“Es una recontra buena noticia lo de la vacuna y es una herramienta que se va a sumar a lo que se está haciendo”, dijo ayer la jefa del Programa de Inmunizaciones de la provincia, Adriana Jure, ante la novedad de la aprobación del uso de una vacuna japonesa contra el dengue
Sin embargo, dijo que espera que en estos días llegue mayor información respecto de la modalidad del operativo a realizar.
La vacuna aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), es la TAK-003, del laboratorio japonés Takeda, indicada para todas las personas mayores de 4 años, hayan tenido o no la enfermedad.
El laboratorio comenzará el proceso productivo de la vacuna de modo tal de estar en condiciones de enviar el primer lote al país. De todos modos, especialistas indicaron que la vacunación no cumple con la función de bloqueo frente al actual brote de dengue, y recomendaron continuar con las medidas de prevención y control del vector.
La vacuna se basa en el virus del dengue 2, al que se añade ADN de los otros tres serotipos para proteger contra cualquiera de los cuatro tipos de dengue. Su forma de administración son dos dosis que deben ser aplicadas en un intervalo de tres meses.
La TAK-003, también conocida como Qdenga, recibió su primera aprobación en agosto de 2022 en Indonesia y posteriormente en la Unión Europea, en diciembre de 2022. Luego, le siguieron el Reino Unido en enero de 2023 y recientemente ha sido también aprobada por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil (ANVISA). Su utilización está contemplada para zonas endémicas. Tras la aprobación por parte de la ANMAT, el laboratorio japonés establecerá los protocolos de inicio del proceso productivo para el envío de un lote de la vacuna a la Argentina. Cuando esto suceda, una vez concluido ese ciclo y siempre siguiendo estándares de calidad y trazabilidad, el país estará en condiciones de recibir ese envío para su posterior comercialización en territorio nacional.
Jure afirmó que el desarrollo de la vacuna viene desde hace cuatro años y al menos un año y medio hubo un debate entre especialistas respecto de la posibilidad de contar con la inmunización.
Mantener medidas de prevención
El grupo de expertos y autoridades sanitarias consideraron que, en base a los datos presentados, ninguna vacuna cumple función de bloqueo frente a un brote de dengue como el que tiene lugar actualmente en la Argentina. Coincidieron en que la mejor estrategia de prevención sigue siendo la participación de la comunidad en relación al control y eliminación de criaderos de mosquitos, así como el fortalecimiento de la comunicación de las medidas de prevención para evitar picaduras de mosquitos y el empleo de métodos de aislamiento vectorial (repelentes, espirales, mosquiteros).
Consideraron que la mayor carga de enfermedad, que se traduce en sobrecarga del sistema de salud, está vinculada a las formas leves o moderadas que no requieren hospitalización. Por su parte, la tasa de mortalidad y de formas graves es baja, de modo que la incorporación de una vacuna podría pensarse para bajar la carga de enfermedad, y evitar la sobrecarga en el sistema de salud. Jure agregó que la vacuna puede aumentar en un 60 por ciento la posibilidad de no contraer la enfermedad en su forma moderada o leve, y en un 80 por ciento prevenir la posibilidad de contraer el dengue grave.
Es por ello que la vacunación no es ni debe ser la única estrategia de prevención, aun cuando pudiera contarse con vacunas eficaces, seguras y económicas.
En este sentido, se debe tener presente que el mismo vector aedes aegypti es capaz de transmitir otros virus como el zika y el chikungunya, enfermesades para las cuales aún no se cuenta con vacunas.
Por lo tanto, es necesario continuar fortaleciendo la estrategia de gestión integrada implementada en América Latina por la Organización Panamericana de la Salud (EGI-Dengue) abordando la vigilancia epidemiológica, la promoción de políticas ambientales para control del dengue, la gestión integrada del control vectorial, el cuidado del paciente, el establecimiento de una red de laboratorios virológicos, y la comunicación social para el cambio conductual.