Notas amenazantes, ruidos de pisadas en los techos y piedrazos. Esos y otros tipos de intimidaciones generan que seis familias de la zona de 27 de Febrero y 1° de Mayo casi no duerman por las noches. "Queremos saber por qué es, pero entendemos que quieren que nos vayamos de las casas", dijo uno de los vecinos afectados por los actos de amedrentamiento. Sospechas ante la aparición de un presunto agente inmobiliario. Las denuncias fueron presentadas en Fiscalía.
La seguidillas de hechos comenzó el 9 de febrero pasado cuando uno de los vecinos contó que se peleó con un hombre en el patio de su casa, en lo que entendió como un intento de robo. "Después empezaron a marcar las puertas, a escribir las paredes o dejar piedras y siguieron por los techos. Dejaban notas que decían cosas como 'vamos a entrar', "va a haber fuego'. Y como al mes de estos problemas pasaron de una inmobiliaria para querer comprar las propiedades y dejaron un contacto bastante trucho, como un papelito hecho en computadora que decía 'Soy Roberto González, trabajo en la inmobiliaria, si querés llamame'. El vendedor que pasó era poco formal, pero el contacto tiene una foto con el nombre de una inmobiliaria que existe. Lo que nos sorprendió es que primero fueron las amenazas y después esto de querer comprar las casas".
Con el correr de los meses, los hechos continuaron. "Nos dicen que dejemos la casa, que va a haber tiros. Yo puse cámaras y me dejaron un mensaje de que van a entrar igual, haga lo que haga. Hay personas a las que les dicen que saben dónde trabajan, a qué hora salen".
Los sucesos generaron la presentación de diferentes denuncias. "Ya está todo en Fiscalía, unas nueve o diez denuncias que ahora se han unificado. Tenemos una protección, con policías, una ronda, y han pasado para preguntar cómo estoy. Sé que están haciendo cosas, tomando declaraciones. Antenoche, que rompieron el vidrio de un baño, llamamos y vinieron unos veinte (agentes), se subieron a los techos y no los encontraron", lamentó.
La situación, no los deja dormir. "Yo hace 25 años que vivo acá, y más allá de cómo está Rosario, nunca escuché algo de esto. La policía viene y no los encuentran. Nosotros no dormimos, cada noche que llega es pensar en encerrarnos, poner la alarma, las rejas. Nos dormimos a las 3 y nos despertamos a las 4. Las dinámicas familiares nos cambiaron. Lo que quieren es que abandonemos las casas. Se ve que quieren que nos vayamos. No sabemos para qué, se está investigando todo".