos de un mes.

A pesar de todo, los números nacionales y provinciales le dan la espalda a los relatos que siempre se buscan imponer desde las campañas electorales. Siempre teniendo en cuenta los últimos datos bonaerenses, si la cantidad de homicidios cometidos en el 2022 se comparan con el 2018, el último año completo de la gestión Vidal, la tasa bajó un 27,1 por ciento. El sistema de medición era el mismo, el procurador también, y es el mismo que la gobernadora del PRO eligió para ese lugar.

Según el sitio Chequeado.com la tasa más baja de homicidios dolosos desde el año 1991, año en que el dato comenzó a medirse de modo sistemático, se dio en el año 2021, durante el gobierno del Frente de Todos. Basado en los datos que provienen del Sistema Nacional de Información Criminal, la tasa de asesinatos ocurrida durante ese momento fue de 4,6 homicidios por cada 100 mil habitantes. En 2019, el año con el índice de asesinatos más bajo del gobierno de Cambiemos, el mismo sistema había informado una tasa de 5,1.

En el mismo informe, se da cuenta de que la tendencia a la baja de los homicidios comenzó en 2014, durante la gestión del Frente de Todos, y se da tanto a nivel nacional como en la Provincia y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El otro número resaltado por los funcionarios provinciales a partir del último informe de la Procuración fue la caída de un 40,5 por ciento de los homicidios en ocasión de robo, según surge de los expedientes iniciados en las investigaciones penales preparatorias de los fiscales. Sin embargo, en dicho informe también se destaca una suba en la cantidad de robos efectuados en la vía pública y en los delitos contra la propiedad.

Es decir, que los asesinatos en situación de robo se empiezan a acercar más a la excepción, que a la regla. Y no como dice Bullrich.