El Ministerio de Salud de la Nación informó que, por segunda semana consecutiva, se registró una tendencia a la baja en los casos de dengue en distintas jurisdicciones del país, como Tucumán, Santiago del Estero, Salta, Jujuy, Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Buenos Aires, tras el pico registrado días atrás. De todas formas, Salud recomienda reforzar los cuidados frente a los aumentos de temperatura de estos días.
De acuerdo a datos de la cartera sanitaria, hasta el domingo 23 de abril, se notificaron en el país 71.717 casos de dengue, de los cuales 65.195 adquirieron la infección en la Argentina, 5.615 se encuentran en investigación y 907 presentan antecedentes de viaje.
Al momento, la circulación de este virus se identificó en 16 jurisdicciones correspondientes a cuatro regiones: Región Centro (Buenos Aires; Ciudad Autónoma de Buenos Aires –C.A.B.A.-; Córdoba; Entre Ríos; Santa Fe); región NEA (Corrientes; Formosa; Chaco), región NOA (Catamarca; Jujuy; La Rioja; Salta; Santiago del Estero; Tucumán) y Región Cuyo (San Luis y Mendoza).
En ese contexto, según el último reporte epidemiológico -que comprende el período de análisis hasta el 23 de abril de 2023 (semana epidemiológica 16), por segunda semana consecutiva, se registraron menos casos que en el pico de la semana epidemiológica 13 (del 26 de marzo al 1 de abril).
De la observación de la curva de casos, surge "un aumento progresivo sostenido entre la semana epidemiológica 5 y la 13 (29 de enero al 31 de marzo), luego de lo cual se comprueba un decrecimiento, es decir que en las semanas 14 y 15 (2 al 15 de abril) se da un número menor de casos, un 31% y 23% de descenso respectivamente, siempre en relación al pico.
En lo que refiere a fiebre chikungunya, se registran hasta el momento 1.460 casos de los cuales 910 adquirieron la infección en el país; 260 se encuentran en investigación y 290 adquirieron la enfermedad en el exterior. Al momento, la circulación de este virus se ha confirmado en diferentes localidades de 8 jurisdicciones: Buenos Aires; C.A.B.A.; Chaco; Córdoba; Corrientes; Formosa; Santa Fe y Salta.
Cuáles son los síntomas del dengue y de la fiebre chikungunya
El dengue es una enfermedad viral transmitida por la picadura del mosquito del género Aedes, principalmente por Aedes aegypti. Cuando el mosquito se alimenta con sangre de una persona infectada por el virus dengue lo adquiere y luego de 8 a 12 días es capaz de transmitirlo a una persona sana a través de la picadura. La transmisión vertical madre-hijo es posible pero infrecuente.
Los síntomas son fiebre acompañada de uno o más de los siguientes síntomas: dolor detrás de los ojos; de cabeza; muscular y de articulaciones; náuseas y vómitos; cansancio intenso; aparición de manchas en la piel y picazón; sangrado de nariz y encías.
Si al momento de disminuir la fiebre o en los días posteriores, alguno de los síntomas se agudiza, reaparece o se detectan síntomas nuevos (dificultad para respirar, dolor abdominal intenso, sangrado profuso de mucosas, irritabilidad a somnolencia, vómitos recurrentes), es importante realizar una consulta médica de forma inmediata.
La fiebre chikungunya es también una enfermedad viral transmitida por la picadura de mosquitos Aedes infectados y también puede transmitirse de la madre al hijo en el período perinatal.
Los síntomas comienzan generalmente de 3 a 7 días después de la picadura del mosquito. El síntoma más común es la aparición repentina de fiebre, a menudo acompañada de dolor en las articulaciones. Otros síntomas que pueden aparecer son: dolor muscular; de cabeza; náuseas; fatiga y erupción cutánea. El fuerte dolor en las articulaciones por lo general dura unos pocos días, pero puede llegar a persistir durante meses, afectando la recuperación total y el regreso a las actividades cotidianas.
Medidas de prevención de dengue y chikungunya
La principal forma de transmisión de estas enfermedades es por picaduras de mosquitos infectados. Es por ello que la medida más importante de prevención de dengue y chikungunya es la eliminación de todos los criaderos de mosquitos, es decir, de todos los recipientes que contengan agua, tanto en el interior de las viviendas como en sus alrededores (baldes; palanganas; tambores; portamacetas; bebederos; botellas retornables, etc.).
Si los recipientes no pueden quitarse porque se usan de modo frecuente, debe evitarse el acceso del mosquito a su interior (tapando tanques, aljibes y/o cisternas, por ejemplo) o procurar que no acumulen agua dándolos vuelta; vaciándolos y cepillándolos frecuentemente, o bien poniendo los mismos al resguardo bajo techo. También es recomendable colocar tela mosquitera en las rejillas de desagües.
Es de destacar que el mosquito adhiere sus huevos a las paredes de los recipientes, por lo que además se refuerza que es clave, más allá de cambiar el agua con frecuencia si no se puede eliminar los recipientes que la contienen, cepillar el interior de las paredes para eliminarlos.
Se recomienda utilizar repelente siguiendo siempre las indicaciones del envase, usar ropa de manga larga y colores claros. Para proteger a las y los bebés (que no pueden usar repelente), se deben colocar redes o tules sobre cunas y cochecitos. En relación al hogar, es importante disponer mosquiteros en puertas y ventanas y usar repelentes ambientales como tabletas, aerosoles (interior) o espirales (exterior).
La aplicación de insecticida mediante fumigación sólo sirve para eliminar mosquitos adultos siempre y cuando entren en contacto con el insecticida en el momento que es aplicado ya que el mismo no tiene poder residual y tampoco elimina formas inmaduras del mosquito (huevos, larvas y pupas); por lo que no es suficiente para controlar estas enfermedades si no se erradican los criaderos de nuevos mosquitos. Por lo demás la fumigación está indicada sólo en situación de brote y bajo las indicaciones metodológicas de la normativa nacional vigente.