Cientos de migrantes de Haití, Venezuela y Colombia se encuentran varados en una especie de limbo migratorio. No están en territorio chileno, tampoco en territorio peruano.
Acampan en el punto fronterizo de Concordia, unos 1.500 kilómetros al sur de Lima, donde el frío del desierto y la militarización en ambos lados de la frontera convierten el sueño de migrar en una pesadilla.
Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en Perú, a diario unas 400 personas se quedan varadas en esa frontera.
Entre la espada y la pared
En los últimos días el punto fronterizo de Concordia se convirtió en el epicentro de una nueva crisis migratoria. Sumado a las medidas tomadas por Chile, el fin de semana pasado Perú ordenó la militarización de sus fronteras con Chile, Bolivia, Brasil, Ecuador y Colombia. Previamente la presidenta Dina Boluarte reforzó la presencia policial en la frontera.
"Nos
encontramos entre la espada y la pared", expresó Yosier Canelón, una migrante venezolana que lleva varias semanas en la frontera.
Algunos salen de Chile e intentan volver a sus países de origen ante los últimos cambios en las leyes migratorias de Santiago. El pasado 19 de abril el gobierno de Gabriel Boric implementó medidas de control migratorio.
Por ejemplo, las fuerzas estatales podrán realizar controles de identidad que antes estaban prohibidos porque eran considerados discriminatorios. Además, las personas que no puedan acreditar su situación migratoria “regular” podrán ser detenidas por “tiempo indefinido”. A esto se le suma la militarización de las fronteras por 90 días ordenada por Boric en febrero.
El camino de regreso
En respuesta a estos controles migratorios muchos migrantes partieron rumbo a la frontera con Perú. Según los organismos humanitarios que brindan ayuda en el punto fronterizo de Concordia, las personas que salen de Chile intentan
volver a sus países de origen.Otras buscan pasar por Perú para llegar a destinos donde la política migratoria no los expulse. También hay migrantes que intentan cruzar de Perú hacia Chile.
Pero al llegar a la frontera la situación se mantiene hostil. En Perú, organizaciones humanitarias denunciaron que los medios de comunicación llevan adelante una fuerte campaña de criminalización de migrantes, especialmente si son de Venezuela.
A pesar de la imagen criminalizadora que recorre los medios, la situación en el terreno es otra. Familias enteras, madres con bebés en brazos, personas con discapacidad y migrantes con enfermedades que requieren de atención médica tras varios días esperando en un limbo entre dos países.
Luego de los anuncios de militarización, el gobierno peruano también reveló medidas para facilitar la regularización de los migrantes. Una de ellas tiene que ver con la "amnistía de multas" para que 100.000 personas refugiadas y migrantes puedan actualizar sus datos ante las autoridades. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) saludó esta decisión. A la vez, reconoció que es deber de los Estados "controlar sus fronteras".
"Es importante tener vías regulares para que personas necesitadas de protección internacional, reunificación familiar y otras cuestiones humanitarias" puedan acceder al territorio a través de los puntos migratorios oficiales, indicó la agencia de la ONU.
Cruces entre Perú y Chile
A este contexto se le suma un nuevo cruce entre las autoridades peruanas y chilenas tras un informe de la televisión peruana en el que denuncian la supuesta ayuda brindada por carabineros de Chile a los migrantes para cruzar a territorio peruano.
Pascual Güisa, alcalde de Tacna, una localidad peruana ubicada cerca de la frontera, apuntó directamente contra el mandatario Gabriel Boric a quien llamó “innombrable”.
También lo acusó de no tomar las medidas adecuadas y trasladar sus problemas hacia la frontera con Perú.
La ministra de Interior de Chile, Carolina Toha, criticó las declaraciones de Güisa y dijo que “no contribuyen en lo más mínimo a hacerse cargo de este tipo de fenómeno” y aseguró que Chile vive todos los días el “desafío del tema de la migración” y lo abordan de manera responsable.
Los medios y la distorsión de la realidad
Desde Acnur advirtieron que la crisis humanitaria en la frontera entre Perú y Chile va a incrementar con la llegada de más migrantes y el despliegue militar en ambos lados de la frontera.
La semana pasada cerca de un centenar de personas intentaron cruzar hacia territorio peruano y las autoridades informaron que hubo un enfrentamiento entre migrantes y las autoridades peruanas.
Según datos de la ONU, Perú es el país que tiene mayor cantidad de migrantes venezolanos después de Colombia. Cerca de 940 mil ciudadanos de Venezuela viven en el país andino.
Según el representante de Acnur en Perú, Federico Agusti, en los medios existe una imagen distorsionada sobre los migrantes venezolanos y una sobrexposición de casos de criminalidad cometidos por venezolanos.
Un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), indica que los flujos migratorios conllevan oportunidades para el desarrollo del país si se aprovecha la mano de obra calificada (técnicos de salud, profesores, doctores) que “podría compensar la falta de profesionales en el país”.
Sin embargo, uno de los desafíos tiene que ver con la integración laboral donde los migrantes se enfrentan a la informalidad, subempleo y la dificultad de homologar los títulos universitarios.
El informe reveló que en algunas zonas del país donde hay una mayor proporción de migrantes de Venezuela y donde la comunidad valora la diversidad “la calidad de los servicios locales y la calidad de la comunidad son mejores”.
Pero aunque la población migrante de Venezuela está altamente calificada, la mayoría están empleadas en el sector informal, tienen ingresos más bajos y realizan tareas que no están relacionadas con sus habilidades, detalla el informe del PNUD.