“Me trataron de sucia, de drogadicta, de puta”, denuncia Brenda, una trabajadora sexual que vive en Comodoro Rivadavia, en Chubut. A ella le sacaron la tenencia de su hijo y afronta un proceso legal para poder ejercer a pleno su maternidad. En este momento, el niño se encuentra en lista de adoptabilidad y fue entregado a una familia denominada solidaria. La mamá no tiene información precisa por parte del Juzgado de Familia y no tiene asignadas visitas, según la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (Ammar). La organización se presentó como “amigo del tribunal” en la causa por la recuperación de la tenencia del hijo de Brenda. Y afirman que dos de cada diez causas de violencia institucional que reciben son por casos de discriminación o por batallas legales por la tenencia de los hijos.
“Me dijeron que no me lo devolvían porque era prostituta. Yo amo a mi hijo y no estoy dispuesta a darlo ni a regalarlo”, subraya ella.El comienzo de la batalla judicial fue por un cliente que se convirtió en su pareja y terminó disputando la custodia de su hijo. “Yo conocí un chico, él era mi cliente y luego pasó a ser mi pareja y parte de mi vida. Quedé embarazada y se hizo responsable de todo. Una abogada nos aconsejó que hiciéramos un acuerdo entre nosotros para asegurarle la salud a mi hijo. Pasó por un proceso de ADN que dio negativo pero él siguió apoyándome porque quería a mi hijo.Después empezamos a tener problemas. Hasta que un día me cansé y solicité que le revocaran la guardia y la custodia. ¿Y qué hizo el juzgado?: dijo que por ser trabajadora sexual yo no tenía una vida adecuada para mi hijo”, relata Brenda. Ella intentó cumplir con las demandas de la justicia, pero no fue suficiente. Mientras que el niño fue sacado de Chubut hacía la Provincia de Río Negro con una familia catalogada de solidaria.