WINTER BOY 6 PUNTOS

Francia, 2022

Dirección y guion: Christophe Honoré

Duración: 123 minutos

Intérpretes: Paul Kircher, Juliette Binoche, Vincent Lacoste, Erwan Kepoa Falé, Christophe Honoré

Estreno en Mubi.

“Mi vida se convirtió en un animal salvaje, al que no puedo acercarme sin que me muerda”, dice Lucas (Paul Kircher) en una escena confesional, pero en realidad su confesión es más melodramática que el modo en que el protagonista adolescente procesa sus experiencias. Incluso las más trágicas. Dedicada por el realizador Christophe Honoré a su padre, y con el propio Honoré jugando el rol de tal, Winter Boy es la historia de un duelo, tal como se hace carne en los dolientes. Da la impresión de que el realizador quiso tomar distancia del retrato más lloroso de esta clase de circunstancia, para dar lugar a los sentimientos más contrapuestos, tal como se presentan en la vida.

“Tengo miedo hasta de lo que me pasó”, dice Lucas en aquella escena inicial, y lo que le pasó es lo suficientemente trágico como para que el solo hecho de revivirlo dé miedo. Pero el protagonista está en plena adolescencia, y esa es una edad no solo de angustias, sino también de búsquedas. En Winter Boy no hay rebeliones familiares (salvo una pelea con el hermano mayor, que ocupa el lugar simbólico del padre), pero sí los clásicos escarceos sexuales de la edad más conflictiva de todas. Lucas tiene bien claro desde pequeño cuál es su preferencia sexual, y también parece tener claro que es momento de dejar a su amante, sin que medie una disputa entre ellos. Lo que no tiene tan claro es cómo lidiar con el deseo por un hombre mayor, con el que su hermano comparte el departamento al que Lucas se mudó temporariamente, como otra de las posibles alternativas de su maduración.

El sentido de la narración parece condensarse en una escena previa al funeral, cuando la mamá de Lucas (Juliette Binoche, tan ajustada como siempre) decide que la música de fondo para esa ceremonia no será un tema fúnebre sino un tema pop (de Orchestral Manoeuvres in the Dark), que era el favorito de ella y su marido. Y Lucas, mamá Isabelle y el hermano mayor, Quentin (Vincent Lacoste), bailan y ríen al escucharlo. De modo semejante, hay más sonrisas que lágrimas en Winter Boy, señal de que tarde o temprano todo duelo termina incorporándose al curso de la vida. Incluyendo alguna decisión extrema pero fallida, que en este contexto suena algo fuera de lugar.

Más importante parecen ser los avatares de la relación que Lucas establece con el amigo de su hermano, Lilio (Erwan Kepoa Falé), que incluyen una opción que, más que madurada, parece motivada por los celos y el despecho. La cámara es una herramienta crucial en el acercamiento de Honoré a sus criaturas: la combinación entre el acercamiento a los personajes, los planos breves y en ocasiones la cámara en mano le dan al film la dosis de inquietud (en el sentido de inquieto, no de inquietante) con la que los agonistas viven su duelo. Como sucede con todo film con un protagonista adolescente, la tarea de Paul Kircher (hijo de la recordada Irene Jacob) es de carácter pivotal, justificando el premio al Mejor Actor Protagónico discernido en su momento por el Festival de San Sebastián.