En su discurso, Macri mezcló diversos temas. Respecto de la generación de nuevos puestos de trabajo, sostuvo que “el problema” es que las empresas ven al trabajador “como un peligro” detrás del cual está “la mafia de los juicios laborales”. “Convencen a un empleado de que, frente a un accidente de trabajo, que a veces lo inventan, haga un juicio”. La consecuencia, agregó, es “que deja sin trabajo a sus otros compañeros porque la pyme cierra”.

También se refirió al dólar y negó que su escalada tuviera que ver con la política monetaria de su Gobierno. Por el contrario, sostuvo que la responsabilidad es de los “vivos que se aprovechan” y generan “la inflación (que) te estafa”.

Ante los aplausos de la platea, las promesas de campaña fueron in crescendo. Macri aprovechó el anuncio de la instalación de molinos en esa ciudad del sur bonaerense y vaticinó que, en un futuro que no precisó, la Patagonia será “una potencia mundial de energía eólica”, que va a “generar trabajo” para miles de bahienses. “Va a explotar el puerto de Bahía Blanca con los gigantescos molinos de viento”, se entusiasmó.

El acto tuvo lugar en un club de básquet local, en el que también estuvieron la gobernadora María Eugenia Vidal, el candidato a senador por Cambiemos Esteban Bullrich y la candidata a diputada Graciela Ocaña.

El festejo de “la revolución” que estarían generando en el país los créditos hipotecarios que impulsa la banca pública mereció un capítulo aparte. “Hoy, en la Argentina, una familia cada dos minutos accede a la vivienda propia y deja de tener que alquilar”, dijo, y fue por más: “Queremos llegar a un minuto”.

No pudieron faltar las críticas al kirchnerismo. "Cuando estos señores o señoras, que han gobernado tantos años, ahora, de golpe, con distintos partidos o propuestas dicen 'tenemos las soluciones', (me pregunto) por qué no las aplicaron cuando gobernaron", advirtió el jefe de Estado.