La diferencia entre lo que IOMA cobró de aportes a los trabajadores municipales de San Nicolás y la erogación en prestaciones a esos mismos afiliados en 2022 fue de 140 millones de pesos. 

Ese monto, que en un balance estrictamente local se computaría como déficit operativo, pero en los hechos se licúa en el volumen total del Instituto, es lo que estaría en riesgo si se concretara la desregulación impulsada por el intendente Manuel Passaglia, y el motivo principal por el que los trabajadores se niegan a aceptarla. 

Así lo informaron a Buenos Aires/12 fuentes de IOMA, en momentos en que la gestión municipal debe definir si efectivamente avanza con la cancelación del convenio con la obra social provincial. 

La pregunta que se hacen los afiliados es qué empresa privada vendría voluntariamente a perder 140 millones de pesos anuales, a los que habría que sumarles la inflación de estos primeros meses de 2023. Ocurre que sillas de ruedas, prótesis o tratamientos oncológicos, entre otras prestaciones, están nominados en dólares y afrontar esos gastos no parece un negocio demasiado rentable para los privados interesados en hacerse cargo del sistema de cobertura.

De acuerdo a las leyes vigentes que regulan el funcionamiento de las obras sociales y de las empresas de medicina prepaga, la hipotética nueva cobertura de salud no está obligada a aceptar a los enfermos crónicos, que son los que generan el mayor porcentaje de ese gasto. Puede asociarlos, pero bajo un arancel diferencial, que muchas veces cuadruplica o quintuplica la cuota normal y hasta el ingreso mensual de esos trabajadores.

¿Qué pasaría entonces, si no pueden pagarlo? La principal opción es que quienes necesiten de esas coberturas permanezcan en IOMA, pero como socios individuales, dañando aún más la ecuación del Instituto. Además, deberían pagar el valor de la cuota, hoy valuada en $11.600, que resentiría los ya magros ingresos de los trabajadores municipales.

“Distinto sería si fueran camioneros, aceiteros o petroleros, que tienen muy buenos salarios, pero para que atender a esta gente sea negocio, primero tienen que evitar que ingresen caños (N de la R: crónicos en la jerga de las obras sociales) y luego, a los sanos, brindarles un servicio mínimo”, afirma un experto en obras sociales, en referencia a los sueldos de los municipales en general, que pelean palmo a palmo contra la línea de pobreza. Esto es, efectivamente, lo que ocurre en Capitán Sarmiento, el único municipio donde la desafiliación de IOMA se concretó realmente.

La consulta 

Como ya contó BuenosAires/12, como los traspasos no se efectivizaban en San Nicolás debido a que los supuestos interesados no firmaban ni la baja de IOMA ni el alta de otra cobertura, el intendente contrató un servicio de consultoría. Los detalles de esa contratación y sus verdaderos alcances son uno de los secretos mejor guardados del clan Passaglia. 

Lo concreto es que los consultores, que en algunos casos se presentaron en los domicilios particulares de los trabajadores para explicarles, planilla en mano, las bondades de la libre opción, recogieron una rotunda negativa que se impuso como la respeta mayoritaria por parte de los trabajadores y trabajadoras municipales. 

Según pudo averiguar este medio, entre las planillas con la que los consultores visitaron a los municipales se encontraban las fichas de afiliación de Esencial, la prepaga  de Grupo Oroño, el holding rosarino que presta servicios al instituto provincial de Santa Fe y acaba de beneficiarse con la concesión del hospital zona oeste, que aún no se inauguró.

El aumento de la expectativa de vida experimentado en las últimas décadas, en Argentina y en el mundo, es la consecuencia del desarrollo de las industrias de tecnología médica y farmacológica, que por un lado trasladan al público sus costos de investigación y desarrollo y, por otro, están blindados por un sistema jurídico basado en patentes y un poder de lobby que atraviesa fronteras.

Esto explica el fenómeno de la inflación en la industria médica: si existiera en el planeta un país con inflación cero, allí la cobertura de salud tendría un aumento anual cercano a los 10 puntos porcentuales. 

Esta situación obliga a administrar con prolijidad y eficiencia extremas, y hace que la expectativa de lucro se vuelva difícil o directamente antagónica con un buen servicio. También explica la concentración de estas empresas. Las más chicas se tornan inviables y son finalmente absorbidas por las más grandes, porque manda la escala.

El caso Tigre

El miércoles pasado, en el concejo deliberante de Tigre, distrito gobernado por Julio Zamora (Frente de Todos), tras un empate en 12 votos, el presidente de ese cuerpo legislativo, el actor Segundo Cernadas (PRO), desempató, aprobando una ordenanza anti IOMA. Cernadas sostuvo que "IOMA descuenta 5 puntos, cuando todas las demás descuentan 3, y atenderse en otra provincia es una odisea. Igualmente, los que quieran permanecer podrán hacerlo". 

Quien lo desmintió fue la concejala Micaela Ferraro: "Desadherir implica terminar el convenio para la totalidad de los trabajadores, dejando sin prestaciones a quienes tienen preexistencias o enfermedades crónicas. Afiliarse como individual no es lo mismo ni es tan sencillo". La edil oficialista, a su vez, espera que la ordenanza sea vetada por el intendente Zamora.