La FIFA confirmó a Argentina como el país anfitrión de la Copa Mundial Sub-20 que se realizará entre el 20 de mayo y el 11 de junio. Entre las sedes que acogerán al torneo juvenil más importante del mundo se encuentra el Estadio Único Diego Armando Maradona, de la Ciudad de La Plata. La capital bonaerense recibirá 18 encuentros del certamen, entre ellos el más importante: la final.
Originalmente el mundial juvenil se iba a realizar en Indonesia, pero tras negarle la bienvenida a la selección de Israel, FIFA actuó de inmediato y le quitó la organización del evento. Ni lento ni perezoso, Claudio "Chiqui" Tapia movió los hilos y la AFA presentó su candidatura para realizar de manera fugaz la preparación del Mundial. Con la espalda ancha y el pecho inflado por ser el presidente campeón del mundo, Tapia recibió automáticamente "la positiva" por parte de FIFA.
Tras el sorteo de los grupos en Zúrich, se estableció que la albiceleste competirá por un lugar en octavos de final frente a Uzbekistán, Guatemala y Nueva Zelanda. Argentina es el país más ganador en la historia de los mundiales Sub-20 ya que cuenta con seis títulos en sus vitrinas. En el año 2001 también fue anfitrión del certamen, el cual obtuvo al mando de José Pekerman. Increíblemente, el seleccionado conducido actualmente por Javier Mascherano no había clasificado a la competición 2023 por malos resultados. La confirmación de Argentina como sede catapultó al conjunto de las promesas del futuro a competir como local, ya que el anfitrión de un torneo participa por el simple hecho de ser el organizador.
Gianni Infantino, presidente del ente mundial de la pelota, mandó a una delegación de FIFA a chequear los estadios ofrecidos. En ese momento se confirmaron como sede al Estadio Único Diego Armando Maradona de La Plata, al Bicentenario de San Juan, el Único Madre de Ciudades de Santiago del Estero y el Malvinas Argentinas de Mendoza. La capital de la Provincia de Buenos Aires albergará 18 encuentros, entre los cuales se destacan los octavos de final, las semifinales, el partido por el tercer y cuarto puesto y la tan ansiada final.
La historia del Diego Armando Maradona
Si bien la inauguración se dio a principios del siglo XXI, en el año 2003, la idea madre de tener un gran estadio municipal se remonta al inicio del siglo XX. En Europa, a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, la construcción de las estructuras deportivas vivenciaban dos modelos para encarar dentro del fútbol.
En Inglaterra, por ejemplo, el deporte moderno se desarrollaba por fuera de la gestión pública y mantenía a rajatabla su independencia financiera y política. En cambio, dentro de la Europa continental, países como Alemania y Francia posicionaban al Estado con un rol central dentro del desarrollo deportivo. Dos casos que describen a la perfección esas intervenciones, son las estructuras creadas en Alemania por el nazismo para los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 y la creación del Estadio de Pershing, en Francia, donde el Estado creó el primer gran estadio municipal.
Si bien la gran mayoría de los clubes argentinos adoptaban el modelo inglés, una investigación del sociólogo Mariano Gruschetsky logró recabar los debates del Consejo Deliberante de Buenos Aires a principios de los años 20, donde ya se planteaban ideas para la creación de un estadio municipal.
En 1920 aparece por primera vez la idea de un "Stadium Municipal". Si bien las concepciones del momento argumentaban en contra de la obra por el avance de la edificación por sobre los espacios públicos, se resaltaba el argumento de que Buenos Aires no contaba entre sus progresos con "obras de esta índole, que otras ciudades del extranjero ofrecen desde largo tiempo a sus habitantes". Los modelos europeos y norteamericanos tomaban fuerza y entendían que, como en toda gran ciudad moderna, Buenos Aires debía contar con un estadio a su medida.
Los debates se continuaron y con el correr de los años se planteó que semejante obra solo sería posible si la realizaba el Estado. Dentro de las ideas que se exponían durante la década del '20, resaltaba el planteo de ubicar a los estadios como polos de desarrollo urbano en toda su dimensión. Las ubicaciones propuestas para el "Stadium Municipal" fueron pensadas estratégicamente y se posicionaban alejadas de los grandes centros urbanos. Entre los funcionarios de la época, ya estaba plenamente aceptado el hecho de que una construcción de esa capacidad constituiría la centralidad de una ciudad.
Pese a ello, los años corrieron y el plan quedó en la nada. El proyecto era reformulado por los concejales de la época, pero los vaivenes políticos impedían llevar el proyecto a una obra concreta. A la par del debate, los clubes crecían y eran capaces de desarrollar sus propios estadios. El trajín de controversias se extendió hasta 1947. En La Plata y conducido por Domingo Mercante, el gobierno de la Provincia de Buenos Aires decidió expropiar las tierras de 25 y 532 e inauguró el Complejo Deportivo de aquella ciudad.
En 1972, el Concurso Nacional de Anteproyectos "Estadio Único de La Plata", contenía en sus bases la idea de que el predio a construirse pudiera ser designado como sede del mundial 1978. Pese a que esa idea se evaporó, dentro de la capital bonaerense, se creía fundamental la creación de un Estadio para los clubes de la Ciudad.
Tal como indica el sociólogo Juan Branz en "Instituciones Deportivas como espacio de Disputa", luego de años cargados de diversas propuestas y aspiraciones y con el respaldo de Estudiantes y Gimnasia, las Cámaras de Diputados y Senadores de la Provincia de Buenos Aires aprobaron la Ley de cesión de tierras para la construcción del Estadio en 1992. Encuadrado en la Ley 11.188, se creó la Fundación Estadio Ciudad de La Plata, integrada por dirigentes representantes del "pincha" y el "tripero", y se convocó a un concurso nacional para el diseño. La propuesta del arquitecto Roberto Ferreira fue la elegida, ya que el proyecto debía responder a las normas de seguridad internacionales establecidas por FIFA y UEFA.
Tal como indicó en “Memorias del Concurso” el arquitecto egresado de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNLP, la forma particular del Estadio se basa en la conjunción de Estudiantes y Gimnasia y “surge de la intersección, del choque de dos círculos”. “Es un Estadio con dos centros, con dos sectores que entran en conflicto, en superposición, y el proyecto es la resolución de ese conflicto en términos de arquitectura. La forma simboliza así, la dialéctica entre clubes, pero resolviéndolo en singular empate”, señaló el arquitecto por aquel entonces.
En 1998, el gobernador Eduardo Duhalde y el intendente platense Julio Alak colocaron la piedra fundacional, comenzando con los trabajos de construcción que luego se paralizaron en 2001. Duhalde impulsó la idea de techar el estadio y que fuera el primer campo cubierto de latinoamérica, pero eso no ocurrió. Una vez paralizada, “la construcción en proceso se convirtió en un depósito más del Astillero Río Santiago, costándole a la Provincia 23.547.218 millones de pesos”, según indicó el periodista Gustavo Veiga. Según Veiga, el financiamiento y los montos de construcción fueron variando desde que se comenzó a plantear el proyecto.
Tras reanudarse las obras en 2002 por impulso de Duhalde, Alak y el gobernador Felipe Solá, el Estadio Único de La Plata fue inaugurado el 7 de junio de 2003, con un recital folclórico de Los Nocheros. En cuanto al fútbol, el primer partido fue una semana después, cuando Villa San Carlos de Berisso y Acassuso de San Isidro, disputaron los cuartos de final del reducido de la Primera C 2002/03.
En 2011 y bajo la gestión provincial de Daniel Scioli, los representantes de la Fundación Estadio Ciudad de La Plata y el gobierno provincial reacondicionaron el estadio al perfeccionar el sector de plateas y colocar el techado, cuyos paños de membrana de fibra de vidrio revestida con teflón estuvieron retenidos ocho años en la Aduana. El 17 de febrero de 2011 quedó oficialmente reinaugurado, año en el que fue la casa de varios partidos de la Copa América que se disputó en el país. En 2020, tras la muerte de Diego Armado Maradona, la cancha de la capital bonaerense tomó su nombre.
¿Cómo funciona?
El manejo del Estadio depende del gobierno de la Provincia de Buenos Aires y su administración está radicada en una agencia administradora, la cual está configurada como una dirección provincial que depende de la Jefatura de Gabinete. El director del Estadio también es un cargo de índole provincial y cuenta con dos directores de línea, uno dedicado a la administración y otro destinado a la infraestructura de la cancha. Entre el personal de mantenimiento y el de administración, el Único alcanza el número de treinta empleados fijos. En cuanto al campo de juego, si bien el trabajo es realizado por una empresa privada, su financiamiento también nace de las arcas provinciales.
Esta estructura administrativa, como tal, forma parte del presupuesto de la Provincia de Buenos Aires, que además de pagar los sueldos de los empleados y los gastos corrientes que genera la estructura, como el de la limpieza.
Desde los comienzos de la Fundación Estadio Ciudad de La Plata, allá por los años 90, se estableció que el Bingo de La Plata donaría el 2% de sus ganancias anuales. De ese total, el 80% es destinado a los gastos extras del estadio y el 20% restante es un 10% para Estudiantes y otro 10% para Gimnasia, que deben invertirlo obligatoriamente en actividades culturales.
Otra de las fuentes de ingreso que genera el Estadio Único Diego Armando Maradona son los alquileres, destinados a shows y eventos organizados por las productoras. Tal como indicó el ex trabajador del estadio, “eso se hace con un contrato con la Provincia y es extraordinario”. Bandas históricas como Los Piojos, El Indio Solari y Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, los Guns N’ Roses, Aerosmith, Metallica, Roger Waters, Paul McCartney y hasta los Rolling Stone han actuado en la capital bonaerense, con el Único como escenario.
A veinte días del inicio del Mundial Sub-20, desde la FIFA indicaron que los vestuarios, los baños y la zona de los palcos deberán reacondicionarse de cara al certamen juvenil. Los arreglos quedarán en manos de la Asociación del Fútbol Argentino, que en conjunto con el Gobierno nacional, se encargará de los arreglos correspondientes.
El estadio de la capital de la Provincia, que supo agasajar la final de la Copa Sudamericana 2008, la final de la Copa Libertadores 2009, la Copa América 2011, el Rugby Championship y la Copa Argentina, volverá a la escena grande del fútbol mundial y recibirá a las joyas mundiales del futuro, que disputarán cada pelota con un solo objetivo: jugar la final del 11 de junio en el estadio más imponente de la Provincia de Buenos Aires.