El trabajo es, entre otros, la principal fuente de ingresos de la mayoría de los hogares rosarinos: el 77,5% tiene ingresos provenientes del trabajo remunerado. La población ocupada asciende a 458 mil personas, de las cuales un 54% son varones y un 46% mujeres. Del total de ocupados en la ciudad, más del 80% posee un empleo en el sector privado y un poco más del 11% se encuentra inserto laboralmente en el sector público. El 63,7% de las personas ocupadas en relación de dependencia están registradas y el 36,3% restante no están registrados, mientras que la rama de la actividad de la ocupación principal es el comercio (19,9%), seguida por la industria manufacturera (11,6%). La información, que surge de los datos de la Encuesta de Hogares UNR realizada en el cuarto trimestre del año 2021 por la Usina de Datos UNR, y que además aporta referencias sobre ocupaciones y oficios, ramas de la actividad, tamaños de los establecimientos y educación, permite tener una fotografía del empleo rosarino.
El dossier titulado "Apuntes para la caracterización del empleo en Rosario en el marco del Día internacional de las y los trabajadores", se da a conocer en vísperas del 1° de mayo, fecha relevante en todo el mundo ya que se conmemora el Día Internacional de las y los Trabajadores. "Este día nos remite a la lucha histórica de las personas por adquirir derechos laborales justos y equitativos, así como por mejores condiciones de vida. En este marco, desde Usina de Datos UNR, sumamos como aporte una fotografía del empleo rosarino a partir de los datos de la Encuesta de Hogares UNR realizada en el cuarto trimestre del año 2021", señalaron.
"Esta información es original e innovadora ya que no existen antecedentes de datos estadísticos de este tipo para Rosario, ya que la Encuesta Permanente de Hogares realizada por el Indec permite conocer la situación del Aglomerado Gran Rosario, como máximo nivel de desagregación territorial", agregaron.
Zoom a la Encuesta de Hogares UNR
"El trabajo remunerado sigue siendo la principal fuente de ingresos, garantizando las condiciones materiales de vida de la mayor parte de los hogares rosarinos, un 77,5%. Además, podemos sumarle los que no tienen ingresos laborales presentes si no diferidos, jubilaciones y pensiones contributivas, un 18,3%, que de alguna manera están atadas a la trayectoria laboral. El resto, apenas el 4% de los hogares, se completa con las personas que tienen ingresos no vinculados con el mundo del trabajo, alquileres, subsidios, ahorros o ayuda familiar", dijo a Rosario/12 Paula Durán, coordinadora general de la Usina de Datos UNR.
Al analizar las tasas de participación en el trabajo remunerado por sexo, se observa en el informe una superioridad en todos los rangos etarios por parte de los hombres, 15% por encima de las mujeres. Sin embargo, aclararon, este recorte de la realidad resulta sesgado si no se contemplan las tasas de participación en el trabajo no remunerado. Los varones que realizan trabajo doméstico lo hacen en un promedio de tres horas por día, mientras que las mujeres en casi seis horas.
Respecto a la tasa de participación, dentro de las mujeres de 18 a 34 años, la mitad tiene un trabajo, mientras que los varones que tienen ocupación en esa franja es del 65%. "En varones de más de 65 años la ocupación es del 30%, un porcentaje bastante alto que se explica porque no tenemos moratorias para varones y no se están pudiendo jubilar, aparte por una cuestión cultural, seguir trabajando hasta lo máximo que se pueda", describió la coordinadora de la Usina de Datos UNR.
Para los realizadores de la encuesta, la educación de quienes componen la fuerza de trabajo en Rosario es también otro dato interesante: Alrededor del 40% (38.2% en varones y 44.9% en mujeres) tiene nivel secundario completo o superior incompleto. Se destaca un 31.3% de mujeres con nivel superior completo, que polariza con un porcentaje similar de varones con primario incompleto.
En Rosario, más del 70% de las personas que trabajan tienen como ocupación principal un empleo asalariado. En segundo lugar, el trabajo por cuenta propia abarca al 22% de los/as ocupados/as, mientras que las personas que se encuadran bajo la figura de patrón o empleador registran un valor inferior al 5%. Por otra parte, 9 de cada 10 ocupados trabajan en el ámbito privado. "Rosario tiene la particularidad de no ser capital de la provincia, donde hay mayor nivel de empleo público, tenemos esta realidad", apuntó Durán.
La calificación ocupacional exhibe tendencias diferentes según el sexo. Las mujeres registran valores más altos en categorías opuestas, es decir: en aquella más baja y más alta en el nivel de calificación: ocupaciones no calificadas y ocupaciones de calificación profesional con estimaciones cercanas al 30%. En el caso de los varones, las ocupaciones operativas concentran casi el 40% de los ocupados; las ocupaciones no calificadas y profesionales disputan el segundo lugar rondando el 22%.
A nivel general, la distribución es bastante similar a la de los varones, con una mayor preponderancia de los puestos de trabajo de calificación operativa (32,1%), seguido de puestos de trabajo no calificados (26,6%) y profesionales (25,3%).
Ramas de la actividad y tamaños de los establecimientos
El comercio (19,9%), seguida por la industria manufacturera (11,6) y las actividades profesionales, científicas, administrativas y de apoyo (9,5%) son , enseñanza (8,4%), transporte, almacenamiento y comunicaciones (8,3%), trabajo en casas particulares (8,1%), construcción (7,8%), servicios sociales y de salud (7,1%), otros servicios comunitarios, sociales y personales (6,2%), administración pública, defensa y seguridad social (3.6%), hoteles y restaurantes (3,4%), servicios financieros, de alquiler y empresariales (2,5%) y otras ramas (2,3%).
Respecto a la cantidad de empleados por establecimientos, el 44,38% tiene hasta 5, ya sea en micro empresas o cuentapropismo. El 26.20% de los establecimientos tiene de 6 a 40 empleados, el 11,80% de 41 a 200 y el 10,30% más de 200 empleados. "Esto está hablando, en general, de una estructura económica endeble, precaria. Los sectores de actividad donde se ubican los trabajadores y las trabajadoras rosarinas son aquellos que tienen los salarios medios más bajos. Hay una gran cantidad de ocupación, la gente algo encuentra para hacer, pero son ocupaciones de mala calidad", analizó Durán.
En cuanto a las ocupaciones y oficios de rosarinos y rosarinas, el informe lo ilustra con una nube de palabras en la que aparecen, entre otras, empleada doméstica, albañil, vendedor, operario, comerciante, profesional, docente, oficial, chofer, administrativo/a, ayudante, mantenimiento. "Son actividades típicas de una urbe donde no hay sectores económicos que hoy sean los más pujantes", describió la coordinadora de la Usina de Datos UNR.
Otro aspecto relevado fue la clasificación de acuerdo a la calificación y la tecnología de la ocupación. En ese sentido, la encuesta arrojó que la calificación operativa tanto en varones como en mujeres alcanza el 32,1%, la no calificada el 26.6%, profesional 25,3% y técnica 15,3%. En cuanto a la tecnología ocupacional, más de la mitad (52,2%) lo hace sin operación de maquinaria, equipos y sistemas, el 30,6% con operación de equipos o sistemas informatizados y el 16,6% con operación de maquinaria, equipos o sistemas electromecánicos.
Según Durán, tanto la subocupación como el empleo no registrado son algunas de las formas de pensar la insatisfacción de la situación ocupacional. "En el caso de los subocupados, que son el 8,5%, se consideran a los que trabajan menos de 35 horas semanales y quieren trabajar más pero no consiguen, una tasa que ha sido mucho más alta en otros momentos. Hay un 25% de sobreocupados, gente que tiene una jornada más larga; mientras que la informalidad, personas que están en negro, alcanza al 36%, más o menos en línea con lo que está pasando en el país. Es muchísima gente que no tiene ninguna protección gremial ni actualizaciones salariales, y con ingresos menores a los que están registrados", destacó.
"Acá podemos tener a muchos trabajadores de plataformas, donde hay toda una discusión que también queremos plantear. Todas estas categorías merecen ser revisitadas a la luz de los cambios de las formas de trabajo, saber si son autónomos, empleados. También la economía popular, hay formas de asociación que por ahí se desdibujan en estas categorías", explicó.
Conclusiones
Durán sostuvo que la cantidad y la calidad de las ocupaciones generadas en la estructura productiva y social de la ciudad son centrales porque determinan las condiciones materiales de vida de la mayoría de la población. "Algún problema en ellas, o ambas, es la antesala de la pobreza. Hoy podemos decir que no habría un problema de cantidad y sí de calidad en las ocupaciones disponibles, que están hablando de un escenario en las condiciones materiales de vida acuciante en relación a la posibilidad de satisfacer las necesidades básicas. Por eso la emergencia de las y los trabajadores pobres, a pesar de tener un trabajo el ingreso que le genera no es suficiente para garantizar un sustento digno", explicó.
"Por otro lado, a la luz del 1º de mayo, que tiene que ver con la lucha por los derechos laborales, queremos saber qué pasa con eso cuando tenemos casi un 37% de empleo en relación de dependencia no registrado, sin ninguna protección, y cuando tenemos un alto porcentaje de la población que trabaja de manera independiente, que a lo mejor está en línea con la gran cantidad de sobreocupados", analizó Durán.
"Entendemos que hay una gran necesidad de sumar muchas horas de trabajo para poder generar un ingreso más o menos aceptables ante un panorama actual cargado de incertidumbre respecto al costo de vida. Esto genera situaciones aún más acuciantes en aquellos empleos que no tiene la posibilidad de discutir un aumento que al menos le empate a la inflación", consiederó la investigadora, para luego subrayar "la necesidad de seguir pensando en las formas de leer la realidad a partir de datos y en la importancia de los datos para poder entender lo que sucede y poder transformarlo".