El reciente amparo de los vecinos de la Comuna 10 para que la Ciudad no haga una bicisenda en la calle Víctor Hugo, relatado en nuestra tapa del 22 de julio, fue un reclamo para entender cómo planea el gobierno porteño la red de carriles. Los vecinos hasta explicaban la diferencia entre bicisenda y ciclovía, y señalaban que es un deber de los que planifican el sistema unir puntos importantes, darles un sentido. A juzgar por los materiales disponibles en los medios de comunicación del macrismo en ejercicio, el gobierno porteño va a tener dificultades en ganar el amparo.
El sitio oficial de la Ciudad explica que la red de carriles especiales fue “especialmente diseñada para integrar distintos puntos estratégicos de la ciudad como centros de transbordo, universidades, escuelas y hospitales permitiendo también la interconexión con otros medios de transporte”. La declaración, pese a los adjetivos a la Trump, exagerados, parece coherente. Pero en ninguna parte se explica qué lugares y centros se unen, ni con qué criterio se los eligió, ni cuánto caudal derivan. En concreto, no hay números.
Esta falta se nota al ver los números que sí están disponibles, como el que hay 181 kilómetros de carriles dedicados y que el programa Ecobici ya dispone de 1950 bicicletas distribuidas en 150 estaciones. Sin dar fuentes ni explicar de dónde sacó el número, la Secretaría de Transporte afirma que el 3,5 por ciento de todos los viajes que se hacen en la ciudad se hacen ya en bicicleta.
Mirando los números de cerca se empieza a ver una confusión que deliberadamente se pasa como una realidad. El sitio explica que el sistema Ecobici batió un record recientemente cuando hizo 7866 viajes en un día. Como el sistema es pago y automático, con anclajes electrónicos y usuarios registrados, se puede admitir que el gobierno porteño sabe cuánta gente usó esas bicicletas en un determinado momento. Pero en el mismo sitio se afirma que cada día se realizan 280.000 viajes en bicicleta en la ciudad. Esto indica que el sistema de bicicletas oficial es ínfimo frente al total, y despierta la pregunta de cómo sabe el gobierno porteño cuántos ciclistas hay en la región urbana y cuántos viajes hacen.
El contraste aumenta al comparar la prosa publicitaria con el informe que acaba de publicar la ciudad de Nueva York sobre el uso de bicicletas. El programa Citi Bikes, el Ecobici de por allá que tiene nombre de banco porque lo pagó un banco, tiene 10.000 unidades con exactamente el mismo sistema de registro y pago que acá, que el macrismo fotocopió la idea y la puso en marcha. El record más reciente del programa americano es de 70.286 viajes en un día, lo que indica que cada unidad se usó siete veces en ese día, frente a las cuatro veces que se usaron las nuestras el día del record.
La municipalidad de Nueva York hizo un estudio complejísimo, usando las cámaras de tránsito, contando cuántas bicicletas entran a Manhattan cada día por los puentes y haciendo encuestas de uso muy amplias. Así, calculan, porque no pueden afirmarlo, que se hacen 450.000 viajes en bicicleta por día y que uno en cinco ciclistas usa el vehículo para ir a trabajar.
Es muy llamativo que el gobierno porteño se juegue a decir que hay 280.000 viajes por día en nuestra ciudad, dado que la ciudad tiene 181 kilómetros de ciclovías y 1800 unidades de Ecobici. Nueva York calcula 450.000 con casi 1800 kilómetros de carriles exclusivos y 10000 Citi Bikes. La proporción no parece cerrar.
Y un tema final: como el sistema es considerado un éxito, el gobierno municipal de Nueva York piensa ampliar la red en Brooklyn, con lo que está haciendo lo que nuestro gobierno municipal se rehúsa siempre a hacer, una consulta con los vecinos.