Continúa desaparecida la mujer de 72 años víctima del derrumbe del edificio del barrio de Floresta en el que murieron dos personas. En el lugar todavía hay grandes riesgos de que se produzcan más derrumbes, por lo que este jueves los rescatistas siguieron el operativo sólo con perros de búsqueda de rastros. Recién por la tarde arribó a Floresta la grúa prometida para poder remover los escombros desde arriba, a través de un robot que se adosará al brazo de la grúa. Los rescatistas también indicaron que el operativo demorará al menos dos días y que, una vez que se despeje la zona, los y las vecinas podrán ingresar al lugar a buscar algunas de sus pertenencias. 

La grúa de 120 toneladas y un brazo de 70 metros de extensión arribó a avenida Rivadavia y Lacarra cerca de las 14 del jueves. Los vecinos y vecinas que pasaron la noche en la calle, y entre los que se encontraban los familiares de Felicitas Cherres, la mujer desaparecida, soltaron algunos aplausos al ver llegar al vehículo. A Miguel, el hijo de Cherres que ya estaba en Argentina, este jueves también se le sumaron más familiares que llegaron desde Perú. Temprano en la mañana reclamaban que se acelerara la búsqueda y advertían que la llegada de la grúa se estaba demorando más de lo previsto, ya que había sido prometida, aseguraron, para las 8 de la mañana. 

"No es fácil colocar una grúa de este tipo. Hay que traerla hasta acá y hay que traer un container-taller y un robot para cortar las cosas", respondió más tarde, cerca de las 17, el director general de la Guardia de Auxilio y Emergencias de la Ciudad, Walter Gómez Diz. A esa hora, la grúa todavía no se encontraba operando y el funcionario porteño sostuvo en rueda de prensa que eso se debía a que todavía restaba "pasar una instancia más de perros en busca de algún signo de vida". 

Durante toda la mañana y la tarde del jueves sólo se trabajó con los perros pertenecientes a la División K9 de la Policía porteña, especialista en localizar cuerpos. No hubo marcaciones de rastros de vida pero, entre la búsqueda de los perros y los testimonios de los y las vecinas que dijeron haber visto a la mujer esa misma noche, los rescatistas lograron establecer una zona en la que podría estar Cherres. El sector se encuentra ubicado precisamente debajo de la zona más crítica del derrumbe, donde algunas habitaciones quedaron colgadas, apenas sostenidas por estructuras frágiles. 

"Queremos preservar las vidas y sobre todo la de una persona que estamos buscando y que, si tuviera algún signo vital, a lo mejor la podemos salvar. Si empezáramos a remover escombros para que la grúa se pueda mover rápido, eso generaría más cascotes", explicó en este sentido Gómez Diz sobre la prudencia en los trabajos realizados. Aunque en un principio se habló de tres personas desaparecidas, el funcionario indicó que Cherres "es la única persona que tenemos fehacientemente denunciada". Sobre las posibilidades de que la mujer aún pueda estar con vida, Alberto Crescenti, titular del SAME, aseguró que "normalmente hay una cantidad de horas en los que una persona puede estar con vida, pero si ella cayó con la losa completa es una situación dificultosa".

"Tenemos unos veinte metros de alto riesgo de colapso. Cuando estaban pasando los perros, desde mi punto seguro vi cómo se caían escombros sólo con un perro. Imagínense lo que puede ser con bomberos", dijo por su parte el jefe de Inspección de Bomberos de la Ciudad, Diego Coria, quien agregó que "hasta que la grúa no haga su trabajo no podemos volver a ingresar". Además del taller que se montará sobre la calle, a la grúa se le adosará en la punta un robot para cortar y remover escombros. Recién el viernes por la mañana comenzarán entonces los trabajos con la grúa y, según indicaron, el trabajo total en el lugar demorará, como mínimo, dos días. 

Los rescatistas afirmaron también que existirá la posibilidad de que las familias vuelvan a ingresar al lugar para buscar algunas de sus pertenencias, siempre de manera "programada" y guiada por ellos. "Con el robot primero vamos a despejar la zona para que aparezca el cuerpo, después evaluaremos si hay compromiso en la estructura del fondo y, si eso es seguro, sacaremos manualmente los elementos", sostuvo Gómez Diz en este sentido. El titular de la Guardia de Auxilio aclaró que será sólo para objetos "de mano", es decir documentación, bolsos o ropa, entre otras cosas pequeñas que no pongan en riesgo la estructura que quedó en pie. 

Desde el GCBA, en tanto, indicaron que ya fueron dadas de alta las quince personas que debieron ser trasladadas con heridas de distinta consideración a los hospitales Álvarez, Piñero, Santojanni y Vélez Sársfield. El miércoles ya habían recibido el alta trece de esas personas y dos continuaban internadas con lesiones algo más graves, como fracturas o traumatismos de tórax, pero sin riesgos mayores. 

En el edificio de avenida Rivadavia al 8758 vivían alrededor de 120 personas, entre 30 y 40 familias hacinadas en pequeñas habitaciones que se fueron construyendo sobre la estructura original del inmueble que data de casi un siglo atrás. El peso de las habitaciones terminó por hacer ceder la viga central del lugar y cerca de las 22.30 del martes se desplomaron dos losas. En la tragedia murieron dos personas, una niña de 12 años, identificada como Garbiela, y un joven de 19 llamado Jefferson.