Si en la cancha se ven los pingos, en campaña se ve a los políticos. ¡Y cómo andan de aquí para allá en estos tiempos! Ideas, ideas, que digamos, hay pocas, pero ¡cuántas frases! Vea, por ejemplo, cómo le late el corazón a Esteban. A él no le hace “tu-tun, tu-tun”, porque eso pasa en los corazones populistas que andan con palos y bombos. Su corazón es más… ¿cómo le puedo explicar? Su corazón late más a lo Luis Miguel ¿vio? Sus ventrículos por ahora dicen “sí, se puede”, aunque en cualquier momento le tiran un “no sé tu” o “esa te la debo”. Tan entusiasmado anda que tuvieron que avisarle que está en campaña pero que no es la campaña del desierto. Pero bueno, él ya armó su agrupación: “La corazón de Roca”. 

Y como un equipo es un equipo, Esteban no anda solo, va con Mauri y Mariu, él y ella, hablándole a las ruinas y a los ruines. Es que nuestros gobernantes no cejan en su esfuerzo por eliminar la grieta. No podemos negarlo. Así que mi querido compatriota, o lo acepta o lo acepta, y si no lo acepta usted será culpable. Pero claro, las cosas se hacen progresivamente, no hay resultados inmediatos. Por eso, en el camino de eliminar la grieta por ahora cumplen con la primera parte, la de eliminar. 

Mi amigo funcionario me lo explicó así: “Nuestro gobierno se guía por la rectitud, Jaime es nuestro rector y cada ciudadano es un recto”. Ahí entendí clarito cómo viene la campaña, sin consignas que dividan, plena de frases dirigidas a la grieta de lo rectos. 

Un funcionario del área de movilidad en bicicleta, con ganas de aportar, recomendó “De Vido o Biscay, a uno u otro vamos a sacar”, lo cual le gustó al asesor latinoamericano, pero mucho mejor le pareció la propuesta del neo-emprendedor cervecero artesanal: “PRO o Cambiemos, para ser oficialistas y oposición cuando legislemos”.

“No, no, no”, reflexionó Jaime, “basta de dividir. Basta de ‘civilización o barbarie’, adiós a lo de ‘patria o muerte’ y ni qué hablar de ‘liberación o dependencia’”. 

Todo eso es grieta, Venezuela, gente que no quiere trabajar, hasta mujeres que se embarazan por una grieta. Aprendamos de los norteamericanos, que ellos suman, “Batman y Robin”, “El gordo y el flaco, “Bonnie and Clyde”. Acá, en cambio, hacemos grieta hasta en las fiestas cuando preguntamos “¿sidra o champagne?”

Pensando, pensando, fue que Jaime, que dice ser de izquierda, propuso aprender de Nico el trosko, que decía que “Macri y Scioli son lo mismo”. “Ya la tengo –anunció Jaime- es espectacular como Adolfo. Nuestro lema será ‘Creer o reventar’. La gente podrá elegir libremente entre las dos opciones: o cree, o revienta”. Un uniformado que participaba de la reunión se entusiasmó y agregó: “esto se está poniendo bueno”. 

Y en menos que canta un troll, Lilita ya estaba sentada en su banca, sí, la que tiene en los canales de la tele, hablando de Creer o Reventar. Como es ella, miró hacia el costadito, sin mover la cara, sonrió levemente, al instante puso cara de aguerrida republicana, clamó al cielo, discurrió sobre los partos y el Apocalipsis, hasta que por fin sentenció: “Vamos a punir a los argentinos”.